Wady Rodriguez, director artistico de soda stereo y ricky martin, entre otras figuras.
Wady Rodríguez es un reconocido director artístico, diseñador de iluminación y escenografía con 40 años de experiencia en giras y espectáculos junto a grandes figuras nacionales e internacionales. Trabajó con figuras destacadas del espectáculo como Soda Stereo, Ricky Martin, Shakira, Calle 13, IKV, Romeo Santos, Abel Pintos, Luciano Pereyra y Maná, entre tantos otros.
A lo largo de los años, Wady fue atesorando cada momento de su trabajo y en este último tiempo decidió contar en primera persona todas sus vivencias profesionales en un libro llamado “Backstage”.
Se trata de un material en donde su autor recorre su carrera, sin muchos detalles técnicos, pero rico en anécdotas, que le permite al lector conocer más sobre esta fascinante industria de la música, el trabajo como iluminador , y las jugosas anécdotas junto a las máximas figuras.
“Desde muy chico arranqué a trabajar en esto y fui juntando cosas de las giras, como credenciales o llaves de los hoteles, en valijas, para tenerlos de recuerdo. Tenía cualquier cantidad de cosas y decidí durante el parate entrar al galpón de mi casa para abrir esos bolsos y me sorprendió la cantidad de material que había guardado. Cada cosa que significaba un montón de historias”, le contó Wady Rodríguez a La Viola sobre el comienzo de la idea de escribir un libro.
Al artista visual le llevó ocho meses de clasificar cada contenido. “Contraté a una persona para que me ayude con todo ese proceso. Descubrí que tenía una historia que contar. No quería meterme en la parte técnica; quería que fuera una charla de amigos tomando un café”, completó el autor.
El comienzo de su historia
“No tuve la capacidad de soñar todo lo que viví y sigo viviendo”, describió Wady a este medio desde Bariloche, ciudad que eligió para vivir. “Jamás se me ocurrió que podía llegar a todo esto. Después de cargar equipos por los escenarios, pude llegar al Madison Square Garden con una puesta en escena diseñada por mí”.
Con quince años cumplidos, el joven Rodríguez arrancó a vivir su propia vida. Su primer trabajo fue con Sandra Mihanovich, como asistente de escenario y plomo. La cantante y actriz lo ayudó en su desarrollo y le dio la posibilidad de vivir en su oficina y sala de ensayo.
“Todo fue gracias a mi mamá. Yo quería ser piloto de avión. Estaba en la Base de Morón, pero no me iba mal en física. Me puso un profesor particular que resultó ser sonidista. Hicimos un trato: yo me ponía a estudiar y él me llevaba a los shows”, recordó sobre sus comienzos.
También, en el living de su casa, su madre dirigía obras de teatro, de las cuales él era espectador y también aprendiz. Según cuenta, con tan solo dos años, ella lo subió a un escenario en plena obra, dentro de un balde de agua, de ahí en más, recorrió el interior del país con su mamá, su hermana y el grupo de teatro. Sin darse cuenta, ya estaba de gira. Por aquellos días, el pequeño Wady era fanático de Kiss, a quien dibujaba en las horas libres del colegio, y disfrutaba al escuchar a Charly García. “Fue al primer show que fui a los 14 años, en Pinar de Rocha”.
A los 17 años, el iluminador de Sandra, Ruben Layafa, le consiguió un trabajo en el Teatro Lasalle de Buenos Aires, pero como pintor de brocha. Como este trabajo lo hacía de noche, de día lo complementaba trabajando en la boletería. Un día, un director de teatro, le pidió a Wady si podía ayudarlo con la iluminación de la obra. Así, tuvo su primer encuentro con una consola.
Al año siguiente, se subió al avión y fue a visitar a su padre, que vivía en Los Ángeles. Junto a otros amigos, arrancó a trabajar en distintas tareas. “Soñaba con estar en la parte técnica de una banda, pero no se me dio. Terminé en una fábrica de inyección de plástico. Se me venció la visa y tuve que viajar a Tijuana. Estaba solo, pero el destino me llevó a trabajar con la parte de iluminación en un parque de maquetas en escala de lugares representativos de México.
Su ingreso a Soda Stereo
Los lazos familiares y los amigos lo llevaron a volver a la Argentina. Su interés fue de seguir trabajando en lo que amaba. “Empecé a trabajar en el programa Hacelo por Mí -que conducía Mario Pergolini- en canal 9. Yo recién llegado de Tijuana le hacía luces a los artistas que venían a tocar como Iron Maiden o los Ramones. Un día, un compañero, Caito Lorenzo me trajo una tarjeta con el número de teléfono del manager de Soda Stereo, Daniel Kon. Me querían conocer para trabajar con ellos. Esto fue un domingo y al día siguiente no aguanté más y lo llamé”.
