Una palabra que designa un comportamiento manipulador, engañoso y deshonesto resultó elegida palabra del año según la editorial estadounidense Merriam-Webster. Las búsquedas en el diccionario Merriam-Webster del término gaslighting aumentaron un 1740% en 2022 en comparación con el año anterior. Según se indicó, no hubo un suceso específico que generara ese incremento en las búsquedas, aunque cabe destacar que a inicios de este año se estrenó en Estados Unidos la miniserie Gaslit, producida por Sam Esmail y protagonizada por Julia Roberts y Sean Penn.El gaslighting es “el acto o la práctica de engañar a alguien, especialmente para beneficio propio” y es una de las tretas adjudicadas a los comportamientos manipuladores y psicopáticos.
Las activistas feministas podrán dar fe de que es el típico “está loca” o “está confundida” con que varios hombres intentan desentenderse cuando son acusados de abuso, maltrato o manipulación psicológica. Entre la mentira y el fraude, el gaslighting proyecta su sombra sobre la realidad. Aquellos que ejercen esta clase de maltrato llegan a poner en duda incluso los recuerdos de sus víctimas y niegan hechos que en verdad ocurrieron.
“En esta era de desinformación, fakes news, teorías conspirativas, trolls de Twitter y deepfakes, gaslighting ha surgido como la palabra de nuestro tiempo”, anunció ayer la compañía de diccionarios, al revelar su elección.
“Es una palabra que ha subido tan rápidamente en las búsquedas, en especial en los últimos cuatro años, que en realidad resultó una sorpresa para mí y para muchos de nosotros”, dijo Peter Sokolowski, redactor independiente de Merriam-Webster, en una entrevista con la agencia The Associated Press. “Fue una palabra buscada con frecuencia todos los días del año”, añadió.
La definición principal de gaslighting de Merriam-Webster es la manipulación psicológica de una persona, generalmente durante un largo período de tiempo, que “causa que la víctima cuestione la validez de sus propios pensamientos, percepción de la realidad o recuerdos y generalmente lleva a la confusión, pérdida de confianza y de autoestima, incertidumbre sobre la estabilidad emocional o mental de uno mismo, y una dependencia del perpetrador”. El término se aplica tanto a circunstancias personales como políticas.
Gaslighting es una herramienta usada por los abusadores en las relaciones, y por políticos y otras figuras públicas. Puede darse en una relación de pareja, en una familia o entre amigos, cuando alguien le dice a otro que sus percepciones de maltrato o control son “ideas suyas” e incluso alucinaciones. Puede ser una táctica corporativa o una forma de engañar al público. También existe el “gaslighting médico”, cuando un profesional de la salud desestima los síntomas o la enfermedad de un paciente.
El origen está en el cine
La palabra -que se puede traducir como “luz de gas”- debe su origen al melodrama cinematográfico de 1944 dirigido por George Cukor, Gaslight, basado en la obra de teatro homónima del escritor británico Patrick Hamilton. La película -protagonizada por Charles Boyer, Ingrid Bergman y Joseph Cotten- narra las estrategias de un músico (Boyer) para convencer a su esposa (una sufrida Ingrid Bergman) de que sufre alucinaciones y padece fallas en la memoria; busca trastornarla y hacerle creer que está perdiendo la razón. De ese modo, la lleva a dudar de su criterio y la somete a su arbitrio.
“Quienes practican el gaslighting -aseguran los expertos- dan vuelta las situaciones; se sitúan por encima de su víctima, esterilizan sus cuestionamientos e incluso la responsabilizan de los errores y pecados que ellos mismos han cometido -escribió Jorge Fernández Díaz en LA NACION-. Estos procesos de abuso y dominación suceden dentro de parejas y grupos familiares o corporativos, pero también en regímenes políticos con líderes autoritarios y narcisistas proclives al maltrato y enamorados de la mentira argumental y numérica, el artificio ficcional para esterilizar las denuncias y refutaciones, y la estigmatización del disidente”.
En la miniserie estrenada en abril en Estados Unidos, Gaslit, protagonizada por Julia Roberts y Sean Penn, se aborda el caso Watergate desde la perspectiva de Martha Mitchell, una mujer que jugó un papel decisivo en este caso. Mitchell era una celebridad en Arkansas, y la esposa de John Mitchell, amigo personal de Richard Nixon, su jefe de campaña y fiscal general durante su mandato. Ella fue la primera denunciante en el caso Watergate y quien reveló la participación del expresidente estadounidense en el escándalo que le costó su cargo cincuenta años atrás. Esto la convirtió en víctima de una despiadada campaña de desprestigio y abusos psicológicos por parte de la Casa Blanca y de su propio marido.
El link con Donald Trump
Al conocerse la “palabra del año” en Estados Unidos, muchos la asociaron con las prácticas del expresidente Donald Trump a la hora de responder ante las frecuentes denuncias de abuso durante su campaña y mandato presidencial (denuncias que aún se siguen haciendo).
Otras de las palabras que aumentaron su porcentaje de búsqueda fueron “oligarch” (en relación con los intereses ocultos detrás de la invasión rusa a Ucrania), “queen consort” (por el título de reina consorte de la esposa del flamante rey Carlos III del Reino Unido) y “omicron”, la letra griega que nombra a la variante del coronavirus que “reina” en el planeta desde 2022. En la lista también figuran “codify”, impulsada por el fallo de la Corte Suprema estadounidense que revirtió la sentencia del caso Roe vs. Wade sobre el derecho al aborto; “loamy”, que incrementó la búsqueda por el juego de palabras Quordle, y “raid”, cuyo interés alcanzó su punto máximo después de que el FBI ejecutara una orden de allanamiento en la residencia de Trump en Mar-a-Lago.
La palabra del año elegida por el diccionario Collins con sede en el Reino Unido fue “permacrisis”, “un período prolongado de inestabilidad e inseguridad”. “Resume de manera bastante sucinta cuán verdaderamente horrible ha sido 2022 para tantas personas”, dijo el director general de Collins Learning, Alex Beecroft.
Por otro lado, los editores del Oxford English Dictionary abrieron una convocatoria pública por primera vez este año. La votación continúa hasta el viernes. Las opciones que encabezan las preferencias son “Metaverso”, “#IStandWith” (hasthtag usado en la reciente campaña electoral estadounidense) y “Globin mode”, un neologismo que designa cierta manera de vivir (descuidada o relajada) que rechaza las expectativas sociales en cuanto al cuidado de la imagen propia.
El curioso caso de ¿Homero?
Mientras tanto, el Diccionario de Cambdridge anunció hoy que la palabra del año en Reino Unido es “homer”. Y los responsables son… los jugadores de Wordle que terminaron con su racha ganadora cuando se toparon con estas cinco letras en el juego online.
“Homer” designa un golpe en el béisbol y se buscó casi 75,000 veces en el sitio web del Diccionario de Cambridge durante la primera semana de mayo, cuando era una respuesta en el rompecabezas que también en 2022 fue un boom global. La explicación revela una curiosidad detrás del fenómeno y mejor creer que esta es la razón por la que se convirtió en el vocablo con mayor aumento de búsquedas. A ver si en verdad, esas miles de personas, intentaban desentrañar quién fue un tal Homero, autor de la Odisea.
Fuente: Daniel Gigena, La Nación