Fundada en el Siglo VI antes de Cristo, la factoría de Arlés era una ciudad importante en la antigüedad. En su apogeo, la ciudad que llamaban la Roma «Gauloise», tenía cerca de un millón de habitantes.
Después de la fundacion de Constantinopla en el año 326, Arlés se convirtió en la tercera ciudad del Imperio, y a la caida del imperio «carolingio», la capital del reino de Provenza. En 1178, el emperador Barbarroja fue coronado rey de Arlés en la catedral Trophime.
Existen varias leyendas sobre saint Trophime. Se cuenta que habría sido enviado de Roma a Provenza por Saint Pierre, o que vino directamente desde Tierra Santa. Evidentemente, ninguna de esas leyendas puede hoy ser verificada. Se supone que Trophime era un griego de Efeso que pronto vino a instalarse en Provenza para evangelizarla. A partir del año 606 se hizo mención de una primera iglesia dedicada a un santo, Trophime, y construida sobre las ruinas de un tribunal romano.
Muchos peregrinos se presentan en Arlés para recogerse sobre la tumba del santo, pero también para admirar los Alyscampos, la antigua necrópolis galo-romana, establecida a lo largo de la via Aureliana. Hasta el siglo XII, la catedral fue restaurada y arreglada varias veces. .
En 1430, la edificacion de un coro gótico iba a terminar definitivamente la iglesia. Al igual que Saint-Gilles, erigida a inicios del siglo XII, el pórtico oeste de la catedral hace pensar netamente a la arquitectura antigua; ya que la Provenza, una de las regiones de Francia de las más ricas en edificios de estilo romano, no rompió nunca sus lazos con la Antiguedad.
Es asi que la fachada oeste de la catedral hace pensar netamente a un arco de triunfo romano. El juicio final, la Cena asi como los 12 apóstoles están representados en el tímpano. Los muros y el frente están separados por columnas que reposan sobre leones, dando asi a la fachada toda la belleza del clasicismo antiguo.
Entre las columnas, pueden verse varios santos: Saint Trophime, los apóstoles Jean y Pierre a la izquierda cerca del pórtico y, al lado de ellos, Saint Jacques cuyas reliquias conservadas en Saint-Jacques-de-Compostelle atraen a los peregrinos desde la Edad Media.
Se dice que el claustro de Saint-Trophime es uno de los más hermosos del mundo. Comparado a otros claustros, es de dimensiones modestas, pero por el contrario, se desprende un «charme» extraordinario. La escultura llega aquí a cumbres casi inigualadas en el arte románico. Los ornamentos de los capiteles y de las columnas llegan ya a la calidad plástica que se encontrará más tarde en el arte gótico.
Las estatuas ubicadas en diagonal, parecen salir de la piedra y darle vida. Es así que los escultores de Arlés pudieron hacer perfectamente a lo que tendía a realizar lo que pretendia el arte románico: darle relieve a las esculturas, liberarlas de los muros que las encarcelaba.
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Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 fue corresponsal en París para diferentes medios, tanto de la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas a la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para los turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.
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