Nuevas alianzas culturales estratégicas de pesos pesados copan la escena del arte intercontinental. Al ya famoso Louvre Abu Dhabi se suma en la misma ciudad una sede del Museo Guggenheim, que se está construyendo y que se estima abrirá al público en 2026. Con este flamante espacio, el Guggenheim amplía sus sucursales internacionales, actualmente en Bilbao, Venecia y Nueva York. Será un enorme edificio futurista que, desde la casa matriz, definen como “un experimento en el diseño inventivo de museos del siglo XXI”, que albergará obras de arte moderno y contemporáneo de Asia Occidental, África del Norte y Asia Meridional.
Y la lista de alianzas culturales se incrementa aún más: el Centro Pompidou confirmó que abrirá una sucursal en Seúl y, además, hizo acuerdos de asociación con Arabia Saudita para la conformación de un museo de arte contemporáneo dedicado a los creadores árabes (abrirá sus puertas entre 2027 y 2028 en Al-Ula, en la provincia de Medina). Según la agencia coreana de noticias Yonhap News, Hanwha, un vasto conglomerado con intereses en los sectores financieros y minorista pagará “el alquiler y otros gastos” por los cuatro años iniciales de actividad, en los que se ofrecerán ocho exposiciones monográficas basadas en una selección de la colección del Pompidou.
Punto de largada de estos acuerdos, el Louvre de Abu Dhabi es la primera y única sede del célebre museo francés. El acuerdo que firmaron en 2017 condensa la ambición de Francia y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de recurrir al arte como herramienta diplomática del denominado poder blando, que apunta, no ya al poderío económico militar, sino a compartir valores y una cosmovisión cultural que, en este caso, demandó negociaciones con tres presidentes franceses: Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y Emmanuel Macron, artífice de los últimos ajustes. Macron, quien inauguró el museo, destacó que esta institución, que surgió en el desierto y que tiene permiso de usar la marca Louvre hasta 2037, es “un mensaje contra todos los oscurantismos”.
No hay que dejar de lado el gran impacto económico y social que tienen los museos en las ciudades, como ocurrió con el potente “efecto Guggenheim” en el museo de Bilbao, que da cuenta de cómo un proyecto artístico tiene la capacidad de incidir y modificar una economía devastada y convertir una ciudad en centro turístico.
Tras dos décadas de anunciado el proyecto, el edificio en Abu Dhabi es un proyecto majestuoso de 32 mil metros cuadrados, lo que lo convierte en la “sucursal” más grande de la marca. Fue diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry, a los 94 años, el pope que ideó la sede de Bilbao que este año cumplió 25 años, además de otros templos culturales como La Phil de Los Ángeles o la fundación Louis Vouitton en París. El museo expondrá unas 600 obras, que aportarán una visión global del arte desde 1965 hasta la actualidad, poniendo especial atención en los artistas de Oriente Medio, el Magreb y el Sudeste Asiático.
Louvre, el puntapié inicial
Diseñado por el famoso arquitecto francés Jean Nouvel, la estructura del Louvre Abu Dhabi fue concebida como comunión entre culturas. Nouvel define el museo como un “ágora árabe” que tiene como función acoger todas las creencias. Rodeado de agua y con una altura de 40 metros sobre el nivel del mar, al museo se puede llegar por tierra o por mar. La gran cúpula de 180 metros de diámetro, símbolo perfecto de la arquitectura árabe, cubre la mayor parte del museo. De 29 metros de altura, la cúpula está formada por 8 capas de metal con estrellas que crean lo que su diseñador llama una “lluvia de luz”. Al bajar una escalinata se ven enormes tortugas de agua.
El Louvre de Abu Dhabi es el resultado de un acuerdo millonario intergubernamental (firmado el 6 de marzo de 2007) entre los Emiratos Árabes Unidos y Francia. Los EAU pueden usufructuar la poderosa marca Louvre, que incluye el conocimiento, la orientación y los préstamos museográficos franceses. Un comité de adquisiciones evalúa, investiga y aprueba minuciosamente todos los objetos para futuras adquisiciones.
Este acuerdo que dio origen al Louvre Abu Dhabi, primer museo universal del mundo árabe, cuenta con el aval de 17 de las instituciones culturales francesas de mayor renombre, que coordinan los préstamos de obras de arte y aportan su experiencia en la gestión. “La asociación –informan desde el museo— combinaría la audaz visión de progresión y apertura cultural de los EAU con la experiencia de Francia en el mundo del arte y los museos. Explorará los temas comunes que revelan y conectan a la humanidad”.
Se exhiben obras de Da Vinci, Antonio Canova, Auguste Rodin, Pierre Auguste Renoir, Yves Klein, Pablo Picasso, Jean Tinguely y Piet Mondrian. Hay una estatua monumental con dos cabezas de Jordania (circa 6500 a.C.) y una escultura de Ramses II (1279-1213 a.C.), entre muchas otras piezas invaluables. Una de las joyas más preciadas del museo es San Juan el Bautista de Leonardo, un óleo sobre madera pintado por Leonardo durante varios años alrededor de 1510, que tras ser restaurado, llegó como préstamo desde París a Emiratos Árabes para celebrar el quinto aniversario de la pinacoteca emiratí.
Desde el Louvre Abu Dhabi explican que las obras que adquieren se seleccionan en función de su importancia histórico-artística, estado de conservación, procedencia y narrativa curatorial para contar historias de conexiones culturales que van desde el Paleolítico hasta nuestros días.
La creciente colección de tesoros del museo reúne importantes obras de arte que recorren la totalidad de la historia de la humanidad en todo el mundo. Incluye hallazgos arqueológicos antiguos, artes decorativas, esculturas neoclásicas, pinturas de maestros modernos e instalaciones contemporáneas. “El Louvre Abu Dhabi se centra en lo que nos une –consigna el museo en su página web–: las historias de la creatividad humana que trascienden las culturas o civilizaciones individuales, las épocas o los lugares”.
Fuente: Marina Oybin, La Nación