Frente a las quejas por el espectáculo inmersivo y lumínico Secret Garden que se desarrolla en el Jardín Botánico Carlos Thays durante las noches de julio, se convocó a un abrazo simbólico en defensa del jardín este domingo desde las 15, una iniciativa que va en paralelo a una carta abierta firmada en contra de la muestra y que respalda las objeciones de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos. Según este organismo, el gobierno porteño incumplió la ley al no consultar, ya que el mítico espacio verde es monumento histórico nacional.
La protesta comenzó en las redes sociales, con comentarios de usuarios indignados por la exposición Secret Garden, que abrió el 1 de julio y se desarrolla hasta el 31 de julio de 19 a 22, momento en que el Jardín Botánico propone un recorrido por 17 instalaciones lumínicas, proyecciones de video tipo mapping y efectos de luces sobre el patrimonio, una idea importada de Europa que se ha realizado en los últimos años en espacios verdes de ciudades como Londres, París o Barcelona.
“Cero respeto a la naturaleza”, “Dicen que es en celebración del aniversario del jardín pero se contradice con el fin fundamental del mismo: la conservación de la biodiversidad”, “Estoy completamente en contra de que vayan a estos eventos, solo para ver luces y guirnaldas que modifican el ciclo de sueño de las aves y los animales que viven en ese recinto”, son algunos de los comentarios vertidos en redes sociales, aunque en su gran mayoría el tono de los mismos apuntó contra el precio de la entrada, de $4.500 pesos por adulto “para entrar a un espacio público”, tal como se lee en varias cuentas.
Mientras tanto, ambientalistas, investigadores, paisajistas, historiadores, arquitectos y patrimonialistas firmaron una “Carta abierta en defensa del Jardín Botánico” y convocaron a un abrazo simbólico el próximo domingo 16 de julio a las 15, en la puerta principal de Avenida Santa Fe 3951.
La exposición inmersiva “altera los ciclos de descanso de la flora y la fauna”, denuncian ambientalistas (Foto: AP/Natacha Pisarenko)
“Nos hemos enterado por la prensa de que en el Jardín Botánico Carlos Thays de la Ciudad de Buenos Aires se desarrolla una ‘Muestra Inmersiva Lumínica’, denominada Secret Garden. Al respecto, queremos recordar que un Jardín Botánico no es un jardín corriente. Es el Museo de las Plantas y su objetivo es científico, artístico, educativo y social. Así lo entendió Thays cuando lo proyectó y construyó”, arranca la misiva.
En la misma carta, hablan de “un oasis de vida para la flora, la fauna” y de la designación como “primer Refugio Climático de la Ciudad, para ser utilizado cuando el verano nos traiga temperaturas extremas” pero que con la actual exposición inmersiva “alteran los ciclos de descanso de la flora y la fauna”, advierten.
“La arquitectura y las obras de arte, son banalizadas. El microclima y el ecosistema del Jardín Botánico -que deberíamos cuidar como el reservorio patrimonial que es- son perturbados por la falta de respeto a la flora y la fauna, por lo que consideramos totalmente fuera de lugar esa instalación. En lugar de concientizar sobre el valor patrimonial de este espacio verde, prima la banalidad de mostrar al público mariposas de plástico con luz, antes que a las verdaderas, atraídas por arbustos y entre flores vivas”, continúan los expertos firmantes, que invitan a adherir “a quienes compartan el dolor y estupor que sentimos”.
El Jardín Botánico de Buenos Aires fue declarado en 1996 Monumento Histórico Nacional, por lo que toda intervención en él debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que dirige Mónica Capano, tal como establece la ley 12.665, pero este organismo no fue consultado.
La carta pública señala que el Botánico es “puesto en peligro por un espectáculo comercial” (@neuroblues7)
“Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) hay un incumplimiento de la Ley 12.665, su modificatoria y el decreto reglamentario, donde dice que esta Comisión ejerce la superintendencia inmediata para intervenir con carácter previo y vinculante, aprobar o rechazar y supervisar toda intervención material sobre los bienes protegidos. Sumado a esto, al día de hoy no fue respondida la nota que se envió al organismo del GCBA, motivo por el cual nosotros estamos haciendo los informes pertinentes para demostrar el perjuicio de Secret Garden sobre el Botánico”, dijeron desde la Comisión Nacional de Monumentos.
