El Palacio Madero Unzué fue encargado en 1912 por el matrimonio Carlos María Madero y Sara Unzué Baudrix. Para la ejecución del proyecto, la pareja contrató los servicios de los arquitectos británicos Walter B. Bassett Smith y Bertie Hawkins Collcutt, reconocidos por sus importantes obras en Mar del Plata, Chapadmalal, Hurlingham, Buenos Aires y Uruguay (Maximiliano Luna)
Madero admiraba la cultura inglesa y no fue casualidad que le confiara a un estudio de arquitectos británicos la construcción de su casa (Maximiliano Luna)
El proyecto finalizó en 1917 y la familia Madero-Alzaga habitó el Palacio hasta 1945, año en que fue adquirido por el Gobierno británico para convertirlo en residencia del embajador del Reino Unido en Argentina (Maximiliano Luna)
Homenaje a Winston Churchill, ex primer ministro británico de 1940 a 1945 y de 1951 a 1955. Se lo reconoce por su liderazgo en tiempos de guerra (Maximiliano Luna)
Un portarretrato del rey Carlos III del Reino Unido y su esposa, la reina Camila. El ex príncipe de Gales se convirtió en monarca tras el fallecimiento de su madre, Isabel II, el 8 de septiembre de 2022 (Maximiliano Luna)
El Gobierno británico adquirió la residencia por 125.000 libras, aproximadamente 2.400.000 pesos de la época (Maximiliano Luna)
El Gran Salón o Salón Principal, flanqueado por los retratos del rey Jorge V (1865-1936) y de la reina consorte María (1867-1953) vestidos con sus trajes de coronación (Maximiliano Luna)
Las banderas del Reino Unido y Argentina. Ambos países mantienen relaciones diplomáticas desde 1823. La actual embajadora británica es Kirsty Hayes (Maximiliano Luna)
En el Gran Salón suelen llevarse a cabo los eventos y recepciones organizados por la Embajada británica. Uno de los últimos tuvo lugar el pasado 8 de mayo con motivo de la coronación del rey Carlos III (Maximiliano Luna)
Frente a las banderas cuelga un importante espejo estilo Chippendale del siglo XIX (Maximiliano Luna)
Un gran piano de la firma Chappell con caja de caoba (Maximiliano Luna)
La mesa lista en el magnífico comedor de la residencia, debajo de una araña estilo Jorge III de cristal tallado con 24 luces (Maximiliano Luna)
Un menú en un fino plato de la mesa extensible del comedor. La mesa es de caoba y está rodeada de un juego de Dining Chairs (sillas de comedor) del mismo material con respaldo alto (Maximiliano Luna)
Un biombo chino de papel de seda pintado del siglo XVIII, compuesto de ocho paneles que representan una escena continua con hombres mujeres y niños junto a montañas, árboles y ríos (Maximiliano Luna)
La sala de estar, o Salón Azul. A la derecha, un escritorio con tapa de cilindro época Jorge III (Maximiliano Luna)
Sillones en la biblioteca-estudio de la residencia. Al frente, un reloj francés época Restauración con las figuras de Cupido y Psique (Maximiliano Luna)
La terraza es una de las obras más modernas de la residencia y precede al jardín. La embajadora y su marido, Peter Hayes, suelen disfrutar de este espacio al aire libre (Maximiliano Luna)
La princesa Diana de Gales (Lady Di) se hospedó en la residencia durante su visita a la Argentina, en noviembre de 1995. «Diana nos impactó a todos, era muy simpática. Estuvo varios días en la residencia y le gustaba mucho disfrutar del jardín y la pileta de natación», cuenta Samuel Victoria, histórico mayordomo de la residencia británica (Maximiliano Luna)
Esta obra de la escultora Elizabeth Frink celebra el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y el Reino Unido tras el conflicto del Atlántico Sur (Maximiliano Luna)
El muro pertenece a la casona de la antigua Quinta de Hale, el sitio donde funcionó la residencia del embajador británico hasta que el Gobierno decidió comprar el Palacio Madero Unzué en 1945 (Maximiliano Luna)
El rey Carlos III visitó la residencia en 1999, cuando era príncipe de Gales. «Le gustó mucho la arquitectura de la casa y también los espacios verdes. Plantó un ceibo e inauguró un jardín orgánico, cuyas especies seguimos utilizando en nuestra cocina», recuerda Samuel Victoria (Maximiliano Luna)
El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, se alojó en la residencia en 1962 y 1966. En su segunda visita plantó un ejemplar de palo borracho. La leyenda en inglés recuerda el acontecimiento (Maximiliano Luna)
El vestíbulo, de planta circular y solado de diseño ajedrezado, se impone entre rejas de hierro forjado (Maximiliano Luna)
La puerta de entrada al Palacio Madero Unzué, situado en la calle Gelly y Obes 2333 (Maximiliano Luna)
Una vista exterior de la majestuosa residencia británica en La Isla, en el barrio porteño de Recoleta (Maximiliano Luna)
Agradecimientos especiales a Pilar Marín Moreno y Samuel Victoria de la Embajada del Reino Unido en Argentina.
Fuente: Infobae.