Si hablan los brasileños sobre los argentinos y viceversa, suele generarse una competencia y, automáticamente, viene a nuestras mentes la eterna rivalidad de los dos países en cuestiones de futbol.
De todas maneras, para quienes viven en la frontera entre Puerto Iguazú y Foz do Iguaçu esta enemistad en los campos de juego es superada por el respeto y cariño entre los residentes de las dos ciudades y el amor a las Cataratas. Igualmente digamos que esa sana convivencia de nuestros días no siempre fue así, y no es precisamente hablando del juego del balón pie.
Durante la era colonial, brasileños y argentinos estaban en desacuerdo por la demarcación territorial en la región conocida por los brasileños como Palmas y por los argentinos como Misiones, lo que dio origen al caso Palmas- Misiones.
En la perspectiva brasileña, la frontera se extendía desde el litoral de Santa Catarina hasta la Argentina y tenía al rio Peperí – Guazú como límite, tal como es en la actualidad. Para la Argentina, la división estaba establecida por los ríos Chapecó y Chopin.
La resolución tuvo su epílogo por la intervención arbitral del gobierno estadounidense de Stephen Groover Cleveland, en 1895. Su participación fue esencial ya que encontró consenso entre ambas partes estableciendo parámetros territoriales definitivos.
Brasil prevaleció en el área de Palmas-Misiones, asegurando la delimitación del extremo oeste de Santa Catarina y el sudeste de Paraná.
Para sellar la paz entre los dos países, se inauguraron los monumentos del Marco de la Tres Fronteras, sitos tanto del lado argentino como del brasileño, en 1903, simbolizando la sana convivencia en armonía y dando por finalizado aquel entredicho.
Con el problema solucionado, los dos países lucharon incansablemente para tornar al área de las Cataratas en Patrimonio Natural por la UNESCO y lograron el reconocimiento internacional el 28 de noviembre de 1986.
Los logros no quedaron solamente allí; en el año 2011, el lazo de hermandad entre los vecinos se tornó inquebrantable con la campaña “Vote Cataratas”, cuyo objetivo era posicionar a las Cataratas del Iguazú como una de las Siete Nuevas Maravillas de la Naturaleza -objetivo cumplido-, donde autoridades municipales de los dos países y vecinos se unieron para asegurar los votos.
En esa época fue ardua la tarea de apoyatura en el proceso de selección de los saltos de agua que es fundamental motor del avance cultural y turístico de la región, fueron muchos meses de promoción de distintas formas para divulgar el destino y pedir el voto. Fueron periódicos, revistas, noticias en los canales de Tv, en los medios sociales y una cantidad enorme de eventos realizados, con el objetivo que a la postre tuvo un final feliz.
La “frutilla del postre”, fue la coronación conquistada en medio de una votación popular en un interminable periodo de cuatro años coordinada por la fundación New Seven Wonders, un 11 de noviembre, en el llamado “Cataratas Day”, se logró la conquista del título ansiado: ser una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo Natural.
Cataratas del Iguazú un destino único…
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico