La gastronomía coreana está llena de sabores intensos, ingredientes con personalidad y preparaciones milenarias. Platos como el mandu, una suerte de “empanada” hervida o el toppoki, unos “ñoquis” a base de arroz con salsa picante, están ganando cada vez más popularidad entre los argentinos. Por eso, desde hoy hasta el martes próximo, en el marco de las celebraciones por el 60° aniversario de las relaciones diplomáticas entre Corea y la Argentina, la Asociación Civil de Gastronómicos Coreanos Hansang lanzó una semana dedicada a la gastronomía de este país en un circuito de más de 30 restaurantes porteños.
“La gastronomía coreana tiene 5000 años de historia y al menos 500 platos típicos. Como hubo momentos de gloria y otros de mucha pobreza, la cantidad y diversidad de platos es muy abundante”, dijo Pedro Rim, creador del restaurante Kikiriki, uno de los adheridos a la propuesta y donde se especializan en el pollo frito, uno de los platos favoritos en Corea.
Desde Hansang explicaron que la palabra hansik significa cocina coreana y que a diferencia de la gastronomía occidental, que suele presentarse en pasos, se expone todo junto en la mesa, a un mismo tiempo.
Para Song Hee Ho, chef del restaurante Una canción coreana, la característica principal de esta gastronomía es, justamente, la mezcla. “Los argentinos no están acostumbrados a mezclar todo, pero nosotros sí. Hansik significa una mesa llena de comida de diferentes orígenes: vegetales, carne, pescado, fideos, mucho condimento, especialmente picante, mucho ajo, mucho ají molido”, dijo.
El concepto es el siguiente: uno se sienta a la mesa y tiene el bap, arroz cocido como base, y varios acompañamientos que conforman el banchan. “El banchan es como una sinfonía, una extensa variedad de acompañamientos que buscan el equilibrio entre proteínas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas”, explicaron desde Hansang.
Los chefs coincidieron en que una de las preparaciones más representativas de la cocina coreana es el kimchi, una suerte de guarnición hecha de verduras fermentadas con mucha salsa y condimentos que acompaña cualquier comida. “Sin kimchi no podemos comer nada. Un dicho popular dice que una manera de torturar a un coreano es hacerlo comer ramen sin kimchi”, dijo Song Hee Ho.
Una de las premisas del hansik es que “el alimento es la mejor medicina” y por eso el kimchi, en sus más de 100 variantes, es tan representativo: según estudios, los probióticos que se producen durante su fermentación fortalecen el sistema inmunológico y favorecen la digestión.
Además, mencionaron el bibimbap, un plato preparado con arroz mezclado con vegetales variados con salsa picante, y el bulgogui, hecho con carne de res agridulce.
En cuanto al postre, el concepto coreano es diferente al de Occidente. Después de comer se suele consumir fruta o tomar un té. Sin embargo, es habitual consumir tteok, una masita de arroz, o hangwa, una masita tradicional, en cualquier momento del día.
“El sik he, una de las bebidas coreanas más populares, hecha de arroz y cebada, se toma muchísimo como un postrecito“, agregó Rim.
Este será el tercer año que se realiza esta iniciativa y se enmarcará dentro del mes de la gastronomía coreana, que incluye otras actividades vinculadas a la cultura y los sabores de este país como Buenos Aires Celebra Corea, el 20 próximo, y el Día del Kimchi, el 22 que viene.
Entre los restaurantes que integrarán el circuito de locales adheridos figuran, además de Kikiriki —Terrero 1525— y Una canción coreana —Carabobo 1549—, Barthalé, un bar de tapas en Ruperto Godoy 712; Casa Feliz, en Carabobo 1537 y Gogiya, una parrilla libre de comida coreana ubicada en Carabobo 1583, entre muchos otros.
“Estamos muy orgullosos y felices de poder seguir difundiendo con todos los argentinos los sabores del hansik. Estamos convencidos de que este intercambio culinario entre ambas culturas acerca a las naciones”, dijo Sandra Lee, referente de Hansang. La asociación civil está compuesta por restaurantes, cocineros, chefs, pasteleros, panaderos y empresarios de la gastronomía coreana en la Argentina que buscan, entre otros objetivos, alentar al intercambio mediante recetas de platos típicos para adaptarlos al paladar argentino, así como la reinterpretación de comidas clásicas argentinos con ingredientes y productos coreanos.
“La iniciativa está buena para acercar a la gente que no conoce y tiene curiosidad a probar la gastronomía coreana”, dijo Song Hee Ho.
Por su parte, Rim mencionó que el boom se las series televisivas coreanas colaboró con acercar a los argentinos a la gastronomía de su país: “Muchos vienen a Kikiriki porque son amantes de las series coreanas y quieren probar los platos que vieron en la tele”.
Por ejemplo, dijeron desde Hansang, la serie Woo, una abogada extraordinaria (Netflix), popularizó el gimpbap, un roll hecho con aceite de sésamo y relleno de verduras, proteínas y aderezos como kimchi.
Fuente: Josefina Gil Moreira, La Nación