Crucigrama: Letras, cuadritos y palabras

Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.

Allá por el segundo fin de semana de junio de 2016, en nuestra décima columna se explicaba y justificaba la razón por la cual “Crucigrama”, reúne a todas y cada una y, también, de un subtítulo (que por extenso nunca apareció: “Letra a letra todos los temas”).

De eso se trata: no estar confinados a nada en especial, sino a lo que semana a semana, reflejando las cuadrículas de nuestro pensamiento en todos los sentidos, “asuntos” vinculados con la Cultura, con historia, actualidad, curiosidades, opiniones y reflexiones. En búsqueda de definiciones, ideas, contando todas las letras que pueden convertirse en palabras. Seguro con la absoluta comprensión que lograr, o soñar, una totalidad ingresa en el terreno de la utopía.

¿La vidriera del Cambalache discepoliano? Seguramente sí, sin existencia alguna de dudas, porque los sucesos, personajes, lugares, etc. están siendo, tal vez, esa “vidriera irrespetuosa”, además el “Crucigrama” lo es por definición: “Pasatiempo que consiste en llenar con letras las casillas de una cuadrícula de modo que formen, en sentido horizontal y vertical, las palabras determinadas por unas definiciones dadas” (Real Academia Española), así de la manera en que aquí se “inventan” horizontales y verticales, hay variantes en ese entretenimiento, que inmerecidamente hasta hoy, no ha tenido en, éste, su lugar un rol protagónico.

Entonces, en esta ocasión se habla del crucigrama, los cruzapalabras o palabras cruzadas y otros que se asimilan a ellos. Quizás haya que dejar un punto aclarado: las palabras cruzadas a diferencia del crucigrama, en unas hay “pistas y entrecruzamientos necesarios” en  el otro suelen estar ya escritos los resultados solo hay que descubrirlos, generalmente por ubicación (horizontales, verticales, diagonales, en sentido inverso al correcto), todo incorporado en la “gran mezcla”.

Por 1980 fue hallado el considerado más antiguo “cuadrado sator” en las ruinas de Pompeya,  

Una estructura con forma de cuadrado mágico compuesta por cinco palabras latinas: SATOR, AREPO, TENET, OPERA, ROTAS, que, en conjunto, de izquierda a derecha o de arriba abajo, dan lugar a un multi-palíndromo (múltiples vocablos o frases que se leen igual en un sentido y en el contrario).

«Crosswords» («crucigrama» en inglés) se supone escrita por primera vez en 1862 por «Our Young Folks”, una revista estadunidense de la época. De manera análoga, un tal “Hyperion”, en 1873, comenzó en el magazine “St. Nicholas”: “Double Diamond Puzzles” (Rompecabezas de doble diamante), especie de crucigrama sin cuadritos dados, el usuario debía entrelazarlo él mismo en un papel aparte.

Otro crucigrama fue lanzado, el 14 de septiembre de 1890, en el italiano “Il Secolo Illustrato della Domenica”, diseño de Giuseppe Airoldi y titulado “Per passare il tempo” («Para pasar el tiempo”), una cuadrícula de cuatro por cuatro sin cuadrados sombreados, incluía pistas tanto horizontales como verticales, correspondientes a las palabras “ripa”, “oder”, “sera”, “amen”, “rosa”, “idem”, “pere”, “aran”. No consiguió repercusión alguna y no “volvió nunca más” (Casi un tango). En Inglaterra, en el sigo XIX, de tipo elemental, al parecer “evolución del cuadrado de palabras, un grupo éstas dispuestas para que las letras se leyeran igual vertical y horizontalmente. Podían encontrarse en libros de rompecabezas para chicos e impresos en varios periódicos.

El domingo 21 de diciembre de 1913, el editor, periodista y violinista Arthur Wynne (Liverpool -Inglaterra/Reino Unido- 1871/Clearwater -Florida/Estados Unidos- 1945) fue presionado para ocupar un espacio en una página a punto de entrar en imprenta. Lo uso para revivir el juego de palabras de su infancia: acróstico con palíndromos y le puso de nombre “word-cross” (cruz de palabras). Tiempo más tarde, fue cambiado a “crossword” (crucigrama).

Éstos se transformaron en una presencia semanal habitual en el “New York World” y se propagaron a otros medios gráficos como “Pittsburgh Press”, desde 1916 y “The Boston Globe”, 1917. En la década de 1920, el fenómeno ya llamaba la atención. Por octubre del 22 los cotidianos publicaron una tira cómica del dibujante (nativo de Wisconsin) Clare Brigs “Movie of a Man Doing the Cross-Word Puzzle” (Película de un hombre haciendo el crucigrama), con un aficionado murmurando acerca de los enunciados, cantidad de cuadros y posibles letras. En 1923 un «squib» («buscapiés» es la traducción literal y se puede creer como inesperado) humorístico también en “The Boston Globe” con una esposa ordenando a su marido que salga corriendo y “rescate los periódicos” ya que la parte deseada está volando por la calle». ¿Cuál es el interés? El crucigrama.

