En medio de la conmoción generalizada por la muerte del Papa Francisco, muchos recuerdan Cónclave, la película nominada al Oscar que ahora se volvió tendencia, ya que se centra en una sucesión papal como la que se inicia en estos momentos.
Aunque distanciada de la realidad como lo está siempre una obra de ficción, los ritos y prácticas que muestra Cónclave, así como algunas claves de su guion, ilustran tanto el proceso de elección de un nuevo Papa como una versión esquemática de las distintas facciones dentro de la Iglesia Católica que buscan ocupar el Trono de San Pedro.
Dirigida por Edward Berger sobre el guion escrito por Peter Straughan en base a la novela homónima del escritor británico Robert Harris, fue nominada al premio Oscar en ocho categorías, entra las que ganó a Mejor Guion Adaptado.
Cónclave se sitúa en el contexto de una sucesión papal y tiene como protagonista a Ralph Fiennes, así como destacadas actuaciones de Stanley Tucci, Issabella Rosellini, Carlos Diehz, Sergio Castellito y John Lithgow.
De qué trata Cónclave, la película de la que todos hablan tras la noticia de la muerte del Papa Francisco
Como su nombre lo indica, Cónclave se sitúa alrededor del proceso ritual de sucesión papal, mostrando a su vez la proyección que esta decisión tiene sobre quienes se consideran miembros de la feligresía de la denominada Iglesia Universal.
La historia es contada desde la perspectiva de Thomas Lawrence (Ralph Fiennes), el cardinal decano encargado de coordinar y dirigir la elección del nuevo papa.
Presentado como un Sumo Pontífice popular y progresista, su defunción pone al protagonista, muy cercano humanamente al papa difunto, en un lugar de extrema presión, en un momento donde atraviesa dudas personales acerca de su fe.

Así se inaugura el cónclave, donde los cardenales “papables” representan a grandes trazos los distintos sectores de la Iglesia: el ala más progresista, que se presenta en el film como la continuación del legado del papa fallecido, representado por Aldo Bellini (Stanley Tucci); Goffredo Tedesco, conservador italiano que busca modificar el mensaje vaticano en un contexto que considera de “Guerra Santa”, así como otros postulantes que son valorados más por los países o intereses que representan antes que por sus ideas.
Sin embargo, el destino de la sucesión toma un rumbo inesperado por la mano invisible del papa difunto, cuando un cardenal con una historia de servicio hacia los más vulnerables nombrado en secreto, Vincent Benítez (Carlos Diehz), llega al Vaticano para cambiar todos los planes.
Sobre esta trama, el film desenvuelve distintos conflictos que afectan a la Iglesia Católica actual: la pugna entre sectores progresistas y conservadores, atizada por la crisis migratoria y la intolerancia religiosa presentes en Occidente, para la que ambos sectores proyectan soluciones radicalmente opuestas.

Los aspectos más humanos de los cónclaves, que a menudo se expresan en fríos y hasta cínicos cálculos políticos, también son abordados en el film, en el que se pone en debate cuál es el verdadero espíritu que debe acompañar la elección de un Obispo de Roma.
Estrenada en un momento donde el Papa Francisco se encontraba en una situación delicada de salud, la película se volvió para muchos ahora una manera de adentrarse en el complejo mundo de la sucesión papal, un proceso que se abre siempre con incertidumbre e importantes consecuencias.
Fuente: La Nación