Se viene un reestreno teatral que va a ofrecer una nueva y divertida opción para la cartelera porteña, Ponete en mis zapatos, protagonizada por Lisandro Carret y Mónica Torres. Se trata de una comedia de Ana von Rebeur que fue un éxito hace 12 años en Carlos Paz y en Buenos Aires y por la que Mónica ganó un premio CARLOS de Carlos Pazcomo Revelación Femenina y fue nominada como Mejor Comedia de esa temporada en la ciudad veraniega cordobesa, entre otras distinciones.
La pieza, muy renovada técnica y dramáticamente con respecto a su primera versión, revisa los eternos conflictos matrimoniales y ofrece un giro fantástico en su trama argumental: la pareja cambia de roles. La mujer pasa a ser el hombre de la casa y el marido empieza a pensar como su mujer, entre otras situaciones sorprendentes que le dan una nueva mirada a la temática, siempre poniendo al humor y al paso de comedia en primer plano.
Esta nueva puesta en escena estuvo a cargo de la estadounidense Jackie Kruguer, heredera del Método Morris de actuación, y ella puso el foco en el aspecto audiovisual intercalado en lo teatral, para generar una nueva experiencia escénica. Desde el 1° de Octubre Ponete en mis zapatos se verá todos los domingos a las 20:30 en la Sala 1 del Teatro Multiescena Los Angeles de Corrientes 1764, casi esquina Callao, y conversamos con los tres artífices del espectáculo:
“Estamos muy felices y comprometidos con esta nueva puesta de Ponete en mis zapatos –arrancael actor, conductor y locutor Lisandro Carret, hijo del inolvidable Pato Carret-,porque si bien cuando la hicimos en la anterior oportunidad fue un éxito y ganó premios, ahora es diferente y quizás más aguda y profunda, más que nada porque hubo muchos cambios en la sociedad en todos estos años. Imaginate que en aquella época las redes sociales recién estaban surgiendo y la mujer no estaba tan empoderada como ahora, como para empezar a hablar. En poco más de una década pasó de todo, realmente, y eso ha afectado la manera en que los vínculos llevan adelante una relación de pareja, así que hemos aggiornado muchísimo la obra. Además también ha cambiado el método con el que hemos encarado el trabajo, ya que nuestra coach actoral, Jackie Kruguer, con la que hemos estado entrenado este último tiempo, también se convirtió en la directora del espectáculo, como para unificar todo el concepto teatral que veníamos encarando. Ella es la heredera del sistema de Joy y Eric Morris de preparación actoral, que tiene mucho prestigio entre los que nos dedicamos a la actuación, y nos pareció coherente que sea ella finalmente la que nos conduzca en todo el proceso.
-Además la obra ahora tiene una combinación entre lo teatral y lo audiovisual, y en ese sentido cambia de manera radical la puesta con respecto a la que habíamos hecho antes.Esa fue una idea de la directora y nos hemos adaptado muy bien a esa propuesta, y ahí es donde más encuadra el concepto de renovación de la puesta.De todas maneras, lo más llamativo y gracioso que tiene la obra original de Ana von Rebeur, que es autora de un best seller y de otras piezas teatrales, que es el cambio de roles de la pareja, con toques un poco fantásticos, se mantiene tal cual (Mónica).
-Esas pautas son intocables porque son la esencia y el gancho de la obra. La idea no es que por ejemplo ella se transforma en un hombre, sino que adopta el pensamiento exacto de su pareja, sigue siendo una mujer pero pensando como su esposo, y viceversa. Y ahí se empiezan a entender, mágicamente, pero eso trae otros problemas, claro. Y por otra parte en otros momentos, que también son mágicos y sin explicación, los dos pasan a tener el pensamiento de él, por ejemplo, y luego ambos el de ella. Ahí está el meollo del texto y la razón del título, eso de “ponerse en los zapatos” del otro (Lisandro).
-Y la gente que viene a ver la obra se identifica mucho con estas situaciones de cambios de rol y de estar en la cabeza del otro sexo, es muy interesante y divertido. Es una manera diferente de observar a la pareja y sus crisis en la relación, en un formato de comedia pero que no deja de lado la reflexión y algún toque de dramatismo también, por qué no (Mónica).
-El paso de comedia distiende los dramas y así a veces se los puede apreciar mejor.