“Le pedí de ir a la sala para ver un ensayo y poder probar las luces. Daniel me contestó que Gustavo quería una sola luz. Fui con una sola móvil y no lo podía creer. Sabés lo que es estar en la sala con ellos tres más Tweety González. Gustavo pidió que bajaran las luces y cuando comencé a escuchar su guitarra, me voló la cabeza. Fue impresionante esa prueba”.
También, Wady formó parte del equipo de gira de Sueño Stereo, el último disco de estudio que lanzó el grupo. “En esa oportunidad no me pidieron nada. Me adelanté y me puse a trabajar en unas ideas que tenía. Fui un día con los bocetos a mostrárselos a Gustavo (Cerati). Fue mi primer fracaso, pero me sirvió mucho escucharlo. Me miró y me dijo: ‘Esto no es Soda’. Muy profesional, pero lo que tuvo de bueno fue que me guio y me dijo por dónde tenía que ir”.
Y sumó Wady sobre aquella experiencia: “Querían una estética retro, de los ‘60. Me fui a la facultad de Arquitectura a buscar libros de decoración. Encontré una baldosa que me interesó y la dibujé en mi libretita. De ese diseño salieron las columnas de las presentaciones de Sueño Stereo que también aparecieron en el Unplugged de MTV”.
Su experiencia con Ricky Martin
“Por mi trabajo con Soda, me vinieron a buscar del equipo de Ricky Martin. Fue en 1993, cuando arrancaba con su carrera como solista. Su manager dijo que tenía que buscar al iluminador de Soda. No me conocían, pero me contactaron. El trío cuidaba muy bien la puesta estética, las tapas de los discos y, por supuesto, su música”.
Sobre el trabajo con el exintegrante de Menudo, el diseñador destacó: “Me encantó cuando me contaron sobre el proyecto a futuro y a dónde apuntaban. Sabía que había una estrategia. Ricky tiene talento increíble. Fue un cambio drástico de trabajo. Trabajar con él me dio la posibilidad de probar un montón de cosas con la iluminación. La tenía muy clara en la cuestión de los climas que quería lograr para cada canción”.
“A Ricky lo comparo con un atleta de alto rendimiento. Es una persona que entrena para los Juegos Olímpicos todos los días. Es hermoso trabajar con él y su equipo. Me sentí muy cómodo. Por ejemplo, cuando salís de gira con un equipo de 120 personas, como pasó en la época de ‘Livin’ la vida loca’, fue fundamental que todos estábamos bien. Es como un ‘Gran hermano’ que sale de gira. Todo eso se cuidaba mucho y era un placer”.
Su trabajo con Shakira
“La conocí cuando estaba de gira junto a Ricky Martin. Era su primer tour profesional. Ella también era fanática de Soda Stereo y cuando se enteró de que trabajaba con ellos, me llamó a una reunión en su cuarto y me pidió un diseño”, recordó Wady.
“Le diseñé una extensa gira que comenzó en Puerto Rico y que pasó por los Estados Unidos, Colombia, otros países de Latinoamérica, más muchos shows en Brasil. Fue impresionante el interés por Shakira en dicho país, en el que no es fácil ingresar para un cantante en español. Fue una explosión. Nos cambiaron de los pequeños teatros a estadios. Sobre la marcha tuve que diseñar todo nuevo. Cuando el productor me preguntó qué necesitaba para poder cumplir con todo, le respondí: ‘Un helicóptero’. Al día siguiente lo tuve”.
Un vuelo muy especial con Ricky Martin
“Puedo decir que fue como escaparnos de Colombia”, fue lo primero que expresó sobre la historia. “Teníamos un show en Australia y estábamos con poco tiempo. En pleno show, el asistente de Ricky me preguntó en qué habitación estaba del hotel. Se metieron en mi cuarto, guardaron toda la ropa en la valija, y lo llevaron a una combi que estaba atrás del escenario”, rememoró el autor del libro “Backstage” a La Viola.
El relato tomaría más intensidad: “Durante el tema ‘María’, Ricky dejó el escenario y nos fuimos todos a subirnos a la combi. Dejé la consola como estaba. Fue una situación muy extraña. Nos fuimos derecho al aeropuerto escoltados por la policía al aeropuerto. Entramos por una puerta del costado y nos dirigimos derecho a la pista. Despegamos y todavía la banda seguía tocando. Para mi fue como escaparnos. Teníamos que tocar al otro día en Australia y no llegábamos”.
La historia no termina ahí. “Todos los equipos quedaron en Colombia y tuve que inventar un show de la nada. No podíamos desilusionar al público. Me puse a dibujar en pleno vuelo y bajamos en Comodoro Rivadavia para poder mandar un fax con todos los detalles. Cuando llegamos a Australia, me puse a armar el recital con alambres y caños. Para el otro recital nos llegaron los equipos y pudimos seguir sin problemas con el tour. Fue todo increíble. Estaba en pleno viaje y pensaba si habían comprado todo para llegar e inventar algo. Fue alucinante”.
Fuente: TN