El Museo Enrico Caruso está ubicado en el Palacio Real de la ciudad (Palazzo Reale), de Nápoles (Foto: Carlo Hermann/AFP)
Siglo y medio después de su nacimiento, Enrico Caruso, tenor italiano y leyenda de la ópera, recibe por fin el homenaje de su ciudad natal, Nápoles, con un nuevo museo.
Mucho antes que Luciano Pavarotti, fue Caruso quien representó la ópera italiana ante el resto del mundo, inaugurando una era de música para las masas con sus prolíficas grabaciones en los albores de la industria del gramófono.
Nacido en 1873, el tenor y su carrera internacional son el centro de un pequeño museo ubicado en el Palacio Real de la ciudad (Palazzo Reale) que se abrió al público la semana pasada.
“Fue el tenor más grande que el mundo haya conocido”, explica Laura Valente, conservadora del museo. “Porque más allá de su gran talento y su extraordinaria voz, forjó una nueva forma de cantar y de expresarse en escena, en este sentido como Maria Callas”, añade.
El tenor italiano y la leyenda de la ópera Enrico Caruso es celebrado por su ciudad natal de Nápoles (Foto: Carlo Hermann/AFP)
A lo largo de su vida, Caruso ofreció cerca de 2.000 actuaciones y realizó cerca de 250 grabaciones, lo que le convirtió en una estrella mediática reconocida en todo el mundo. Realizó giras desde San Petersburgo hasta Ciudad de México, Buenos Aires y Nueva York.
“Fue un tenor del nuevo siglo. Sobre todo, comprendió que esta tecnología no disminuiría su voz, sino que la llevaría al mundo. Y ésa fue su innovación”, dice Valente.
Las exposiciones multimedia del “Museo Caruso” pretenden dar vida al extraordinario talento y la astucia comercial del cantante, cuya voz fue descrita como “mágica”, a caballo entre el tenor y el barítono. La colección incluye grabaciones antiguas, filmaciones, programas de teatro y fotografías.
Laura Valente, curadora del Museo Enrico Caruso (Foto: Carlo Hermann/AFP)
Quién fue Enrico Caruso
Cuando el legendario director de orquesta Arturo Toscanini escuchó una de las primeras actuaciones del joven Caruso en La Scala, predijo: “Si este napolitano sigue cantando así, hará que todo el mundo hable de él”.
Y tenía razón.
Tras una triunfal interpretación de “Elisir d’Amore” en febrero de 1901 en La Scala -que le valió dos bises-, Caruso comenzó a recorrer el mundo, atrayendo a montones de fans en todo el planeta. Admirado por los reyes y querido por el pueblo, Caruso fue el primer cantante en vender un millón de discos.
Las exposiciones multimedia del “Museo Caruso” pretenden dar vida al extraordinario talento y la astucia comercial del cantante (Foto: Carlo Hermann/AFP)
Casi la mitad de sus actuaciones fueron en la Metropolitan Opera de Nueva York, donde cantó durante 18 temporadas consecutivas desde 1903.
Caruso representa una “imagen positiva de Nápoles en el mundo”, declaró el Ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, en la inauguración del museo.
A partir de los archivos de teatros de ópera de todo el mundo, así como de la Biblioteca del Congreso y otras instituciones, el museo presenta una pequeña selección de los trajes del cantante, incluido el de su papel más famoso, el payaso Canio en “Pagliacci”.
Enrico Caruso (1873-1921)
También se presentan clips de audio de grabaciones, su antiguo gramófono y acuarelas que pintó de la costa. Y para ironía de un cantante de ópera de fama mundial, se pueden ver fragmentos de una película muda que rodó.
A pesar de su éxito mundial, Caruso mantuvo una relación agridulce con su ciudad natal. Tras una fría acogida y una mala crítica después de una actuación en 1901 en el Teatro San Carlo, el joven cantante juró no volver a cantar en Nápoles.
Murió allí en 1921, a la edad de 48 años.
Fuente: Infobae