El furor por los álbumes trasciende las fronteras. En las últimas horas una tarjeta de béisbol de Mickey Mantle en perfecto estado se vendió en 12,6 millones de dólares, irrumpiendo en los libros de récords como la mayor cantidad jamás pagada por un artículo deportivo de colección en un mercado que se ha vuelto exponencialmente más lucrativo en los últimos años.
La rara tarjeta de Mantle eclipsó el récord fijado hace apenas unos meses con los 9,3 millones de dólares pagados por la casaca que usó el astro argentino Diego Maradona cuando anotó sus dos goles contra Inglaterra — primero la polémica “Mano de Dios” y luego la carrera en la que dejó desparramada a la zaga rival — en los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986.PUBLICIDAD
También superó con facilidad los 7,25 millones de dólares de una tarjeta de béisbol de Honus Wagner de un siglo de antigüedad vendida recientemente en una venta privada. Y apenas el mes pasado, el cinturón de boxeo de peso pesado obtenido por Muhammad Ali en la histórica pelea “Rumble in the Jungle” de 1974 se vendió por casi 6,2 millones de dólares.
La figurita de la fortuna. Foto: REUTERS
Todos son parte de un mercado en auge de artículos deportivos de colección.
Los precios han aumentado no sólo para los artículos más raros, sino también para piezas que podrían haber estado acumulando polvo en garajes y áticos. Muchos de esos artículos llegan a los sitios de subastas de consumidores como eBay, mientras que otros se ofrecen en casas de subastas.
“Debido a su condición casi perfecta y la figura legendaria, la tarjeta de Mantle estaba destinada a ser una de las más vendidas”, dijo Chris Ivy, director de subastas deportivas de Heritage Auctions, a cargo de la licitación.
“Algunos especialistas han considerado a los artículos coleccionables como una protección contra la inflación en los últimos dos años”, analizó, mientras que otros reavivaron sus pasiones de infancia. Ivy remarcó además que “los inversores inteligentes vieron que la inflación se avecinaba y los artículos deportivos de colección se convirtieron en una alternativa a las inversiones tradicionales de Wall Street o bienes raíces, particularmente entre los miembros de la Generación X y los millennials mayores”.
“Hay mucho Netflix y Tiger King que la gente puede ver (durante la pandemia). Es por eso que, ya saben, estaban volviendo a sus pasatiempos, y claramente el coleccionismo deportivo era parte de eso”, completó Ivy, quien destacó un aumento en las llamadas de vendedores potenciales.
Fuente: Infobae.