“Ser invitado a presentar los Oscar por tercera vez es un gran honor o una trampa. De cualquier manera, estoy agradecido con la Academia por preguntarme tan rápido después de que todos los buenos dijeron que no”, escribió Kimmel, fiel a su estilo, para acompañar el anuncio de la Academia de Cine de los Estados Unidos.
El presentador condujo las ceremonias de 2017 y 2018 y en la primera de ellas se produjo el recordado yerro que atribuyó el lauro principal a “La La Land” cuando en realidad el premio correspondía a “Luz de Luna”.
Aunque esa gafe resulta apenas una anécdota curiosa comparada con el suceso violento vivido este año cuando Will Smith subió al escenario a golpear a Chris Rock mientras presentaba un premio.
“Jimmy es el anfitrión perfecto para ayudarnos a reconocer a los increíbles artistas y películas de nuestra 95ª entrega de los Oscar”, dijeron en un comunicado Bill Kramer y Janet Yang, director ejecutivo y presidenta de la Academia, respectivamente.
“Su amor por las películas, su experiencia en televisión en vivo y su capacidad para conectarse con nuestras audiencias globales crearán una experiencia inolvidable para nuestros millones de espectadores en todo el mundo”, puede leerse en el texto.
El regreso de Kimmel para igualar en cantidad de presencias en ese rol a Jerry Lewis, Steve Martin, Conrad Nagel y David Niven, también buscará reponer el interés de la audiencia por el resultado de la premiación, ya que aún lejos de las 50 millones de personas que seguían la transmisión, se perdieron 10 millones de televidentes entre la última conducción del animador que se desempeña en la cadena ABC y la velada de marzo último.