-Sí, porque la comedia es un tema serio, en verdad. Siempre hay alguna seriedad detrás del paso de comedia, por más que se vea divertido y ameno. Todas las comedias están basadas en situaciones dramáticas, y el mejor ejemplo de esto es Charles Chaplin (Jackie Kruguer).
-La comedia es un drama visto a la distancia. Cuando uno se cae el piso y se lastima, es una situación muy dura, pero el que lo está mirando de lejos, ajeno a la situación y sin ningún vínculo con uno, capaz que se ríe; es así. En el caso de esta obra se busca la gracia, sí, pero no a través de tropiezos, del chiste fácil, lo que causan gracia son las situaciones de la pareja. La comedia busca, dentro de ese dramatismo, que esas crisis tremendas entren en el terreno del humor, casi casualmente. Y ahí también Jackie tiene mucho que ver con esto, ya que se basa bastante en el método de actuación de Joy Morris, de la que ella es discípula (Lisandro).
-Claro, porque lo que decía Joy es: “No actúes, interpreta desde la verdad”. Que también proviene de otros maestros, como del mismo Stanislavski. Tiene que ver con el trabajo de adentro hacia afuera, con el trabajo de la verdad. Por eso el libro más famoso de Eric se llama No acting, please (Por favor, no actúes”) y en esa frase está todo dicho. Significa poner toda la verdad posible en la interpretación que hacemos, que eso habite nuestro cuerpo y nos aleje de una actuación ficticia. Y eso es lo que queremos lograr con esta comedia, que la gente se identifique con la pareja que está mal, que busca el encuentro y volver a enamorarse. Y habrá momentos de comedia que les hagan gracia, pero también de reflexión acerca de las relaciones entre mujeres y hombres (Jackie).
–Jackie, ¿vos te dedicaste a dictar oficialmente en nuestro país los seminarios de Morris?
-Sí, yo quedé a cargo de las clases en Argentina desde el 2010. Eric Morris estuvo acá en el 89 y luego vino Joy a fines de los en los 90, invitada por Leonardo Sbaraglia. Y siguió viniendo durante más de una década asistida por mí. Yo era su voz, porque ella no hablaba nada de castellano. Su marido Eric ahora está entrenando actores muy reconocidos en Los Angeles, como Jack Nicholson, Meryl Streep, Al Pacino, Robert De Niro. Mis padres son argentinos, yo soy norteamericana pero me crié hablando los dos idiomas.
Yo fui la coach de Leo en Caballos salvajes, que ahora justo se está por reestrenar. Y ahora, aprovechando que esta obra se va a mantar en Miami, voy a ampliar mis seminarios estadounidenses y agregarla, ya que nunca antes se dictaron esos cursos allá. (Jackie).
-Va a ser muy importante para esa ciudad, porque esas clases de actuación siempre se dieron en N. York y Los Angeles, nunca en Miami. Y esa también una meca cultural, concurren muchos artistas de todo tipo, porque hay que destacar que el método no es solamente para actores, es para todo el mundo, un empresario, un ama de casa, un doctor, hasta un deportista (Lisandro).
-Como Messi.
-Claro, ¿por qué no? ¡Lo tenemos ahí, se lo podemos proponer! (Lisandro).
-¿Trabajaste en cine acá Jackie?
-Sí, más que nada con el presentador y productor Dardo Ferrari, el conductor de Contacto visual. Él estaba a cargo de AVH e hicimos films independientes rodados en inglés, para ser distribuidos en el mercado estadounidense. Yo coucheaba, producía y dirigía esas películas, junto con Dardo. También hice TV con Cris Morena y teatro, especialmente una obra que traje de EE.UU., compré los derechos y adapté, produje, dirigí y actué en 2019, y se estrenó en el Teatro Multiescena CPM, el mismo donde pondremos en escena esta obra.
-¿La obra se propone rescatar el vínculo de pareja contra viento y marea?
-Sí, ese es uno de los puntos más interesantes bajo mi punto de vista, que reivindica al amor, a las relaciones que ya parecen insalvables. Cuando hoy en día todo se disuelve y se pasa a otra cosa como si nada, que se impone la teoría de lo descartable, que una relación dura sólo hasta un determinado momento; nosotros con este espectáculo tratamos de decir todo lo contrario. Pone en un primer plano la lucha de la pareja por reencontrar ese amor que los ha unido, es una apuesta a la pareja pero también a la familia, a los valores, al amor (Lisandro).
-Eso ya formaba parte de la esencia de la obra original, ¿no?
