No fue un jueves más para Tamara Pettinato. Tras la emisión en exclusiva en LN+ de un video en el que se la ve dialogando íntimamente con el expresidente Alberto Fernández, su nombre está en boca de todos.
La hija de Roberto Pettinato supo ganarse su lugar en los medios de comunicación a fuerza de carisma e inteligencia, pero también, polémicas. Sus inicios en los medios fueron de la mano de su padre, primero en producción y luego haciendo aire, y de a poco se ganó un lugar también en la televisión.
Madre de Milo, de 14 años, Pettinato se desvive por sus hermanos Homero y Felipe, y está actualmente en pareja con el diputado nacional por Chubut, José Glinski, peronista, con quien comparte su pasión e ideología política.
El show de la noticia, Pettinato y Yo, Un día perfecto, Intrusos, Cortá por Lozano, Bendita TV, Y ahora quién podrá ayudarnos, Final Feliz, son sólo algunos de los ciclos de los que participó y continúa participando. También probó suerte como actriz en la obra Confesiones de mujeres de 30, junto a Sofía Gala Castiglione y Julieta Cayetina.
Este año fue nominada, una vez más, al Martín Fierro como Mejor Columnista de Espectáculos, y su mención generó polémica entre los nominados, porque muchos la acusaban que en realidad era una “lectora de portales”, a lo que ella se tomó con mucha gracia los comentarios.
La panelista de Bendita TV, conducido por Beto Casella, se ausentó al piso del programa hoy, estando ya lista para salir, y sus compañeros intentaron que salga al aire sin buenos resultados. Aún sin pronunciarse sobre la publicación del video, en su momento, cuando se conoció que había visitado la Quinta Presidencial de Olivos, en plena pandemia, junto a otras figuras como Florencia Peña y Úrsula Vargués, dijo “entiendo que hay un foco en el enojo de la gente por quién entraba y salía de Olivos sin saber el motivo, y otro es la violencia que viene después (…) pasan los días y me siguen mandando mensajes así. Está bien, ¿quieren que diga algo? Fui por un tema personal que no siento la necesidad de explicar”.
Fuente: Rolando Gallego, La Nación