En el fondo del mar existen restos que los arqueólogos subacuáticos recuperan y restauran como parte del patrimonio de la humanidad. Este trabajo se realiza para investigar costumbres y modos de vidas de antiguas civilizaciones, aunque también se pueden encontrar restos de naufragios perdidos desde hace miles de años. En esta oportunidad, se documentó uno de los hallazgos bajo el mar más importantes de los últimos años: cuarenta ánforas de una antigua embarcación, que podrían dar nuevas conjeturas sobre las rutas marítimas de comercialización en el Mediterráneo.
La arqueología es una de las ciencias sociales más importantes, ya que es capaz de estudiar las antiguas civilizaciones a través de los restos materiales que se encuentran escondidos en el planeta. Los artefactos, la arquitectura o cualquier resto que dé cuenta de una sociedad es un descubrimiento relevante, ya que evidencia el pasado y ayuda a comprenderlo mucho mejor. Eso sucedió recientemente en Italia.
Un grupo de arqueólogos de la Sopintendenza del Mare y de Capo Murro Diving Center, de Siracusa, logró registrar este hallazgo a cinco kilómetros de la costa siciliana, en la Reserva Natural Orientada Oasi Faunistica di Vendicari, en Italia.
Se trata de cuarenta ánforas, que son recipientes de cerámica que se caracterizan por tener un cuello largo y estrecho. Lo curioso es que siguen alineadas en la disposición de carga original de una embarcación, de la que se presume que era mercante.
Estas ánforas son conocidas como Richborough 527, utilizadas en el transporte de diversos productos en la antigüedad. Lo que más le sorprendió a los arqueólogos fue su estado de conservación, dado que permitirán el estudio de las antiguas rutas comerciales en el Mediterráneo.
También, despertó interrogantes sobre el rol que jugó la isla de Lipari en la extracción y distribución de alumbre, un mineral que era valorado en la antigüedad por la industria textil. Este era de mucha demanda en el Mediterráneo, lo que exigía su extracción en Lipari y su posterior distribución de rutas marítimas comerciales.
A su vez, los especialistas creen que los restos de la nave y su cargamento todavía están enterrados bajo la arena, aproximadamente a unos 70 metros de profundidad. Cabe destacar que dos pescadores fueron quienes avisaron sobre estos objetos a los arqueólogos para que se pueda efectuar el descubrimiento.
Esta no es la primera vez que se encuentran ánforas de este tipo. A principio de los noventa, en las excavaciones en la zona de Portinenti también se encontraron estos objetos.
Lo que queda para el futuro es saber si las ánforas de Lipari están relacionadas con el naufragio de Vendicari. Este análisis comparativo podría ofrecer respuestas muy valiosas sobre las rutas de navegación que se utilizaban para transportar alumbre desde la mencionada localidad a distintos puntos del Mediterráneo. En el caso de confirmarse, se podría revolucionar la comprensión actual de las rutas en aquella época.
En resumen, en las próximas investigaciones se hará un análisis de los restos cerámicos de sedimento y carbono con el fin de obtener una cronología y procedencia del cargamento. Este será un tema interesante a estudiar por parte de los arqueólogos e historiadores porque podría abrir puertas a nuevas respuestas en el comercio marítimo.
Fuente: La Nación