De reparar en el registro estadístico de público que semanalmente da a conocer Aadet, la entidad que nuclea a dueños de salas y productores de la escena comercial, el listado de las cinco obras más vistas la semana pasada no tiene diferencias sustanciales con registros anteriores. Cómodo en el primer lugar, continúa Tootsie, ese verdadero tanque del circuito comercial protagonizado por Nicolás Vázquez y Julieta Nair Calvo que, desde el momento de su estreno, solamente perdió el liderazgo entre los espectáculos con mayor cantidad de espectadores en tiempos de Matilda. A partir de ahí, le siguen títulos afianzados como AVEN, un lugar sin piso, la propuesta de Fuerza Bruta; Los Bonobos, con Peto Menahem y Lizy Tagliani; Los mosqueteros del rey, la obra protagonizada por Nicolás Cabré, Jorge Suárez, Nicolás Scarpino y Fredy Villarreal que es la más reciente del top five;y cierra Tom, Dick y Harry, con Bicho Gómez, Yayo Guridi, Mariano Martínez y María Valenzuela.
Ahora bien, esos datos remiten a hechos consumados concretos: la gente que pagó la entrada para ver a tal o cual obra del circuito comercial porteño. Pero, claro, hay otros datos para analizar el consumo teatral. El Sistema de Información Cultural de la Argentina(Sinca), que depende del Ministerio de Cultura de la Nación, el año pasado publicó un estudio de alcance nacional que daba cuenta de lo sucedido en 2021, año marcado por la lenta reapertura de la actividad producto del Covid-19. Recientemente, se realizó otro estudio de público de artes escénicas, a cargo del equpo de Alternativa y Enfoque/Consumos culturales, ya en medio de un escenario de espectadores sin barbijos, aforos limitados ni alcohol en gel a la entrada de las salas. En este caso, con base al resultado de encuestas presenciales, el universo comprende el circuito independiente porteño.
En términos de intentar una foto panorámica, la información de Alternativa -página troncal a la hora de recabar datos sobre qué ver- indica que el número de asistentes en 2022 fue superior al de 2019 y que las cifras de 2023 se mantienen, hasta el registro de junio, estables respecto de las de 2022. Los datos que aportan Alternativa y Aadet ayudan siempre a tener una imagen ampliada de las preferencias del público teatro porteño. Paradójicamente, el circuito de teatros estatales, con el Complejo Teatral como el organismo más importante en función de las salas que lo integran, es el gran ausente en todo esto ya que son muy escasos los datos que aportan.
Qué se analizó
Este año, a diferencia de los trabajos anteriores en los que la recolección de datos fue a partir de herramientas digitales, la metodología estuvo centrada en encuestas y entrevistas presenciales que se realizaron en cinco salas del circuito (Border, El Extranjero, El Galpón de Guevara, El Método Kairós y Timbre 4). El objetivo fue recabar datos sobre consumo, criterios de selección y medios de acceso a la información de la cartelera y la identificación de nuevos públicos, entre otros aspectos.
Por empezar, y tomando en cuenta datos estadísticos oficiales, por edad la franja compuesta por personas que tienen entre 30 y 49 años constituye la franja etaria más importante, con el 43 por ciento. Le sigue, con el 29, aquellos que tienen menos de 29 años. O sea, siete de cada 10 personas que concurren al teatro en la ciudad son menores de 50 años. En cuestiones de género, casi el 70 por ciento de la audiencia pertenece al género femenino. Y en lo que respecta a educación, alrededor del 60 por ciento cuenta con el nivel terciario, o más, completo; y casi el mismo porcentaje es trabajador.
Como resultado de las entrevistas que se realizaron antes del inicio de las funciones surgen datos a tener en cuenta. Muchos de ellos, seguramente, podrían trasladarse al consumo de la audiencia en la escena comercial y estatal. De hecho, según lo registrado en las encuestas, el 50 por ciento de los respondieron las preguntas también concurren a salas estatales y el 45 por ciento lo hace a salas comerciales.
Instagram, el nuevo boca a boca
En lo que se refiere a acceso a la información sobre la amplia y variopinta oferta del circuito alternativo, los datos señalan la primacía de las redes sociales como los nuevos mediadores en todo, cuya relevancia se intensificó durante la pandemia y en la pospandemia. Al consultarles por los medios que les permiten informarse sobre las obras en cartel en los últimos seis meses, casi la mitad de los encuestados mencionó Instagram como fuente clave seguido por las recomendaciones y la misma información disponible en la página Alternativa. “Es decir, se privilegian los canales que permiten conocer el relato de la experiencia de otras personas. De todos modos, los públicos tienden a preferir una preparación previa básica que les permita tener solo la información necesaria para comprar la entrada, pero optan por no profundizar, para privilegiar la sorpresa. La búsqueda de información adicional se produce más bien posteriormente al intercambio artístico, donde también se conversa sobre la experiencia vivida”, apunta el estudio.
