Herman Cornejo, bailarín principal del American Ballet Theatre durante 20 años, anunció su regreso a la Argentina desde su residencia en Nueva York con una obra excepcional que busca profundizar en la cultura indígena partir del montaje de un ballet sobre la leyenda guaraní del mítico pájaro urutaú, que retoma la conexión del célebre Vaslav Nijinsky con Buenos Aires y el Río de la Plata, donde el artista europeo dio su última función antes de ser internado con un diagnóstico de esquizofrenia.
El espectáculo, titulado Anima Animal, es la primera producción propia de Cornejo junto con Anabella Tuliano y Grupo Cadabra y representa la vuelta a los escenarios de uno de los bailarines argentinos más aclamados y reconocidos mundialmente. El proyecto, resultado de dos años de investigación y desarrollo, retoma la idea que dio origen a la obra Caaporá (sobre urutaú) escrita en 1915 por los intelectuales argentinos Alfredo González Garaño y Ricardo Güiraldes, y presentada a Nijinsky en su última visita a Uruguay, antes de que abandonara definitivamente los escenarios.
«Anima Animal» está basada en la leyenda guaraní del pájaro urutaú. Foto: Félix Busso
La obra producida por Cornejo y que también lo tiene como protagonista es una evocación a Nijinsky, un referente de la danza mundial y que marcó un antes y después para la incursión de los varones en la disciplina en el siglo XX y en la forma de interpretación genuina y verosímil en el escenario, también con temáticas audaces y poco frecuentes para la época.
Anima Animal se estrena en la provincia de San Juan el 2 de diciembre. En la cuenta regresiva para ese día, durante los últimos ensayos previos al debut, Herman Cornejo dialogó con Infobae Cultura. “En 1917, cuando se iba a hacer Caaporá, había una mirada muy europea hacia los indígenas, y hoy en día hemos evolucionado mucho en nuestra visión, en entender lo bueno y lo malo. Entonces sentí la necesidad de hacer una obra con un guion nuevo, con esta mirada mucho más especial, y poder traer al escenario una obra en la cual todos de alguna forma se sientan identificados –cuenta Herman–. Creo que cuando hablamos de espiritualidad hablamos de la conexión entre todos los seres humanos, un respeto entre nosotros y el respeto por la tierra, por eso es importante dejar plasmado este mensaje en esta obra y hoy. Creo que la tierra en esta obra tiene una voz y queremos que se escuche, porque sentimos que no hay mucho tiempo para reparar todo el daño que le hemos hecho”.
Herman Cornejo baila el rol principal de «Anima Animal» junto al grupo Cadabra (foto: Antonio Fresco)
—¿Hay antecedentes de obras de ballet inspiradas en la cultura guaraní o en alguna otra cultura hispanoamericana?
—Desconozco si hay otras obras relacionadas con la cultura hispanoamericana, yo no encontré nada con relación a la cultura guaraní, investigando en esta leyenda sobre el urutaú. En este sentido, seríamos unos de los primeros en presentar una obra de ballet en el escenario con esta cultura guaraní, con estas raíces indígenas y con estos mensajes tan profundos que describen muy bien a esta cultura, que es la espiritualidad, la conexión y la sabiduría con las estrellas, y por sobre todas las cosas con un mensaje muy necesario para estos tiempos que es el cuidado de la tierra, que tenían todas las culturas indígenas.
—¿Cómo se relaciona Anima Animal con Caaporá?
—Anima Animal se relaciona de una forma paralela a la historia que escribieron González Guaraño y Güiraldes, Caaporá. Cuando yo presenté el proyecto a la universidad, lo presenté con un título que decía “Re-imaginando Nijinsky”, porque quería investigar sobre lo que Nijinsky quería hacer con esta obra de Caaporá, pero también me imaginaba cómo sería si Nijinsky estuviera vivo, qué haría hoy con esta historia, ya que él tuvo ideas muy avanzadas para su época. Entonces, Anima Animal está creada con la inspiración de Caaporá, está la inspiración de Nijinsky y obviamente tenemos toda esta cultura a quienes queremos representar en el escenario de una forma muy profunda, muy espiritual, darlos a conocer como una tribu muy avanzada y muy conectada con nuestro planeta.
