Una de las pintorescas edificaciones que inspiraron los castillos de algunas películas de Disney es el Castillo Neuschwanstein en Bavaria_ Alemania.
Las películas de Disney suelen ser una invitación a sugerentes y fascinantes viajes a pueblos ficticios, encantadores y mágicos. Pero los que peinan canas suelen sostener una sentencia que, en ocasiones, la realidad logra superar la ficción. Y según parece, ellos tienen razón, ya que en el planeta existen varios pueblos reales, casi iguales a los que se hicieron famosos por las pantallas grandes.
Por otro lado, historiadores del séptimo arte, afirman que algunos de los más famosos filmes de Disney, recorrieron el proceso inverso. Es decir, la inspiración de la ficción llegó de la mano de la realidad, tal fue el caso de Mulán, Moana y La Bella y la Bestia, para mencionar algunos casos. Acá presentamos siete lugares de películas, donde podés vivir tu propia aventura con tan solo recorrerlos.
Monte Saint-Michel (Normandía, Francia)
Mont Saint-Michel es una isla ubicada en Normandía, a la que solo se puede acceder a pie cuando la marea se retira. En la parte más alta de esa singular geografía existe una antigua abadía del siglo XVI que -según los más pequeños- es, sin lugar a dudas, el castillo del largometraje: “Enredados”, donde viven los padres de la encantadora princesa Rapunzel.
Alcázar de Segovia (Segovia, España)
El Alcázar de Segovia (que fue construido en el siglo XII) es uno de los castillos medievales no sólo más famosos de España, sino también del planeta. Reconocido, primero, en todo el mundo como una de las fortalezas de defensa más importantes de nuestra civilización. Pero este reconocimiento, parece haber quedado en un segundo plano tras la aparición de la película Blancanieves y los siete enanitos. Ese filme, en cierto modo, cambió la fama del lugar, ya que desde su exhibición pasó a ser el hogar de la reina malvada de aquel cuento.
Ciudad Prohibida (Pekín, China)
La Ciudad Prohibida, también conocida como el Palacio Imperial o el Museo del Palacio Imperial, está situada en el centro de Pekín y fue el centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), durante un largo periodo desde 1420 hasta 1912.
Esa impresionante ciudadela china sirvió como fuente de inspiración a la hora idear el mundo ficcional que se observa en la película Mulán. En el filme, la protagonista viaja a una ciudad imperial de ficción, que evoca este monumento arquitectónico internacional. Allí Mulán es donde se mide con Shan Yu.
A orillas del Rin (Alsacia, Francia)
Alsacia es una ciudad pintoresca que vive a orillas del río Rin. Allí el agua y la colorida vegetación parecen realizar la belleza de esa urbe mágica, que se caracteriza por sus propiedades, que tienen hermosas fachadas con entramados de madera, con techos a dos o cuatro aguas. Esa singular geografía sirvió como inspiración como ciudad natal de la Bella, en la película-musical La Bella y la Bestia.
Pantanos (Luisiana, EE.UU.)
Los pantanos apacibles de Luisiana, en Estados Unidos, sirvieron como musa para el filme La princesa y el sapo. Esa historia donde manda el buen jazz y un relato cargado de magia negra, blanca y encuentros y desencuentros amorosos se convirtió en una fiel postal de este rincón verde del planeta.
Vivir en colores (Cinque Terre, Italia)
La Riviera italiana se caracteriza por sus casas coloridas que parecen nacer de forma caprichosa de cara a un mar turquesa. Esa postal elegida durante años por miles de turistas, fue el escenario que la gente de Disney y de Pixar optaron para ambientar el mundo de Luca, un joven monstruo marino de 13 años que se encuentra haciendo el paso de la niñez a la juventud. El filme recrea, con colorida belleza, una ciudad costera de características similares a Cinque Terre.
Una fosa oceánica (Upolu, Samoa)
Si bien Moana se desarrolla en una isla polinesia ficticia, gran parte del público afirma que parte de la historia se inspira en escenarios reales, los cuales se encuentran en el sur del Pacífico. Y, los que saben, principalmente, hacen mención a la fosa oceánica de To Sua, uno de los accidentes naturales más famosos y atractivos para nadar de Upolu, Samoa.
Neuschwanstein, Schwangau, Alemania)
Cerca de los Alpes alemanes se encuentra Neuschwanstein, un palacio del siglo XIX que se realizó por encargo del rey Luis II de Baviera. El monarca soñó este inmueble como lugar de retiro, el cual -según cuenta la historia- fue pagado con sus fondos propios. Lamentablemente, Luis II de Baviera no llegó a disfrutar de su construcción, ya que falleció antes de su culminación. Este edificio que emerge en medio del verde, que tiene a sus pies un bello espejo de agua, sería el que sirvió de inspiración para el castillo de la película de Cenicienta.
Castillo Hohenzollern (Hohenzollern, Alemania)
También en Alemania se encuentra el Castillo de Hohenzollern, ubicado en Oslo y que perteneció a Akershus parece haber sido fuente de inspiración para uno de los castillos que aparecen en la película Frozen, el castillo de hielo al que se retira Elsa en la montaña. Según los lugareños y los fanáticos de esta historia, que tiene a Anna y a Elsa como protagonistas, parece crecer en invierno.
Fuente: Leandro Murciego, La Nacion