-Sí, pero le damos una vuelta de tuerca, más que nada visual, que va a sorprender a los que ya la han visto y al público en general.
-Si habría que definirlo con una palabra, yo diría que el público va a tener una experiencia, a experience, no va a ver sólo una obra, va a experimentar algo especial (Jackie).
-Eso no quita que la gente se va a reír como nunca, también (Lisandro)
-Es súper divertida, que eso quede claro. Sandra y Javi, que son los protagonistas, ya pasaron más de 10 años desde que surgieron en la puesta, y ya no son los mismos. Y los actores que los representan tampoco son los mismos, entonces queremos que todo eso se note arriba del escenario, que para ellos ha pasado el tiempo y para nosotros también, pasamos por diferentes experiencias y crecimos física y emocionalmente, al igual que ellos dos, y que esa crisis de pareja cambia a través del tiempo. Por ejemplo, a causa de los hijos que han crecido, y otras circunstancias. Hemos adaptado algunas situaciones del texto a la actualidad, en todo sentido. Para ajustarnos a la edad que tenemos ahora, fundamentalmente (Mónica).
-Yo por ejemplo, en aquel momento era soltero y sin hijos y ella tenía hijos pequeños, que incluso tenía su participación en la asistencia de la obra. Y ahora yo tengo hijos chicos y los de ella ya son adolescentes. Todos esos cambios son importantes, y de alguna manera los volcamos a la reinterpretación de la obra (Lisandro).
-Mónica, vos venís de trabajar para Disney y en tiras televisivas, ¿no?
–Sí, yo tambiénsoyde Córdoba, de la ciudad de Laboulaye, y arranqué como modelo publicitaria pero también hacía teatro, hasta que me llamaron de Buenos Aires para participar en el Disney Animation Festival donde personifiqué a La Sirenita y a La Bella. Luego participé de varios programas de televisión como Mi cuñado, Gasoleros, Como Vos y Yo, Viva la Diferencia, Cebollitas y Así como es. También trabajé en Radio junto a Leonardo Greco, mi ex pareja, en Radio Splendid y soyLicenciada en Trabajo Social, y en ese carácter recibí el Premio del INADI 2012, por mi labor en apoyo a gente con enfermedades inmunológicas.
-¿Cuántos años de Pasión de sábado, Lisandro?
-9 años. Una gran pasión, tal cual como lo dice el título. Mucho cariño que me ha dado la gente todo este tiempo, conducir un programa de este género música, que llega a tanta gente, te da una popularidad especial. Yo puse en juego mi condición de locutor y de actor para expresar y sentir todo lo que era necesario para llevar adelante esa tarea. Y era una gran satisfacción para mí, porque durante esas 6 horas que duraba el programa le podía proporcionar a la gente esa dosis de diversión y entretenimiento que lo aleje de las dificultades cotidianas. Y conocí otro ámbito, porque nunca había trabajando para la movida tropical, y me divertía a la par de la gente y de lo que pasaba en cada emisión que salía al aire, ni se sentía la duración. Dejé el programa de común acuerdo con los productores para darle espacio a otros desafíos profesionales, como por ejemplo Ponete en mis zapatos.
-Debutaste en cine junto a tu padre que fue un actor de cine, básicamente, y ahora tenés una película a estrenar.
-Sí, mi padre hizo más de 70 películas, ¡nada menos! Y con Los 5 Grandes del Buen Humor hicieron 13 películas. Y sí, mi primer papel fue en un film de él Patolandia nuclear, que venía de un programa de TV, Patolandia. Y ahora vuelvo al cine después de mucho tiempo conDespués del final, con el director Pablo César, un drama autobiográfico que aborda la vida de Luz Castillo, una gran artista y emprendedora argentina, donde hice el rol de Andrés, el marido a través de distintas décadas, cuando él tenía 40 años, 35, 40, hasta los 60 y pico, maquillaje mediante, muy bien hecho. Yo me miraba al espejo y me sorprendía, era otra persona. Fue una experiencia espectacular en todo sentido, me sentí como un chico en un pelotero. Y ahora tuve la gran noticia que también voy a estar en su próximo proyecto, César me convocó y me dio una gran alegría. Un director de primer nivel, que tiene un trato maravilloso con los actores.
