La historia de las elecciones en la Argentina es objeto de una apasionante muestra en la sede de la Cámara Nacional Electoral (CNE, 25 de Mayo 245). En plena “semana maya” y a cuarenta años de la recuperación de la democracia con el triunfo en las urnas de la fórmula integrada por Raúl Alfonsín y Víctor Martínez, se inauguró Museo electoral, exposición conmemorativa que recorre la historia electoral del país desde 1810 hasta el presente. Es la primera muestra en la sede del Tribunal electoral, que preside Alberto Dalla Via. Junto con el vicepresidente Santiago Corcuera y el juez de Cámara Daniel Bejas, el presidente del Tribunal definió las elecciones en la Argentina como “un acto de soberanía muy participativo”.
“Hemos tenido muchas crisis desde 1983 hasta la fecha -dijo ayer Dalla Via-. Podemos enumerar unas cuantas: adelanto de elecciones, problemas críticos, el corralito, y sin embargo cada vez la ciudadanía fue y redobló la participación. De las crisis salimos votando”.
Con y sin escarapelas, asistieron a la inauguración la vicepresidenta del Consejo de la Magistratura, Agustina Díaz Cordero, y el consejero Diego Barroetaveña, y jueces y funcionarios del Poder Judicial. El corte de cinta estuvo a cargo del exjuez de Cámara Alejandro Máximo Paz y el exsecretario de Actuación Judicial Felipe González Roura. También participaron las autoridades de la TV Pública, Rosario Lufrano, Osvaldo Santoro y Claudio Martínez, y los historiadores Hilda Sabato y Luciano de Privitellio.
La muestra contó con el asesoramiento de destacados historiadores -De Privitellio, Sabato y Marcela Ternavasio- y estuvo al cuidado del museólogo Gabriel Miremont. En dos módulos, agrupa materiales de archivo de valor histórico (como las primeras fichas electorales tras la sanción de la ley Saénz Peña), libretas de enrolamiento, padrones, las boletas con los candidatos de las elecciones de 1983 de victoriosa Unión Cívica Radical, el Partido Justicialista, el Partido Intransigente, el Comunista, el Movimiento al Socialismo y la Unión del Centro Democrático (que tantos “cuadros” dio al peronismo años después), líneas de tiempo, fotos y proyecciones: una de ellas, restaurada por el Museo del Cine, registra las elecciones en 1911.
Se puede ver la primera ficha del registro de electores, que perteneció al presidente Marcelo T. de Alvear; la segunda es la del ministro de Guerra de Alvear (y presidente entre 1932 y 1938), Agustín P. Justo. También están las Hipólito Yrigoyen y Alfredo Palacios.
Además de simbólico, el “Museo electoral” tiene un valor didáctico. Cuenta con un recorrido externo y uno interno. En los paneles externos se registran cronologías de los acontecimientos más relevantes de la historia electoral argentina y de los partidos políticos, y ahonda en las distintas elecciones nacionales y los momentos de interrupciones al orden constitucional a través de los golpes de Estado. También se expone el rol de la Justicia Electoral Nacional.
En el recorrido interno de los paneles, se pueden ver las distintas boletas presidenciales utilizadas por las dos fórmulas más votadas en cada elección desde la recuperación democrática en 1983 hasta la fecha, con los resultados obtenidos; las publicidades partidarias de los comicios y publicaciones de diarios y revistas que testimonian el significado que revistió para la ciudadanía la recuperación y la defensa de la democracia tras la última dictadura militar. En el segundo módulo, se ven fotografías históricas y consignas esgrimidas por las principales mujeres que impulsaron el reconocimiento de los derechos políticos y del sufragio femenino en el país, de Julieta Lanteri a Eva Perón. Hay propagandas, fotos y tapas de revistas de principios del siglo pasado.
