“El teatro es tan duro y tan adictivo porque no deja espacio para las medias verdades”, escribió el crítico español Marcos Ordoñez, en una definición contundente de lo que tienen de propio las artes escénicas. Las obras de teatro suceden en el aquí y ahora del presente, un grupo de personas representa frente a otros. Ninguna función es igual. Cuerpos vivos acontecen frente a nuestros ojos. Y el 2022 fue el año en el que el público salió a buscar ese presente único del teatro, después de dos años de cierres totales y parciales de las salas por la pandemia.
La necesidad de ver arte en vivo y de reencontrarse en estas experiencias fue la gran distinción de este año teatral, a diferencia de otras temporadas. El teatro oficial (todas las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires, el Cervantes, el cultural San Martín y el teatro 25 de Mayo) funcionó prácticamente a sala llena. En el circuito comercial sucedió lo mismo con las piezas más convocantes y en el teatro independiente el público participó como hacía mucho tiempo no lo hacía: se compraban entradas con anticipación y se esperaba en el hall de los teatros por si se cancelaba alguna reserva y se liberaban butacas para poder entrar.
Esta demanda de colmar las salas, más allá de la crisis económica, fue difícil de sostener desde el lado de los artistas y las cooperativas, que después de dos años de falta de trabajo, sufrieron el desgaste y la falta de financiamiento para encarar nuevos proyectos. Así todo, el 2022 tuvo hallazgos enormes. Artistas que reinventaron los clásicos, unipersonales potentes, relatos conmovedores y piezas de un enorme riesgo e investigación creativa. Aquí, cinco imperdibles de lo que sucedió en la escena porteña de este año.
Obra del demonio
«Obra del demonio», escrita y dirigida por Diana Szeinblum
Obra del demonio, escrita y dirigida por Diana Szeinblum, fue una pieza de danza – teatro que tomó la sala María Guerrero del Cervantes para generar un atmósfera que hacía mucho tiempo no se veía sobre un escenario. Una explosíón de imágenes, asociaciones libres, historias fragmentarias y pleno estado lúdico para invocar la obra de la gran bailarina y coreógrafa Pina Bausch, referente de la posvanguardia europea y pionera absoluta en callar la narración en el teatro, para explorar un mundo perceptivo y visual.
La obra giró en torno a la gran bailarina y coreógrafa Pina Bausch, referente de la posvanguardia europea
Y eso fue lo que sucedió en el Cervantes cuando los 13 bailarines y coreógrafos que integraban el espectáculo comenzaron a desplegar un universo de movimientos y relatos físicos, atravesados por una escenografía inolvidable basada en la obra del artista plástico Eduardo Basualdo, y con el diseño de Cecilia Zuvialde. Objetos vivos, que respiraban, construidos por capas de sentido, que generaron una atmósfera envolvente en todo el espacio. Obra del demonio fue, según los conceptos que desarrolló Pina Bausch, un acontecimiento.
Lo que el río hace
La obra de las hermanas Paula y María Marull se estrenó en la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín
La nueva obra de las hermanas Paula y María Marull se estrenó en la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín. Las artistas presentaron un espectáculo hipersensible, que en su construcción logró un auténtico viaje de la ciudad a la naturaleza y del presente a los recuerdos de la infancia. Entre un humor sensible, que pone el foco en los modos de ser y vivir de sus personajes de pueblo y la vorágine y alienación de la vida urbana, la obra es un relato conmovedor y poético sobre la necesidad de volver a la infancia, para cambiar el presente.
William Prociuk, Mónica Raiola, Mariano Saborido y Débora Zanolli junti a las hermanas Marull
En este espectáculo, el primero que las Marull estrenan juntas haciendo absolutamente todo a cuatro manos (actuación, dirección y dramaturgia), todas las imágenes que recorrieron en sus obras se condensan en un gran mundo generador: el pueblo de Esquina, en Corrientes. El río como ordenador de la vida, la Fiesta Nacional del Pacú, sus habitantes y la presencia del padre, figura a la que la protagonista de la obra vuelve sin quererlo, con la excusa de recuperar un terreno, pero como si fuera una constelación, la invita a volver a mirar la infancia y repensar su presente. William Prociuk, Mónica Raiola, Mariano Saborido y Débora Zanolli completaron el paisaje de personajes conmovedores y dulces de esta obra. También aparecía el litoral, con la música inconfundible y original para la obra de Antonio Tarragó Ros. Lo que el río hace fue un éxito de público tan grande que se programó una segunda temporada para el 2023 en el San Martín.