En lo que hace a modos de selección sobre qué obra ver, nuevamente las recomendaciones ocupan un lugar definitorio, con el 51 por ciento, seguidas por tema/argumento, con un 44 por ciento. Si un lugar común lleva a pensar que la escena comercial (y tantas veces, la programación de los teatro estatales) la elección del elenco es clave como elemento para tentar a una posible audiencia, la composición del elenco apenas define el proceso de selección en el mapa del circuito alternativo con un 25 por ciento.
Las recomendaciones más valoradas son, para casi nueve de 10 personas, las provenientes de pares (un amplio abanico compuesto por amigos, familiares, compañeros de talleres, público en redes). Apenas casi el 30 por ciento valora las sugerencias de expertos (críticos teatrales, docentes, artistas) con una tendencia superior entre los mayores de 50 años. “La relevancia de las redes de sociabilidad y los vínculos afectivos para la construcción de gustos y hábitos de consumo se evidencia también en otros datos: para siete de cada 10 personas es importante la compañía de alguien para ir a ver obras de artes escénicas”, destaca el informe.
Hay otros cruces posibles en todo este entramado. Un poco más de la mitad de los encuestados va al teatro con amigos y el 43 por ciento con sus parejas. El plan “ir al teatro” tiene sus derivas: nueve de cada 10 salen del teatro y se van a cenar o a tomar algo. Lo económico, valor de la entrada, es importante para siete de cada 10 personas y cuestiones como capacidad de la sala o duración de la propuesta escénica no son datos relevantes. Y el miedo a ir a un teatro por temor a contagiarse de Covid, algo fundamental hace poco en términos históricos, parece cosa del pasado (apenas un 50 por ciento lo menciona).
Los datos de esta encuesta indican que la mayoría de los participantes ya tenía vinculación con las artes escénicas antes de la pandemia. Pero, en tren de escenarios futuros y la ardua tarea de construcción de audiencia, un 20 por ciento de los encuestados son personas que iniciaron la practica de espectador luego de haberse despejado el panorama sanitario.
Otros números de la misma marquesina
De volver a los datos duros reflejados en el estudio encarado por Alternativa y Enfoque/Consumos culturales, en la ciudad de Buenos Aires hay más de 300 salas de teatro entre el circuito comercial, alternativo y estatal. Según indica el sitio web del Gobierno de la Ciudad, están distribuidas principalmente en la zona centro y norte de la ciudad. Tomando como referencia los datos del (SInCA) en base a una muestra de 3380 casos de alcance nacional, el 15 por ciento de las personas asistieron en 2021 al menos una vez al teatro en el último año. Lo cual, con información macro, implicó un incremento del cuatro por ciento respecto de la medición anterior, de 2017.
El estudio reciente incluye datos de Aadet, que señalan que la cantidad anual de espectadores de esos espacios en 2022 ya había superado la cifra de 2019, después de la caída abrupta de la pandemia. El dato de la cámara de productores y dueños de salas comerciales del primer semestre de 2023 es más impactante: se produjo un incremento del 73 por ciento de espectadores respecto del mismo período de 2019. Claro que siempre hay un “pero”. “Respecto de agosto, se registra un incremento del cinco por ciento en la cantidad de espectadores en comparación con el mismo mes de 2022. Este dato marca una notable desaceleración, si consideramos el comportamiento observado en meses anteriores”, destacó Sebastián Blutrach, presidente de Aadet, en un posteo reciente.
Las estrategias para consolidar al público de teatro son permanentes. Mientras en la escena alternativa se está desarrollando la séptima edición del Festival de Teatro de la Revista Llegás, que culminará el 8 de octubre y que tiene una amplia e interesante programación en diversas salas porteñas; la semana próxima el circuito comercial lanza una nueva edición de Vení al Teatro, que propone descuentos del 60 al 90 por ciento del valor de sus entradas.La campaña se realizarátodos los martes de octubre en el puesto de Tickets Bs As, Diagonal Norte y Cerrito, frente al Obelisco, y contempla más de 60 títulos en cartel, de todos los géneros.
Fuente: Alejandro Cruz, La Nación