En todo el mundo, muchas de las más antiguas terminales ferroviarias son invaluables joyas arquitectónicas que sorprenden y cautivan al público. No es extraño que una gran cantidad firmas dedicadas a la hotelería hayan salido a la caza de estos impactantes edificios para instalar sus servicios. Sin dudas, uno de los países que más experiencia tiene en esta materia es Estados Unidos, pero no es el único y, poco a poco, se suman nuevos y asombrosos ejemplos de remodelaciones y puestas en valor que dejan los espacios como nuevos y con una elegancia espectacular.
Crawford Hotel (Denver)
En la ciudad más grande del estado de Colorado, en Denver, se encuentra el Crawford Hotel desarrollado sobre la vieja estación ferroviaria conocida como Denver Union Station. El edificio que seduce por su belleza es llamado por los lugareños como la sala de estar de Denver.
La estructura original de la terminal se inauguró en 1881 y en ese momento era el edificio más grande del oeste. Pero el inmueble fue demolido a principios del siglo XX y allí se construyó una estación de bellas artes, en el lugar donde se encuentra actualmente el hotel. Para acceder al inmueble, hoy, hay que atravesar la bulliciosa estación de trenes. El lugar aún preserva gestos de la histórica arquitectura. Allí se destacan los techos de casi 20 metros de alto donde conviven deslumbrantes candelabros y enormes ventanales. Los directivos del hotel -que lleva el nombre de Dana Crawford, miembro de Union Station Alliance, que jugó un papel decisivo en la revitalización del edificio a principios de 2000- sostienen que una noche allí es casi como emprender un viaje en el tiempo y auguran que nunca dos visitas han sido iguales. Quizá por eso no sólo se animan a invitar a conocerlo, sino que redoblan la apuesta y desafían a los viajeros a regresar.
St. Louis Union Station Hotel, Curio Collection by Hilton (Saint Louis)
El St. Louis Union Station Hotel se encuentra dentro de la antigua Union Station de la ciudad de la ciudad de Saint Louis. El edificio, que lleva el sello del arquitecto alemán Theodore Link, fue inaugurado en 1894 y casi 80 años después (en 1970) fue declarado Monumento Histórico Nacional. Ocho años más tarde el inmueble cerró como estación de ferrocarril. Tras mucho trabajo, en 1985, finalizaron las tareas arquitectónicas por medio de las cuales el edificio se convirtió en un complejo de usos mixtos.
Actualmente, allí funciona uno de los exclusivos hoteles de la cadena internacional Hilton, que forma parte de la colección Curio, de esa firma. El complejo de lujo -que cuenta con 539 habitaciones- ofrece una postal inolvidable para todos sus visitantes, el Gran Salón, un espacio impactante donde el techo abovedado de cañón de más de 20 metros de altura es su principal protagonista.
Crowne Plaza Indianapolis Downtown Union Station (Indianapolis)
Este hotel histórico se encuentra en el centro de Indianapolis dentro de una de las primeras estaciones de tren de los Estados Unidos. Crowne Plaza Indianapolis Downtown Union Station permite a los viajeros vivir una experiencia única donde el huésped puede elegir pernoctar tanto en una habitación convencional como en un antiguo vagón de tren Pullman. La experiencia gana en veracidad fruto del leve sonido que generan los trenes que arriban a diario a la estación.
El inmueble, que forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos, cuenta con una gran cantidad de elementos originales, entre los que se destacan tanto los pisos de terrazo originales como los más de 900 metros cuadrados de vidrieras en el techo.
Radisson Lackawanna Station Hotel Scranton (Pensilvania)
El Radisson Lackawanna Station Hotel es un edificio de estilo renacentista francés ubicado en la ex estación de Scranton, Pensilvania. La estructura histórica fue construida como estación de tren y edificio de oficinas en 1908, pero cerró sus puertas en 1970. Siete años más tarde fue incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos de los EE. UU., lo que -de algún modo- le garantizó su supervivencia.
Recién, seis años después, en 1983 y tras atravesar un largo proceso de renovación y refuncionalización -que demandó una inversión de US$13 millones-, abrió sus puertas como hotel. Desde ese momento hasta hoy, el complejo -que cuenta con 146 habitaciones- atravesó por varias manos y sufrió una serie de aggiornamentos. De aquel inmueble original se conservan sus relojes, puertas, fuentes, escaleras, techos, paredes y su señorial apariencia.
Royal Hideaway Hotel (Canfranc)
Europa tampoco se queda atrás. En el Valle de Aragón, en España, se encuentra Canfranc Estación. Se trata de un edificio que se inauguró en 1928 y que lleva el sello del arquitecto Fernando Ramírez de Dampierre. El inmueble desde que abrió sus puertas fue considerado una joya que convocó a fotógrafos, arquitectos y amantes del arte. Cuenta la historia de esa estación -que se levanta próxima a la frontera con Francia- que para el corte de cinta convocó no sólo al Rey de España (Alfonso XIII), sino también, al presidente de Francia (Gastón Doumergue) de aquellos tiempos.
Sin duda, una de las particularidades de Canfranc Estación es que estuvo abandonada por muchos años y que tras una larga refacción logró ser puesta en valor hasta que, finalmente, reabrió sus puertas el 15 de abril de 2021 como estación de viajeros, rehabilitando parcialmente dos antiguos hangares de mercancías y dos años después se inauguró el hotel de lujo, con 104 habitaciones, comedor, biblioteca, spa y gimnasio. En la parte posterior del edificio se acondicionó un extenso parque público en el que se muestran diversos elementos de la actividad ferroviaria.
Fuente: La Nación