No faltan las urnas y otras piezas y objetos que forman parte de la historia del sufragio en la Argentina. Se ve una fila completa de antiguos ficheros que contienen la documentación en papel utilizada décadas atrás por el Tribunal para la actualización del Registro Nacional de Electores. El Museo electoral concluye con un panel donde se muestra una gigantografía alusiva al escenario del debate presidencial obligatorio del año 2019, que por ley organiza el Tribunal, donde se exhibe un breve resumen audiovisual de lo acontecido en aquella oportunidad y uno de los atriles utilizados por los candidatos.
La muestra se podrá visitar en La Noche de los Museos y también en recorridos organizados por la CNE, “en la medida en que no interrumpan mucho la tarea en un año electoral como este”, advirtió ayer Dalla Via. Para inscribirse hay que enviar un mail a [email protected].
“Atrás de una elección hay toda una tarea permanente -dijo el presidente de la CNE a LA NACION-. Los padrones hay que mantenerlos; ahora tenemos el sistema informatizado, pero antes se guardaban en ficheros de papel que ocupaban los tres subsuelos del edificio. No cabían los papeles. La ley Sáenz Peña fue un paso importante porque pasamos al voto secreto; antes era cantado y algunos dirigentes conservadores, como el exgobernador bonaerense Manuel Fresco, lo repudiaban porque ‘no era cosa de hombres’. Las cosas han cambiado mucho”. En la actualidad, participan de los comicios personas que antes estaban excluidas por razones insólitas. “Ante una sola incapacidad física, una persona no podía votar”, ejemplifica Dalla Via.
Dalla Via revalorizó el debate televisivo de los candidatos. “La gente quiere escuchar a los candidatos y ver qué es lo que proponen; antes esto no existía en la Argentina: el que estaba primero consideraba que no tenía que debatir porque podía perder votos”, dijo y señaló que el sistema electoral argentino es “perfectible”.
“Nuestro sistema es antiguo pero bastante seguro -afirma-. Tiene mucho papel a la vista, la oferta pública está a la vista. Tiene defectos también. Puede mejorar en la fiscalización, porque deposita mucho en los partidos políticos. Nuestro sistema no es un servicio público, es un sistema de participación ciudadana. Pero la ley les ha puesto a los partidos varias responsabilidades. Hay distintas opciones: el Congreso Nacional le ha dado media sanción a una ley de boleta única en la Cámara de Diputados; esto mejoraría ese problema porque la boleta única la provee el Estado. Esto es materia de los legisladores, aunque los jueces podemos dar una opinión”.
El historiador De Privitellio, que dirigió el Museo Casa Rosada durante el gobierno anterior, fue convocado como asesor. “La historia electoral en el país tiene más de doscientos años”, dijo ayer a LA NACION. “A principios del siglo XX se votaba de un modo totalmento distinto, era casi una procesión o una fiesta de carnaval más que gente yendo a votar -grafica sobre una de las proyecciones de Museo electoral-. Para nosotros el voto es un acto individual. También se muestran las peleas que había en el siglo XXI. Se dice que había fraude y eso es cierto a medias. Como todos hacían fraude se puede pensar que eso era una regla de juego, extraña para nosotros pero regla de juego al fin”, observó.
Con motivo de la conmemoración del cumplimiento de los cuarenta años de la recuperación de la democracia, en el día de hoy se inauguró en la sede de Tribunal el #MuseoElectoral pic.twitter.com/S8OGxlSbgN
— Cámara Electoral (@CamaraElectoral) May 23, 2023
“Los sistemas electorales son dinámicos -aseguró el historiador-. Nosotros asistimos a uno de los cambios más importantes, que es la ley de cupo y paridad; no todo el tiempo mensuramos la importancia de este cambio, porque es la primera vez en la historia electoral del país que se señala a un grupo de la sociedad para darle una representación fija. Cambia una lógica que nunca existió. Las mujeres podían votar pero no tenían un representación garantizada”. Actualmente, destacó, se discuten otros cupos: el indígena y la ampliación de género. “No sé si llegará a eso”, sostuvo. Nuevos capítulos esperan al Museo electoral.
Fuente: Daniel Gigena, La Nación