En su número inaugural “The New Yorker” (1925) en la sección “Apuntes sobre la ciudad” observaba: “A juzgar por el número de personas que lo resuelven en el metro y en los trenes ‘L’, el crucigrama está a punto de convertirse en una moda entre los neoyorquinos”. La Biblioteca Pública de Nueva York brindaba la información que “la última moda que azota las bibliotecas es el crucigrama”, con la queja que cuando los “amantes” a los crucigramas se arremolinan en los diccionarios y enciclopedias ahuyentan lectores y estudiantes que necesitan de ellos en su trabajo diario y se preguntaba si ¿Puede haber alguna duda sobre el deber de la Biblioteca de proteger a sus lectores legítimos?”.

El primer libro específico lo editó Simon & Schuster (1924), por sugerencia de la tía del cofundador Richard Simon. Al principio, la editorial se mostró escéptica sobre la repercusión del mismo, y sólo imprimió una pequeña tirada. El producto, con un lápiz incluido, fue un “trofeo de lectores” instantáneo. Para ayudar en la difusión los empresarios fundaron la “Amateur Cross Word Puzzle League of America”, inicio en el proceso de desarrollo de estándares para el diseño de crucigramas.

La popularidad no siempre fue positiva. En una nota de opinión en 1924 “The New York Times”, quejoso y se diría que enojado, sostenía que el “pecaminoso despilfarro que supone la búsqueda inútil de palabras cuyas letras encajen en un patrón preestablecido, más o menos complejo. Esto no es un juego en absoluto, y difícilmente puede llamarse deporte… (Los que lo resuelven no sacan nada de ello, excepto una forma primitiva de ejercicio mental, y el éxito o el fracaso en cualquier intento es igualmente irrelevante para el desarrollo mental)”, en tanto un sacerdote calificó la realización como “la marca de una mentalidad infantil”, remarcando que “No sirve de nada que las personas pretendan que la realización de uno de los crucigramas conlleva algún valor intelectual”, en sentido contrario se pronuncio un completo “Bible Cross-Word Puzzle Book”. Un año después la revista “Time” compartió que nueve diarios de Manhattan y otros catorce grandes periódicos publicaban crucigramas, y citó opiniones opuestas sobre el asunto.

El término “crossword” apareció, en 1933, por primera vez en el “Oxford English Dictionary”. “The New York Times” finalmente  se “rindió” y el 15 de febrero de 1942, creyendo que podría ser una distracción ante las noticias de la Segunda Guerra  Mundial, le dio la “bienvenida” en sus páginas, su primera editora (hasta 1969) del tema fue la periodista Margaret Petherbridge Farrar.

El crucigrama críptico británico fue importado a Estados Unidos, en 1968, por el notable autor y compositor Stephen Sondheim en “New York magazine”. En el Reino Unido, el “Sunday Express” fue el pionero, el 2 de noviembre de 1924, en lanzar un crucigrama (un puzle Wynne adaptado para ese país). En general existen distintos tipos: Autodefinido, Blanco, Translator, Silábico, Con Personaje, Críptico, Frase, etc. Simon & Schuster continúa con la edición de los libros de la Serie primaria de 1924 que finalizó en 2007 tras 258 volúmenes. En la actualidad bajo la dirección del experto John M. Samson, desde 2008, forman parte de la serie Mega, que aparece tres veces al año y contiene 300 crucigramas cada uno.

El pasatiempo se apropió del mundo, con períodos de mayor o menor entusiasmo, y tanto en medios, como álbumes o libros son “consumidos” por un público entusiasta y, a lo mejor, inmensurable. En los últimos años el software para crearlo interesó a las empresas de tecnología informática. El primitivo (para Apple en los ’80) se basó en que la gente introdujera una lista y pistas, y automáticamente brindaba la cuadricula adecuada.

¡Apuren, llegó el diario! ¿Quién lo completa primero?

A un clic de distancia, el popular cantante mexicano de boleros y rancheras Javier Solís (Nacido Gabriel Siria Levario, prematuramente muerto a los 33 años de edad) y su interpretación de “Crucigrama”. La canción afirma el concepto, al referirse a distintos temas, de la inabarcable “mochila” que carga un crucigrama, y de lo cual es ejemplo (por su género) que todo puede ser contenido y tratado. Publicado en el sitio de Juan Lara en YouTube.  

Cuídense mucho, muchísimo más, como no lo han hecho antes, sin pensar el nunca, que es ahora.

Norberto Tallón