Quedó inaugurado el merecido homenaje a la artista argentina Graciela Sacco (1956-2017) en el entorno privilegiado del Jardín de las Tullerías, diseñado por André Le Nôtre, el gran paisajista de Versalles, y que es, junto con el Jardín de Luxemburgo, el más grande de París. Debe su existencia a la reina Catalina de Médici, quien decidió mudarse al Louvre y comprar las 25 hectáreas circundantes para hacer un jardín a su medida. Todo le quedaba chico.
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Fue un proyecto de la galerista Florencia Giordana Braun presentar la obra de Sacco como parte del programa de Sites, con el que Paris+ par Art Basel viste de arte la ciudad mientras dura la feria. Contó con el apoyo de Bienalsur, por impulso de Aníbal Jozami y Diana Wechsler, y de la Fundación Cartier, dirigida por Hervé Chandès, un muy buen amigo de la Argentina.
Las instalaciones de Sites ocupan los jardines y llegan hasta Place Vendôme. Nada librado al azar en la ciudad del arte. El circuito urbano garantiza un recorrido por las calles de París en esta primera edición de un combo imbatible: unir la marca Art Basel, creada por el suizo Ernst Beyeler en los setenta, con la capital francesa. De esta manera, el relojito suizo del mercado suma un eslabón más a la cadena virtuosa que forman Basilea, Hong Kong y Miami Beach.
Hoy es día de paro general en París, decretado por los trabajadores de TotalEnergies en medio de la peor crisis de combustible que se registre. No hay nafta. Pero París no para. Miles de turistas circulan por las calles, hay metro, taxis, bares, bistrós y gente llegada de todas partes con ganas de disfrutar de la primavera tardía, en la ciudad más escenográfica del planeta; el fondo perfecto para la selfie.
El Jardín de las Tullerías, donde años atrás mostró su obra otro rosarino, Adrián Villar Rojas, es Patrimonio de la Humanidad. Allí está Bocanada; en los dos extremos junto a los estanques de ese camino de reyes que une el Louvre con la Plaza de la Concordia. Enormes reproducciones que hablan de pesadillas, contra los muros de un jardín de ensueño. Un toque de atención, una llamada de alerta o un grito desesperado: las bocanadas no han perdido un ápice de su intensidad. Claman por justicia, por el fin del hambre, por un mundo más sano y no contaminado, en el que respiremos todos un aire más puro.
Sacco repite la imagen de la respiración a boca abierta, tan abierta que parece comerse el universo. El registro repetido sobre diferentes superficies ha sido, en su caso, un recurso de penetración y difusión; una estrategia de la artista que hizo de la heliografía la herramienta básica de su lenguaje expresivo. La foto aplicada sobre distintas superficies, la imagen como disparador de una denuncia.
Basta recordar los ojos que miraban por toda Venecia en la Biennalecurada por Irma Arestizábal, cuando conLeandro Erlich –y su famosa piscina- Graciela Sacco representó a nuestro país. Inquietante.
Graciela murió de cáncer en 2017; demasiado pronto. Dejó la huella de alguien que cuando mira, denuncia. Alguien que no calla, incomoda.
En la recorrida por las Tullerías y contra el fondo de una obra de Jean Dubuffet, la coleccionista Marion Helft recordaba la primera vez que vio la obra de Sacco y supo que en esa imagen disruptiva, orillando la abstracción y la figuración, estaba el germen de un talento único. Una cruza de humanidad y política.
Los Sites reúnen obras de artistas de todo el mundo y son el prólogo de la edición inaugural de Paris+ par Art Basel. Mañana será el día de los coleccionistas, advisors, museos y curadores. Y el jueves abrirá sus puertas en el Grand Palais Éphémère, pabellón transitorio ubicado en el Champ de Mars, vecindario de la Tour Eiffel. Mientras tanto, el Grand Palais está sometido a una puesta a punto sin precedentes, quizás la mayor de su historia, que también nació “éphémère”.
En la feria estarán los nombres que importan del mercado internacional: los Gagosian, Hauser, Perrotin y compañía. Asistencia completa. Nadie quiere perderse este debut post pandemia de la que puede ser la feria estrella del siglo XXI. Han sido años de abstinencia de contactos y de compras, y las galerías llevarán lo mejor de cada casa.
Esta semana, la crisis de la energía le ha dado una estocada a Macron, pero la ciudad de París no se rinde. Tiene tantos turistas como habitantes y un programa de exposiciones extraordinarias. Va como botón de muestra la recomendación de Pablo Reinoso, todavía mimado por los halagos de su mega en el Palacio de Chambord: Monet y Joan Mitchell en la Fundación Louis Vuitton del Bois de Boulogne. Glorioso contrapunto entre el primer impresionista y la dama norteamericana del expresionismo abstracto. Mitchell, una mujer en un mundo de hombres, tuvo que esperar más de la cuenta. Hoy ocupa su lugar.Alicia de Arteaga
Fuente: La Nación