El organismo fue invitado a participar de un “Foro participativo en protección al Jardín Botánico Carlos Thays” este viernes 14 de julio a las 18 en el Museo Casa de Alfredo Palacios (Charcas 4741, C.A.B.A.), donde se presentará un informe con el análisis de los daños ocurridos en ese espacio verde, adelantaron sus organizadores. Las oradoras serán Mónica Capano, María Angélica Di Giacomo y Gabriela Massuh.
En tanto, la carta pública difundida señala que el parque de Palermo es “puesto en peligro por un espectáculo comercial, que no respeta a sus plantas, su fauna, sus edificios patrimoniales, su historia, ni la imagen del lugar que guarda el inconsciente colectivo” pero además -suma entre sus líneas- “tampoco se respeta su categoría de espacio público, pues se cobra entrada”.
Por su parte, la Secretaría de Ambiente de la ciudad dijo desde ese organismo “se valora y respeta de manera inequívoca el cuidado patrimonial del Jardín Botánico Carlos Thays. Es por ello que cada vez que se realiza una acción o muestra dentro del predio, se asegura de que ninguna de las actividades puedan generar inconvenientes para el Jardín, garantizando su normal funcionamiento”.
La Secretaría de Ambiente de C.A.B.A señala que «cada vez que se realiza una acción o muestra dentro del predio, se asegura de que ninguna de las actividades puedan generar inconvenientes para el Jardín» (Foto: AP/Natacha Pisarenko)
Según lo expresado por esa cartera porteña, “la celebración de este tipo de muestras no implica intervención, modificación o gravamen alguno del régimen jurídico o material de los bienes que integran al Jardín Botánico” y respecto al pedido de autorización a la Comisión de Monumentos, aseguró que “no incumple la normativa que regula los bienes protegidos”.
Además, la secretaría que dirige Inés Gorbea señaló que el Jardín sigue abierto de manera pública y gratuita todos los días en su horario habitual y que la exposición nocturna Secret Garden se desarrolla “sobre una fracción de 10.500 metros cuadrados de las 7 hectáreas y media que tiene el predio”. “Bajo ningún concepto se modifica ni se interfiere en el normal funcionamiento, el ecosistema ni en la arquitectura de ninguna de las instalaciones del Botánico”, añadieron.
Los organizadores de la muestra Secret Garden -una alianza entre la productora española Proactiv Entertainment y la argentina 6 Pasos– no se manifestaron al respecto del conflicto desencadenado en redes sociales ni sobre los cruces entre los organismos de Ciudad y Nación.
Cuando había sido entrevistado antes de que inaugurara la exposición, el director creativo del proyecto, el español Héctor Sánchez, había asegurado que sumaron la consultoría de un equipo de biólogos para certificar que ni las luces ni el volumen afecten la flora o la fauna del lugar: “Ambas cuestiones están muy por debajo de los estímulos que produce la ciudad. El espectáculo en sí apunta a la mirada medioambiental así que es algo que nos interesaba cuidar desde la producción”, había dicho Sánchez.
Los organizadores de la muestra aseguraron que las luces y el volumen están «muy por debajo de los estímulos que produce la ciudad» (@neuroblues7)
En sintonía con lo que sucede en Buenos Aires, cuando una exposición similar se estrenó en el Jardín Botánico de Londres, (Kew Garden), allá conocida como Christmas Garden, sufrió las mismas quejas por parte del público: “despilfarro de dinero y energía”, “fantasía kitsch y contaminante”, “¿cuál es tu huella de carbono en esto?”, fueron algunos de los comentarios en redes que habían recogido medios como Telegraph o Daily Mail en aquel entonces.
Por ello, el jardín londinense debió salir a explicar “que utiliza biocombustible, una fuente de energía renovable, para alimentar” su exposición “respetuosa con el medio ambiente”.
Asimismo, cuando la muestra Naturaleza encendida estrenó en el Real Jardín Botánico de Madrid, en 2022, la organización Ecologistas en Acción calificó como inapropiado el espectáculo navideño que “tiene lugar en una institución pública dedicada a la ciencia, la conservación y educación ambiental”.
El grupo ecologista se refirió entonces a la “banalización” del Jardín Botánico español y a uno de los pocos refugios de biodiversidad del centro de Madrid “amenazado por la masificación, la contaminación sonora y lumínica del evento, con impactos importantes sobre flora y fauna”.
“El derroche energético que supone un espectáculo de luces como este es, además de innecesario, ética y ecológicamente inaceptable en el actual contexto de emergencia climática”, decían en un comunicado difundido, antes las protestas originadas en redes sociales como las que ahora empañan la muestra Secret Garden, en el Jardín Botánico Carlos Thays del barrio porteño de Palermo.
Fuente: Télam S. E.