«Anima Animal» mezcla coreografía contemporánea con técnica clásica (foto: Carlos Villamayor)
—¿Cómo definirías el lenguaje coreográfico de Anima Animal?
—El lenguaje coreográfico es coreografía contemporánea que se mezcla con técnica clásica y se mezcla con todos estos mensajes que dan pie a una interpretación, un sentimiento. Es una obra que es para muchos públicos, para uno que entiende de danza y para un público que no esté habituado a ver danza, porque el fin de esta obra no es subir al escenario y bailar, es subir al escenario y dar un mensaje.
—Durante la etapa de investigación y creación coreográfica, ¿tomaste contacto con representantes de la cultura guaraní? ¿Tenés la idea de llevar la obra a territorio guaraní?
—Durante la etapa de investigación hablé mucho con Anabella (Tuliano, coreógrafa de Anima Animal), que tiene conocidos en Paraguay, gente que estudia esta leyenda del urutaú, que tienen raíces directas guaraníes. Y lo que sacamos de estas conversaciones es que la palabra para ellos es lo más importante, es una cultura que respeta lo más preciado que es la palabra. Y sí, sería ideal poder llevar esta obra a territorio guaraní, es una obra hermana entre Argentina en la zona de Misiones, unida a Bolivia, Paraguay y Uruguay. Sería precioso bailarlo ahí y también sería precioso poder llevar esta historia por el mundo.
«Sería ideal poder representar esta obra en territorio guaraní», dice Cornejo. Foto: Félix Busso
—¿La música de Anima Animal fue creada especialmente para la obra? ¿Cómo fue tu participación en ese proceso?
—La música fue creada especialmente para esta obra. Cuando hablé con Anabella por primera vez para preguntarle si quería ser parte de este proyecto y empezamos a hablar de hacer una obra completa, le comenté que quería hacer una música original para esta obra, como en los viejos tiempos. Anabella conocía a Noelia Escalzo, una compositora cordobesa que compone música clásica y folclórica para orquesta, y su música me hizo viajar, realmente. Pero a mí me faltaba algo, y yo descubrí a un compositor electrónico que utiliza sonidos de la naturaleza que también me hicieron viajar, porque sentía que la música de Noelia con los toques inesperados –podríamos decir– de Uji, podría llegar a ser una colaboración increíble, y así lo fue. Tenemos 55 minutos de música donde hacemos un viaje en el tiempo. La obra empieza en la nada misma, cuando la explosión del bigbang que da vida a nuestro planeta Tierra. Y ahí la música te hace viajar de la nada misma, atravesando lo más puro de la naturaleza, haciendo pasajes por el deshielo que está sucediendo en los glaciares. Creo que ese momento es de un sonido que realmente te penetra en el cuerpo cuando suena ese crujir del hielo, es un lamento de la tierra pidiendo ayuda. La música empezó a crearse con el tono del canto o el llanto del urutaú, tiene una nota musical, algo muy peculiar que fue la base de la música entera. Entonces el viaje es redondo. En el final de la obra, él se transforma en esta ave y sale volando, como una especie de esperanza, de que hay una segunda oportunidad para seguir purificando nuestra alma.
«El fin de esta obra no es subir al escenario y bailar, es subir al escenario y dar un mensaje» (Herman Cornejo) (Foto: Antonio Fresco)
Con respecto a la génesis de este proyecto, Herman reconoce que fue su esposa, María José Lavandera, quien lo incitó a presentarlo en la universidad y con quien desarrolló la historia narrada en Anima Animal (”Ella es el quinto elemento de esta obra”, señala). Y del proceso creativo de la obra, dice que fue “divino” trabajar con otros artistas “de un nivel altísimo”. “Creo que hoy en día Anabella Tuliano, Noelia, Uji, son sinónimo de excelencia.
