En cada una de sus presentaciones anteriores para el Mozarteum Argentino, Dejan Lazić ha dejado muy en claro las razones por las cuales su nombre está entre los mejores pianistas de los últimos tiempos. Pero en esta, en la que constituye su cuarta visita, está la particularidad de que viene no solo como intérprete, sino que también lo hace como compositor. Con un programa al que tituló Rapsodia vienesa interpretará obras de Mozart, Beethoven y Brahms; la transcripción personal de un lied de Schubert y como cierre, una composición propia: Rapsodia al estilo de Istria, en lo que será la función inaugural de la 71a. temporada de esta institución.
Lazić, quien durante el último año se ha desempeñado como artista en residencia de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, acostumbra a presentar programas en los cuales las obras se conectan a través de un concepto particular. Y es lo que hace en esta oportunidad con Rapsodia Vienesa. “Viena fue el centro musical mundial durante los siglos XVIII y XIX. En ese momento no se hablaba de música clásica, era simplemente música y la ciudad era un verdadero punto de encuentro para cualquiera que quisiera ser escuchado. Los diversos estilos, así fuesen de influencia italiana, germánica, eslava o húngara estaban todos conectados de alguna manera con Viena. Por esto, el término vienés no está ligado solamente a la ciudad como lugar geográfico, sino que en un sentido más amplio se refiere al universo propio que representaba esa cultura. Y rapsodia porque todas las obras que están dentro de este programa tienen el sentido libre, romántico y de carácter improvisatorio propio de las piezas rapsódicas”, explica.
Mozart ha sido un compositor clave a lo largo de toda la carrera de Lazić, uno que continúa descubriendo y al que siempre necesita regresar. Precisamente fue por la grabación de los cuartetos para piano de este compositor que recibió el prestigioso premio OPUS Klassik 2021 en la categoría de música de cámara. “Mozart no solo me inspira, sino que también influye en la forma en la cual interpreto otros compositores. Es lo que Shakespeare o Miguel Ángel significan para otras expresiones artísticas. Su Fantasía en Re menor, K. 397 con la cual inicio el recital, tiene la particularidad que la dejó sin terminar, paró justo al final y no la completó. Hay quienes opinan que esto fue hecho adrede para así tener la libertad de improvisar en cada concierto. En esta oportunidad, el final que se va a escuchar fue escrito por mí. Es apenas la mitad del último minuto, pero lo he trabajado durante años y espero refleje de manera fiel el espíritu mozartiano. Mi aproximación a la Sonata en Si bemol mayor, K. 333, la otra obra de Mozart que llevo, es con un oído musical muy diferente luego de haberle escrito los arreglos para piano y orquesta, así como para piano y cuarteto de cuerdas. Pienso que allí radica la importancia de hacer arreglos musicales, te hacen ver las obras maestras a un nivel más profundo.”
¿Cómo abordar una pieza cuya melodía ha sido repetida hasta el cansancio para poder capturar y transmitir la esencia de su sonido? Según Lazić, la respuesta a esta pregunta en referencia a la Sonata en Do sostenido menor “Quasi una fantasia” Op. 27 n. 2 (“Claro de Luna”) de Beethoven, se encuentra al indagar en las circunstancias que rodean la obra. “Habría que comenzar por saber que el título “Claro de luna” no se lo puso Beethoven y esto representa un gran cambio. Si nos desprendemos de todo el sentimentalismo al que se le asocia y que de manera inconsciente también nos hace interpretarla diferente y pensamos en Sonata “Quasi una fantasía”, tendremos una conexión a la fantasía de Mozart con la que abro el programa. Y aquí vuelvo al concepto inicial, la manera rapsódica entre ciertos programas de recitales era ver la influencia que un trabajo tenía sobre otro. Me interesa como Mozart influye en Beethoven, así como la increíble paleta de tonalidades de esta obra. Durante la pandemia me encargaron un curso online sobre ella y la trabajé a fondo. Quedé maravillado al ponerle atención a cada nota, a cada fraseo y al final esto es la belleza de las obras maestras. No importa cuantas veces las escuchas, siempre te van a sorprender.”
Para Lazić, la transcripción es una actividad a la que hay que acercarse con mucho cuidado. “Cuando escribes un arreglo sobre una obra, por ejemplo, el que hice del lied “Der Hirt auf dem Felsen” de Schubert, no tienes ninguna licencia. Tienes que conocer muy bien el estilo del compositor y estás obligado a moverte dentro de unos parámetros particulares. Es similar a caminar sobre cáscaras de huevo. Este lied está escrito para voz, clarinete y piano y aquí entra un elemento personal; yo también tocaba clarinete y la he interpretado como clarinetista y pianista. Al hacer el arreglo tengo que lograr que suene como si fuese una pieza para piano escrita por Schubert. Hay que ser lo más veraz en el propósito y espíritu de la partitura y para esto hay que investigar profundamente. Terminás descubriendo sutilezas que le dan una luz especial”.
Con la última obra de esta Rapsodia vienesa, Lazić se muestra en su doble rol de intérprete y compositor. “Mi fuerte no ha sido nunca esperar por un encargo: si siento un fuego en mi interior, lo tengo que plasmar en papel. Y así fue el proceso con Rapsodia al estilo de Istria, Op. 18b que el pianista estrenó el año pasado. “Siempre he tenido fascinación por esta región, está muy ligada a mi historia. Hoy en día es reconocida por ser un lugar turístico, bellas playas y gastronomía maravillosa. Pero lo que no se conoce es que, a pesar de ser muy pequeña, es una región con una herencia musical muy particular. Los países que la rodean no influyeron en su música. Su lenguaje musical es único, no está en el sistema tonal de mayor y menor. Esto es un punto de partida muy interesante para un compositor puesto que la primera pregunta que se hace al ver una obra es si fue escrita en mayor o menor, así hablemos de Bach o de Paul McCartney. Pero en Istria no está en ninguno de las dos y esto resulta muy diferente para nuestros oídos occidentales. Fue lo que me inspiró a escribir esta rapsodia”, dice.
Apertura de la temporada 2023 del Mozarteum Argentino: Rapsodia Vienesa, con Dejan Lazić, piano. El lunes 24, a las 20. Teatro Colón, Libertad 621. Entradas desde: 2610 pesos.
Fuente: Helena Brillembourg, La Nación