Lorca, el teatro bajo la arena
«Lorca, el teatro bajo la arena», escrita y dirigida por Laura Paredes, en colaboración con Mariano Llinás (Sandra Cartasso)
Escrita y dirigida por Laura Paredes, en colaboración con Mariano Llinás, Lorca, el teatro bajo la arena se estrenó en el Cultural San Martín y al igual que Obra del demonio, surgió del ciclo Invocaciones, un proyecto curado por Mercedes Halfon, que de manera muy creativa invita a generar un diálogo entre los creadores contemporáneos y los grandes renovadores de las artes escénicas del siglo XX.
Manuel Attwell, Claudia Cantero, Agustín Gagliardi, Nicolás Levín y María Inés Sancerni
El universo de Federico García Lorca evocado en sus poemas, en escenas de obras clásicas, unidas por un conflicto teatral, generó múltiples climas, en un territorio andaluz. Manuel Attwell, Claudia Cantero, Agustín Gagliardi, Nicolás Levín y María Inés Sancerni fueron los intérpretes de esta historia que sucede en una plaza de toros clausurada, en la cual dos investigadoras discuten sobre la obra de Lorca, mientras los dolores del pasado llegan como llagas recientes para que las actrices se desangren en vivo. Este espectáculo fue la vuelta a un universo lorquiano, sin dejar de ver su presente, pero con una lectura no solemne, lúdica y muy vital.
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Me encantaría que gustes de mí
«Me encantaría que gustes de mí», unipersonal basado en textos literarios de la escritora y artista plástica Fernanda Laguna
Este unipersonal basado en textos literarios de la escritora y artista plástica Fernanda Laguna, propuso un viaje hilarante e intenso sobre la vida de una profesora de literatura que busca de manera desesperada el amor. Esta mujer que desayuna whisky e intenta incentivar la lectura y la escritura a un grupo de adolescentes de un secundario, vive atravesada por encuentros con mujeres en las que deposita un nivel de expectativas, pasión y ansiedad que la dejan al borde del precipicio.
Luciana Mastromauro y Fernández López, directora y actriz respectivamente
Fernández López es una actriz dramática y física excepcional para este personaje, en el que hace un interesante juego con los tonos de voz, la gestualidad, la expresión del cuerpo y la comunicación con el público. Junto a la directora Luciana Mastromauro, lograron un equipo preciosista para llevar este relato a la escena y hacer una adaptación que se condensa en puntos de inflexión para que la acción avance. Así, entre lo ridículo y lo angustiante del amor, el público acompañó el devenir de esta mujer que busca amar y ser amada, cómo no entenderla.
Los finales felices son para otros
«Los finales felices son para otros», basado en «Ricardo III», escrita por Mariano Saba y dirigida por Nelson Valente e Ignacio Gómez Bustamante
Este espectáculo se propuso el desafío tentador y siempre convocante de traer a Shakespeare al mundo contemporáneo, ya que está basado en Ricardo III. Escrita por Mariano Saba y dirigida por Nelson Valente e Ignacio Gómez Bustamante, la obra se estrenó con parte del mismo equipo creativo que hizo Ojalá las paredes gritaran, una adaptación de Hamlet. En vez de pelear por el oro y el poder de las monarquías de los tiempos shakesperianos, en esta obra la escena se desarrolla en una vieja fábrica de fundidos, que está a la venta, en el último intento de sacar una tajada económica de un presente en decadencia. “Es una reflexión sobre la destrucción que se vivió en los 90′. Estamos en los estratos sociales más bajos y acá nuestro Ricky funciona como una deformación del rey deforme. Alguien que por resentimiento y ambición hace funcionar la violencia y genera una escalada de destrucción, que a diferencia de la original deriva a otro lado: no destruye todo el entorno, sino que acá parte de su violencia solamente se vuelve contra sí mismo”, definió Mariano Saba, autor del texto y gran referente de la dramaturgia en nuestro país.
Julián Ponce Campos, Martín Gallo, Augusto Ghirardelli, Mariana Mayoraz, Sofía Nemirovsky y Matías Pellegrini Sánchez
Con las actuaciones de Julián Ponce Campos, Martín Gallo, Augusto Ghirardelli, Mariana Mayoraz, Sofía Nemirovsky y Matías Pellegrini Sánchez, este tipo de obras suelen ser la síntesis de lo mejor del teatro independiente de Buenos Aires: mentes creativas e inteligentes en la dramaturgia y la dirección y actores entrenados y con una gran variedad de recursos para interpretar en el cuerpo esta construcción por capas que implica trabajar con un texto clásico, pero con la reescritura del presente.
Fuente: Infobae