Durante años, quienes se consideran naturistas y promueven el consumo de alimentos orgánicos y naturales, han promocionado el polen de abeja como un alimento excepcionalmente nutritivo. Incluso, están quienes afirman que este polvo granulado actúa en el organismo como un medicamento. Sin embargo, los científicos advierten sobre no tomar ese tipo de declaraciones como algo certero ya que para poder hacerlo se necesita evidencia profesional que respalde esas propiedades que se le atribuyen.
De esta manera, el creciente interés en el consumo del polen de abeja se debe en gran parte a su alto contenido nutricional, a sus propiedades medicinales y a la tendencia creciente hacia la búsqueda de estilos de vida más naturales y saludables. Históricamente, el polen de abeja se ha utilizado en la medicina tradicional durante siglos. Muchas culturas antiguas lo consideraban como un tónico natural y un remedio para diversas afecciones. Según sus consumidores, el consumo del polen ayuda a aliviar los síntomas de alergias, mejorar la digestión, promover la salud de la piel y el cabello, entre otros beneficios.
Respecto de la importancia que le daban los antiguos imperios del mundo, es interesante destacar que los antiguos egipcios llamaban al granulado de abeja “el polvo que da vida”. Para ellos, la mezcla nutritiva de néctar, polen de flores, enzimas, miel, cera y secreciones de abejas era sagrada y se colocaba bajo las tumbas para que las personas se nutran en su próxima vida. Algo similar ocurría con los romanos quienes consideraban que el polen era una panacea -mítico medicamento que cura todas las enfermedades-. Por eso, los soldados romanos llevaban consigo a las batallas tortas de polen seco para proporcionar sustento en caso de sufrir heridas o lesiones; el mismo ritual sería repetido años después por los nativos americanos que llevaban el polvo de abejas en pequeñas bolsas alrededor de su cuello para tener energía durante los viajes largos. En síntesis, se trataba de un alimento básico necesario, una especie de súper píldora o aspirina del pasado.
El polvo que da vida
Las abejas son las creadoras de este poderoso alimento. El polen se encuentra en las plantas que tienen flores; para obtenerlo, las abejas lo recolectan mientras buscan néctar. Luego son ellas mismas las que acomodan el polvo con sus patas y con la ayuda de sus mandíbulas le dan aquella pequeña forma ovalada que caracteriza al alimento para poder ser transportado al panal. Una vez allí se lo entregan a sus crías y al final de esa cadena, es obtenido por los apicultores que luego lo comercializan.
Según la Universidad de Rochester, el polen de abejas es un alimento rico en vitaminas, minerales, oligoelementos, enzimas, aminoácidos y también es una gran fuente de antioxidantes. Sin embargo, su composición exacta varía ya que depende de la planta de la que fue tomado el polen. “El polenaporta hidratos de carbono, proteínas, ácidos grasos esenciales y contiene minerales y vitaminas esenciales para el organismo. Por lo tanto, se puede decir que su consumo puede ser beneficioso para la salud”, señala Joaquina Pedante (M.N. 11074), licenciada en Nutrición. No obstante, explica que como ocurre con todos los alimentos, su consumo debe ser regulado y evaluado, principalmente para detectar el nivel de tolerancia que tiene el organismo frente al alimento.
Sus alegados poderes son tantos que investigadores del Instituto de Apicultura de Rusia han destacado en numerosas ocasiones que “este alimento es la fuente más rica de vitaminas que se encuentra en toda la naturaleza”. Según los estudiosos, el polen es tan completo que un ser humano podría sobrevivir solamente a base de fibra, polen de abeja y agua.
Diferentes estudios han examinado los efectos de este polvo en la salud y han encontrado resultados prometedores. Si se lo analiza nutricionalmente, se encuentra un perfil impresionante: contiene más de 250 sustancias biológicamente activas, incluidas proteínas, carbohidratos, lípidos, ácidos grasos, vitaminas, minerales, enzimas y antioxidantes. Según informa la Lic. Pedante, el polen de abeja se destaca por su aporte de vitaminas del complejo B, D, E y K. En cuanto a los minerales, la profesional explica que el alimento aporta fósforo, calcio, potasio, yodo, zinc, cobre, magnesio y selenio.
Polen de abeja: propiedades
Según un estudio publicado en la revista “Nutrients”, el polen de abeja es una fuente rica en nutrientes esenciales que pueden contribuir a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir cuadros gripales. Algo similar plantean investigadores de la Universidad de Granada en España, quienes revelaron que este alimento posee propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, lo que podría tener un impacto positivo en la salud general.
Un grupo de investigadores analizó un extracto de polen de abeja y encontró una mejora en el estado de salud y calidad de vida de hombres que tienen prostatitis crónica o agrandamiento de la próstata. Y respecto a las mujeres, existe evidencia que recabaron investigadores de la Universidad de Copenhague, Dinamarca de que el polen de abeja mejora el malestar premenstrual. El estudio que realizaron los expertos fue controlado y aleatorizado con placebo y demostró una mejora de los síntomas como la irritabilidad y la hinchazón que son característicos del síndrome premenstrual.
¿Cómo se consume el polen de abeja?
“En lo que refiere a la dosis de consumo, se recomienda evitar comer más de 1 o 2 cucharadas soperas diarias de polen”, dice la Lic. Pedante. A la vez, la licenciada en Nutrición y especialista en alimentación vegetariana y vegana, Rocío Hughetti (M.N. 8388), revela que el mejor momento para consumir el polen es por la mañana y preferentemente en ayunas.
“Generalmente se consigue en forma de gránulos que se recomiendan pulverizar con cualquier molinillo ya que si los consumiésemos enteros al cuerpo se le dificulta asimilarlo o digerirlo. También se lo puede encontrar en forma de cápsulas que suelen ser de venta libre”, añade la Lic. Hughetti.
Asimismo, destaca que se lo puede ingerir al natural, pero que si el sabor resulta muy fuerte se puede combinar con cualquier clase de líquidos ya sea leche, bebidas vegetales, infusiones, yogures, jugos de fruta, licuados, etc.
A la vez. el Ministerio de Agricultura de España resalta que el polen se puede consumir en su formato granulado o en polvo, solo -disuelto en agua, infusiones u otras bebidas-, o mezclado con miel, mermelada, etc. También añade que es preferible ingerirlo en ayunas y que la dosis ideal para un adulto es de 20 gramos diarios. Se lo puede tomar durante un mes y descansar tres; no obstante, señala que algunos profesionales recomiendan tomarlo durante veinte días y descansar diez, repitiendo la misma secuencia todos los meses.
El estudio “Bee Pollen: Current Status and Therapeutic Potential” realizado por la Universidad de Estocolmo sostiene que el polen de abeja puede ser comprado y usado como suplemento nutricional o dietético. Este debe ser consumido únicamente por vía oral:“Se aconseja una dosis de 3 a 5 cucharaditas para adultos”, destacan en el escrito.
Contraindicaciones
Para los profesionales de WebMD, el polen parece ser seguro para la mayoría de las personas, al menos si se lo toma a corto plazo. Pero si uno tiene antecedentes de alergia al polen, puede obtener una reacción mayor a la que esperaba; puede causar un brote alérgico grave, que incluya síntomas como: picazón, enrojecimiento, dificultad para respirar, urticaria, hinchazón y anafilaxia.
La Lic. Hughetti añade que tampoco se recomienda su consumo en mujeres embarazadas ni en periodo de lactancia. Y por último, advierte que el consumo del polen puede causar un aumento en el sangrado si se toma con ciertos anticoagulantes como la warfarina.
Fuente: La Nación.