-Y a propósito de cine, yo tengo la idea de plasmar en algún momento a Ponete en mis zapatos directamente en imagen, trasladarla al cine. Tuve la oportunidad de hacerlo en los EE. UU., que dirigía una comedia con un actor bastante conocido, y se armó el proyecto de llevarla al cine, pero nos frustró la pandemia. Ahora tengo la misma idea con esta obra acá en Argentina, veremos. A mí me tira mucho lo audiovisual, la imagen, por eso incorporé esos elementos a la puesta (Jackie).
-Se mantendría este mismo equipo y además Jackie también actuaría en esa posible película, ¡porque ya lo hace en esta puesta! Claro, no en el escenario, sino en la parte visual (Lisandro)
-Claro, tengo una breve participación en la parte audiovisual (Jackie).
-Además de estas funciones en CABA, tienen una gira pautada, ¿no?
-Sí, la obra se va a representar, luego de su temporada en Buenos Aires, principalmente en Miami, por intermedio de Jet Lag Producciones, emprendimiento que tengo junto a mi socio Marcelo Culotta y allá están esperándola con ansiedad porque vieron un anticipo en vivo en la inauguración de la productora y les encantó. Y antes se verá en Córdoba y Uruguay, todo eso en 2024. El espectáculo se puede trasladar a cualquier lugar, a pueblos, ciudades pequeñas; donde a lo mejor hay teatros muy chicos. Es de sólo 2 personajes y una parte de la obra está proyectada, así que es muy transportable. Tenemos una puesta más minimalista, en la cual no estaría la totalidad de la escenografía, que es espectacular, pero todo lo demás sería exactamente igual. Llevando sólo una valijita ya la podemos representar en distintos ámbitos, más que nada en escenarios más modestos, sin cambiar prácticamente nada de la puesta. Y por otra parte el martes 26 va a haber un doble evento: la presentación de prensa de la obra y el lanzamiento de la productora Jet Lag. Y Ponete en mis zapatos tendrá su estreno el domingo 1ro. de octubre, que al mismo tiempo será también la función de prensa, en el Teatro Multiescena CPM. (Lisandro).
-¿Y además de todo esto vas a tener un cargo cultural?
-Sí, a partir del 10 de diciembre asumo como Secretario de Cultura y Turismo de Villa del Dique, Córdoba, que es mi pueblo natal. Acepté esa responsabilidad porque quiero aportarle mi granito de arena a esa región donde me crié y que siento tan mía, donde está además la última morada de mi viejo. Es un espacio enorme lleno de lugares turísticos, como el Valle de Calamuchita, Villa General Belgrano, Santa Rosa, etc. En lugar de quejarme desde afuera, prefiero estar adentro y hacer gestiones culturales, turísticas, gastronómicas, etc.
-¿Y qué legado y recuerdos te quedan de tu padre, el Pato?
-Yo digo que los que lo conocieron en persona y lo vieron arriba de un escenario, valoran más su calidad de ser humano, más allá de lo gran artista y comediante que era. Como padre para mí era Súperman: mi papá, mi maestro, mi mentor, mi compañero. Y me hacía reír y a la vez me marcaba una línea de conducta y de trabajo, porque era súper exigente y severo fuera de su sentido del humor. Me dejó un montonazo de enseñanzas a mi hermano y a mí que nos quedaron grabadas, más con el ejemplo que con las palabras, aunque nos dejó una serie de frases inolvidables. Para la profesión de artista que me inculcó, era un maestro permanente, de teatro, de manejo escénico, de actuación, de música, etc. Mi padre era una escuela ambulante, y yo lo acompañaba a todos lados en sus actividades y lo ayudaba, era su asistente. Y el recuerdo más vívido que tengo es cómo lo amaba todo el mundo, además de admirarlo. Me pasa que hay veces que gente mayor me abraza y se emociona, pero más por mi padre que por mí, por el recuerdo de su infancia que yo les traigo.
-Y los otros 4 Grandes eran como tus tíos, ¿no?
-Exactamente, eran familia, mis tíos Jorge Luz y Guillermo Rico. Al igual que Zelmar Gueñol, que además era el padrino de mi hermano, y cada vez que le traía un regalo a él, me traía otro para mí, era infalible; y para un niño eso es inolvidable. A Juan Carlos Cambón no lo conocí porque había fallecido hacía mucho, en pleno éxito del grupo. Era más músico que humorista, los acompañaba siempre con el piano, pero tenía un aspecto muy gracioso que se complementaba muy bien con el resto. Mi casa en general estaba siempre poblada de artistas, que fueron parte de mi vida.
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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.