El château de Pierrefonds es un castillo o château medieval francés ubicado en la comuna de Pierrefonds en el departamento de Oise, en la región de Alta Francia. Está en el límite sur de bosque de Compiègne, al norte de París, entre las comunas de Villers-Cotterêts y la de Compiègne.
El château de Pierrefonds incluye la mayoría de las características de arquitectura defensiva militar de la Edad Media, aunque experimentó una profunda renovación en el siglo XIX.
Allí, cerca de Compiègne puede descubrirse la fortaleza de Pierrefonds desmantelada en el siglo XVII y reinventrada en el siglo XIX.
El Arquitecto Viollet-Le-Duc, realizó una extraordinaria reinterpretación de la Edad Media y del Renacimiento.
Un tesoro de arquitectura lo espera: la Capilla, el patio de honor y las bodegas para el vino lo dejarán sin voz y con ganas de seguir probando los resultados de las buenas cepas.
El Château de Pierrefonds vio la luz en 1397 y fue construido en menos de una década por el impulso de Louis de Orléans, hijo del rey Charles VI. Recibió esas tierras en herencia de parte de los Valois e hizo de ese condado una plaza fuerte estratégica para defender la ciudad de París de las invasiones burguiñoñas e inglesas, numerosas durante la guerra de los Cien Años.
Si Louis de Orléans pudo construir el Château de Pierrefonds y todas sus plazas fuertes tales que el château de Coucy o el château de La Ferté-Milon, por ejemplo, fue gracias a la dote que aporto su esposa, Valentine Visconti, en ocasión de su unión matrimonial.
El château de Pierrefonds es una de las pruebas más concluyentes de la arquitectura militar de fin de la Edad Media.
UN DESTINO TRAGICO
Luego de la muerte de Louis de Orléans, asesinado el 23 de noviembre de 1407 en París or su primo Jean Sans Peur (Juan Sín Miedo), Valentine Visconti se instaló en su Chateau de Blois y no regresó jamás al condado de Valois. El Chateau Restera quedo afectado a la corona hasta el reino de Louis XIII. Pasó de mano en mano a príncipes comop el célebre Antoine D’Estrees, padre de Gabrielle D’Estrees, amante de Henry IV.
Para debilitar las plazas fuertes pertenecientes a los príncipes opositores al rey, Louis XIII hizo desmantelar varias fortalezas del reino, entre ellas, Pierrefonds. Le confió la tarea a Richelieu. En 1617 le encomendó sitiar y destruir el emblemático chateau a fuerza de cañonazos. El castillo cayó en el olvido. pasó a ser una cantera de piedras invadida por hiedras, lugar ideal para los paseantes, los cuales lo calificaban como «ruinas románticas».
RENACER COMO UN FENIX
En el siglo XIX el Chateau renació. Hubo que esperar hasta 1857 y la decisión de un hombre clave para ver cuál sería el destino del castillo. Ese hombre se llamó «Napoleón».
UN PROYECTO AMBICIOSO EN MANOS DE VIOLLET-LE-DUC
En 1855, el Emperador Napoleón III, apasionado por las nuevas tecnologías industriales, fue el instigador de la exposición que atrajo a más de cinco millones de visitantes. El Emperador afirmó su poder haciendo que por el Chateau de Pierrefonds, Francia fuera vista como un país resplandeciente.
CONVERTIRLO EN SIMBOLO DEL «SEGUNDO IMPERIO».
Los trabajos de restauración se extendieron durante más de tres décadas. Para avanzar en la gran cantidad de obras llevadas a cabo en Francia y en Europa, Eugene Viollet Le Duc nombró a Lucyan Wiganowski responsable de los trabajos.
Durante la restauración, este hombre de confianza, verdadero brazo derecho del arquitecto, ejecutó esta obra.
EL EXILIO
A la caida del Segundo Imperio, en1870, los trabajos de restauracion fueron suspendidos. El château tenía ya su silueta definitiva pero los decorados interiores estaban lejos de ser terminados.
La familia imperial dejó Francia por Inglaterra: jamás pudieron aprovechar el monumento y las suntuosas fiestas que podrían haber organizado allí.
El château, totalmente financiado por el emperador, pasó a ser entonces propiedad del Estado. Los trabajos siguientes no fueron más que los de mantenimiento y reparaciones.