El proceso al principio fue a distancia, gracias a la tecnología pudimos conectar a través de videollamada, y lo lindo es que hicimos el proceso desde cero los cuatro y fue maravilloso. Pero cuando nos pudimos juntar personalmente fue aun más mágico, me pude reunir con los chicos de Cadabra, a quienes yo había visto por video y me sorprendieron muchísimo. Por eso le dije a Anabella que haga la coreografía y que yo quería bailar esta obra con ellos. El encuentro fue mágico, la música se fue creando al unísono con la coreografía, y ahora presentarlo en San Juan es un sueño hecho realidad”, resume Cornejo.
«Conocí a los bailarines de Cadabra por video, y me sorprendieron muchísimo» (Herman Cornejo). Foto: Félix Busso
La obra se estrena el 2 de diciembre en San Juan, donde hay previstas dos funciones más para el 3 y el 4 de diciembre. “Ojalá esta obra les guste a muchos teatros –espera Herman–. Nuestra idea es hacer una gira por toda la Argentina, obviamente por nuestros países hermanos y llevarla por el mundo. El Teatro Colón se vio muy interesado, al American Ballet Theatre de Nueva York también les encantaría tenerla, así que estoy muy feliz por la buena recepción que está teniendo esto”.
Para el bailarín nacido en Villa Mercedes, provincia de San Luis, esa expectativa artística no es menos importante que el mensaje que quiso plasmar en Anima Animal: “Quiero aportar mi granito de arena al cambio, aportar en cada teatro este lindo mensaje de unión, de respeto entre nosotros y por el planeta Tierra, que nos acoge y nos mima, y representar un poco también de esta forma a la Argentina, con esta historia tan nuestra, llevarla por el mundo. Y después seguir con Anima 2 y Anima 3″.
«Queremos representar a la cultura guaraní de una forma muy profunda, muy espiritual, como una tribu muy avanzada y conectada con la naturaleza» (Herman Cornejo) (Foto: Antonio Fresco)
“Lo lindo de esta historia es que termina en que a Ibi, la indígena protagonista de esta historia –cuyo nombre significa tierra en guaraní y es un sinónimo de belleza, de poder y de fragilidad–, yo la mato sin querer, sin darme cuenta –explica Cornejo sobre el rol que interpreta en la obra–. Es una forma de decir que todos sin darnos cuenta estamos matando a la tierra. Y cuando Ibi muere se transforma en luz y vuela al cielo como estrella nueva. Al cometer este error, el pájaro se convierte en su alma animal para continuar con esta purificación. La historia cuenta que nosotros somos estrellas, y cuando una estrella nueva cae al planeta Tierra renacemos como seres humanos, a los que, bendecidos por los dioses, se nos otorga un alma animal. Y cuando el ser humano comete un error, tiene la posibilidad de convertirse en este animal y continuar su purificación del espíritu para volver a ser estrella. Entonces él, al cometer este error, que sucede en un momento de la obra en que el deshielo de la tierra comienza, con inundaciones, y el caos provoca guerras entre comunidades, él lanza una flecha hacia los contrarios y sin verla mata a su amada. Ella se convierte en luz por su alma tan pura y vuela al cielo, y él se convierte en pájaro”.
«Anima Animal», de Herman Cornejo, se estrena en el Teatro Bicentenario de San Juan el 2 de diciembre. Foto: Félix Busso
“Entonces, imagino un segundo acto donde están todos los que se convirtieron en animales, ese sería Anima 2, y después un Anima 3, qué pasa con los que se convierten en luz” –proyecta Herman–. Pero por el momento, disfrutando de Anima Animal, que es la primera parte de esta serie”.
*Anima Animal se presenta el 2, 3 y 4 de diciembre en el Teatro del Bicentenario de la provincia de San Juan.
Fuente: Infobae