En la ciudad de Santiago de Chile, el Jurado del Premio Iberoamericano de Letras José Donoso se reunió a definir quién era el ganador de la edición 2024. Fueron cinco días de deliberaciones intensas, de argumentos y contrargumentos, de debates internos. La lista se fue achicando de a poco hasta que finalmente el jurado —compuesto por Macarena Areco de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Henri Billard de la Universidad de Poitiers (Francia), Ana Casas de la Universidad de Alcalá (España), Adriana Pacheco de la Universidad de Texas Austin (Estados Unidos) y Victoria Torres de la Universidad de Colonia (Alemania)— lo definió por unanimidad: la ganadora es la escritora argentina Mariana Enriquez.
La distinción coincide este año con el centenario del nacimiento del escritor chileno. Enriquez comparte con Donoso “una dedicación sin concesiones a la literatura, la visión del cuerpo social como ente monstruoso y una prosa innovadora que explora los matices más oscuros de nuestra contemporaneidad”, planteó el jurado que eligió a la autora de Nuestra parte de noche por unanimidad. Destacó además su universo de ficción «tan personal como inquietante».
El jurado también destacó el poder evocador y provocador de la cuentística de Enriquez que la ha posicionado como “una de las voces más potentes y valientes de la literatura latinoamericana”. La autora de los libros de cuentos Los peligros de fumar en la cama, Las cosas que perdimos en el fuego y el más reciente Un lugar soleado para gente sombría se suma a la galería de ganadoras y ganadores del Premio Iberoamericano José Donoso, entre los que encuentran los mexicanos Jose Emilio Pacheco, Juan Villoro y Jorge Volpi, las argentinas Beatriz Sarlo y Samanta Schweblin, el peruano Antonio Cisneros, el español Javier Marías, las chilenas Diamela Eltit y Lina Meruane, los chilenos Pedro Lemebel y Raúl Zurita, y la mexicana Cristina Rivera Garza.
Mariana Enriquez ganó el Premio José Donoso y le dijo a Infobae Cultura que “es un súper honor” (Foto: Camila Flores Cantino).
Todavía sorprendida por un premio que no esperaba y al que no se postuló, Enriquez dice que nunca sabe bien cuándo se entregan los premios, excepto los de género de terror porque espera saber la ganadora o el ganador para poder leer el libro. “Este es un premio que me pone muy contenta porque lo entrega una universidad, un ámbito institucional del que no vengo porque no tengo formación en letras y tampoco fui profesora en universidades en cuestiones relacionadas con la literatura. Entonces que ese mundo me lea y me tenga en cuenta, me alegra mucho”, reconoce la escritora y cuenta que si mira quiénes ganaron el José Donoso antes se alegra de que en la lista estén Rivera Garza, Schweblin y Meruane, “escritoras que admiro mucho y con las que tengo mucho afecto”.
“Es un súper honor recibir este premio. Primero, porque no me lo esperaba en lo más mínimo. De hecho, yo no sé si es un problema o qué, pero ni siquiera sé cuándo se entregan premios, así que nunca me espero nada. Por eso siempre es una sorpresa y un asombro total”, dice la escritora en diálogo con Infobae Cultura. “Lo han ganado muchos de mis escritores favoritos, como Antonio Cisneros, que es uno de mis poetas favoritos. Por supuesto: Pedro Lemebel, Zurita, Cristina Peri Rossi, Cristina Rivera Garza. Me pone muy contenta que las últimas dos escritoras sean Samanta Schweblin y Lina Meruane, que son escritoras a las que yo no solo admiro mucho, sino que tenemos una relación muy afectuosa; también tenemos la misma edad. Es como buenísima compañía”, agrega.
La escritora argentina fue distinguida con el galardón iberoamericano por crear “un universo de ficción tan personal como inquietante” (Foto: EFE / Francisco Guasco)
En el texto que acompaña la noticia, se lee: “En un contexto global en el que la literatura y las humanidades se enfrentan a transformaciones y complejos desafíos, la poética de Mariana Enriquez ha creado un universo de ficción tan personal como inquietante. En su obra el terror es un recurso estético que nos confronta con los aspectos más apremiantes de la realidad latinoamericana, tales como la violencia, el terrorismo de estado y sus consecuencias en el presente, las desigualdades sociales, las problemáticas de género, el extractivismo y la crisis climática, entre otros”.
Nacida en Buenos Aires en 1973, Mariana Enriquez, escritora y periodista, publica en 1995 su primera novela, Bajar es lo peor, que instala algunas de las coordenadas de su narrativa a partir de la historia de tres adolescentes, en el Buenos Aires neoliberal, sórdido y vibrante de los años noventa. Le siguen las narraciones Cómo desaparecer completamente, publicada en el año 2004, y Este es el mar, de 2017, texto que describe los ritos de pasaje de unas adolescentes fanatizadas con estrellas de rock. Su última novela, Nuestra parte de noche (2019), propone un viaje por la violencia de la dictadura militar argentina a través de monstruos inimaginables, sociedades secretas, rituales y herencias atroces.
Mariana Enriquez (Foto: Nora Lezano).
La autora de Nuestra parte de noche, novela con la que ganó el Premio Herralde en 2019, dice que se identifica con lo que señala el jurado respecto de la potencia de su voz. “Me metí con relatos de género en editoriales que no son de género, pero también tengo la flexibilidad, el gusto y el placer de hacer otras cosas, de hacer no ficción, de continuar con el periodismo, de hacer autoficción, de hacer crónica de viajes. Los proyectos que tengo en mente no son exclusivamente de género”, aclara y agrega que también hay una potencia cuando hace en teatro espectáculos como No traigan flores. En cambio, no está de acuerdo con que ella sea una de las voces “más valientes” de la literatura latinoamericana. “Yo no creo que haya una valentía en particular en la literatura. La valentía la ejerce cualquier ciudadano diariamente, no me parece que tenga que ver con lo literario. Lo que podés tener es una voz atrevida o arriesgada, pero la valentía es otra cosa. Pedro Lemebel, que también ganó este premio, era valiente en su vida cotidiana y eso hacía que su literatura también fuera valiente, pero no puedo ponerme en el mismo lugar”, reflexiona la autora de crónicas y ensayos literarios como Alguien camina sobre tu tumba. Mis viajes a cementerios, La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo, El otro lado. Retratos, fetichismos, confesiones y Porque demasiado no es suficiente. Mi historia de amor con Suede.
“Uno nunca sabe qué decir con los premios, más allá de que estás muy contenta porque es lo único que pasa y porque es un honor y porque siempre es un halago. Siempre es lindo que reconozcan lo que hacés. No hay mucho que decir, sobre todo con los premios a los que no te presentás, sino que ganás porque a alguien más le gustó lo que hacés. Así que lo único que se puede decir es que estoy muy, muy contenta”, concluye Enriquez.
Fuentes: Infobae y Página 12.