Leonardo Sbaraglia junto a Guadalupe Marín, la artista con la que estuvo casado más de 20 años y tuvo a su hija Julia
¡Hola!
Leonardo Sbaraglia siempre resguardó muy bien su vida privada. No le gusta que indaguen sobre sus amores ni ventilar la intimidad de su familia. Sin embargo, algunas veces lo pescaron in fraganti y en otras ocasiones, no tuvo más remedio que hablar… ¡Pero un poquito nada más! Todas suspiran por él y más aún, cuando confiesa que le gusta vivir enamorado. En el último año, se lo vio con María Campos, una cantante y actriz que debutó en el circuito off, editó dos discos e hizo la cortina musical de la película El hijo rojo y de la novela Separadas, entre otras. Si bien ninguno de los dos hizo declaraciones sobre la relación, tampoco negaron nada y a menudo se los ve cenando en algún restaurante fuera del circuito mediático, sonrientes y acaramelados.
El primer amor
Su primer gran amor fue a los 18. En Clave de Sol, el personaje que interpretaba Sbaraglia vivía una historia de amor con el de Cecilia Dopazo. Ellos eran Diego y Julieta y hacían estremecer a los fans de la tira. Rápidamente, la ficción se hizo realidad y ellos vivieron ese amor adolescente con una intensidad que abrumaba a sus compañeros de elenco. Fue el primer casamiento de los dos, en la ficción, claro. Hace un tiempo ambos fueron invitados a PH Podemos hablar y lo contaron públicamente: “Fuimos pareja dos años en la época de Clave de Sol. De los 18 hasta los 20″, coincidieron. Siempre hubo buena onda, incluso cuando el romance finalizó, y siguieron compartiendo trabajo: ambos trabajaron en Caballos Salvajes, Tango Feroz y Atreverse.
Una boda y una hija
Años después, en 2001, Sbaraglia conoció a la artista plástica Guadalupe Marín por amigos en común. Esta vez, el actor se casó en la vida real, fueron padres de Julia en 2006 y se separaron en 2017. “Nos llevamos bien con la mamá de mi hija. Hacemos lo posible los tres por llevarnos bien. Incluso por ir encontrando por dónde sigue el proyecto, que también es otro acto de amor. Seguir una familia, sin vivir todos juntos. Creo en el amor y tengo esperanza de que el amor es cada vez más hermoso. Y a medida que uno va creciendo es más profundo y verdadero”, contó en PH.
Durante su matrimonio con Marín, la pareja vivió entre Buenos Aires y Madrid. De hecho, Julia nació en España. “Me podría haber quedado porque me iba muy bien. Pero hubo un momento bisagra cuando tuvimos que tomar la decisión de dónde se iba a criar nuestra hija que nació en Madrid y empezó el jardín en Buenos Aires y luego la primaria, después la secundaria… En ese sentido, los hijos te determinan el camino”, contó.
Tuvieron algunas crisis, como cualquier matrimonio. Incluso se llegó a decir que él se había enamorado perdidamente de una maquilladora, en 2015. Pero el mismo actor se encargó de desmentirlo. Un tiempo después, otro cimbronazo sacudió a la pareja cuando hubo rumores de romance entre Sbaraglia y la actriz Eva De Dominici, que protagonizaron la película Sangre en la boca. Nunca ninguno de los dos confirmó nada y el actor siguió unos años más con Marín hasta que en 2017 la ruptura fue definitiva. Seis años más tarde, aún no habían iniciado los trámites de divorcio: “No estoy divorciado legalmente todavía. Estoy separado hace 6 años y el divorcio, por las razones que sea de la vida, todavía no lo hemos hecho”, dijo.
Amor a la brasileña
Luego de su separación, el actor tuvo un romance con Julia Konrad, una actriz brasileña. “Hay afecto, pero no hay pareja. Todavía no hay pareja. Desmiento por ahora… Brasil es otro mundo, en fin. Y ella vive allá y yo acá. Ojalá alguna vez pueda hacerte un anuncio un poco más formal”, le confesó a Catalina Dlugi en su programa de radio. Ese anuncio no llegó, aunque el vínculo continuó por un tiempo y se los vio yendo a ver obras de teatro, compartiendo cenas y algún evento.
Cuando le preguntan sobre sus amores, Leonardo Sbaraglia sonríe y no da respuestas precisas. “Me parece que es hermoso estar en pareja, esa sensación de compartir, de entrar en un proyecto con alguien, ese estado de enamoramiento es precioso. Me parece que todavía tengo que seguir alimentándome a mí mismo en muchas cosas. Al mismo tiempo, mi profesión me da mucho amor, mucha pasión. Me encantaría que el amor me arrasara como una ola. Porque cuando uno se enamora no piensa, y yo por ahora estoy pensando demasiado. Cada vez que imagino la posibilidad de convivir con alguien otra vez, me cuesta mucho, pero no lo descarto”, reflexionó.
Luego contó que recibe muchos piropos de sus fans: “Por un lado es lindo que te digan cosas… ¡A quién no le gusta estar bien! A veces me dicen groserías lindas que me dan vergüenza. El tema es sentirse bien, que a uno lo quieran, lo aprecien, sentirse deseado. A mí lo que más me gusta es el amor y el cariño de la gente en la calle. Es como si valoraran todo el laburo y el alma que le puse a esta profesión y eso me gratifica, me alimenta, me hace sentir que ese amor que uno le pone vuelve a través de la gente”.
En tanto, en otra entrevista radial, hace un par de años, fue contundente cuando le preguntaron si estaba en pareja: “Lo mejor es no buscar, a esta altura me parece que las cosas llegan cuando tienen que llegar. Estuve mucho tiempo casado, 20 años, después casi cuatro de novio. Hace dos y pico que estoy solo, o sea que no estoy en pareja, podríamos decir”.
Fuente: La Nación