Uno de los mayores conflictos de la pareja se produce por falta de comunicación. A pesar de que se trata de un tema bastante común, la experiencia demuestra que sus protagonistas no lo advierten o suponen que ya pasará, como un resfrío.
La pareja se incomunica cuando uno/una guarda su enojo y, tiempo después, lo escupe con furia en un típico pase de factura. Habría que decirse las cosas en el momento y evitar que se transformen en resentimiento.
Otro tema preocupante: Ninguno intenta conversar porque desconoce el diálogo. Entonces intercambian palabras ofensivas, gritan, pelean y, como castigo, apelan al silencio. El peor de los castigos, muro invisible que los distancia hasta parecer dos extraños.
Un recurso muy positivo sería acudir a la poco frecuentada creatividad, inagotable manantial de donde conviene echar mano cada vez que decaen el deseo, la ternura, la complicidad, la paciencia, las ganas de compartir.
Apostar a la creatividad vale la pena.
Decidí evocar la película Escenas de la vida conyugal, escrita y dirigida por Ingmar Bergman (1973), porque cuenta una historia siempre vigente: los conflictos de pareja. Es más, desde que la adaptaron como obra de teatro, continúa en cartel por diversas salas del mundo.
El protagonista es un hombre convencional, poco afecto a poner las cartas sobre la mesa, a expresar limpiamente sus sentimientos. Tanto ha callado que un día, de improviso, le confiesa a su mujer que la abandonará: se ha enamorado de otra.
Desprevenida, desconcertada, ella le recrimina que hubiese sido incapaz de alertarla sobre sus defectos, para tratar de corregirlos. Después de doce años conviviendo, al día siguiente, durante el desayuno y antes de que el marido se marche, la pareja habla de trivialidades cotidianas, imposibles de imaginar en un contexto doloroso. Decían lo primero que les salía. Ninguno pudo afrontar la ruptura. Él se hartó. Ella no supo registrar las señales de ese hastío.
Abundan las parejas que comentan siempre las mismas cosas intrascendentes y, sin embargo, creen que se comunican. Hablan por hablar, casi de compromiso, para evitar el silencio o alguna situación espinosa que temen encarar. Años atrás, cuando se fumaba, muchas discusiones se vinculaban con las cenizas. Pese a que había ceniceros por todas partes, las cenizas caían en el sillón, en la alfombra, en el plato de comida… En cualquier lugar menos en el cenicero.
Por tratarse de un tema recurrente, una conocida no pudo desentenderse de esa mala costumbre que le crispaba los nervios y en una sesión de psicoterapia se refirió al asunto. La respuesta del profesional fue esclarecedora, nunca la olvidó. ”Le propongo que, en vez de poner tanta energía en ese descuidado fumador con quien comparte el techo, trate de investigar a fondo cuáles son sus verdaderos problemas, los que prefiere esconder debajo de las cenizas.”
La pareja se incomunica cuando tiene dificultad para escucharse. Prefiere gritar en vez de conversar. Confunde discusión con pelea.
La pareja se incomunica cuando reemplaza la amorosidad por el maltrato. Cuando va al choque sin medir las consecuencias.
La pareja se incomunica cuando pierde tiempo intentando que el otro/a cambie. Cambiar es una decisión personal y no se logra presionando.
La pareja se incomunica cuando se refugia en el silencio como castigo y levanta un muro invisible.
La pareja se incomunica cuando acumula enojo, celos, resentimiento.
La pareja se incomunica cuando supone que el otro/a debe adivinar sus ideas, malestares, iniciativas, gustos.
La pareja se incomunica cuando (por comodidad, desidia, costumbre) no puede evitar el aburrimiento.
Apelar a la creatividad suele ser un recurso poderoso, porque combate la rutina, instala la capacidad de juego, de seducción, impulsa a innovar, a incorporar cambios necesarios, positivos.
Poco frecuentada, la creatividad representa un inagotable manantial de donde conviene echar mano, cada vez que decaen el deseo, la paciencia, el humor, los argumentos, la complicidad, los proyectos. Las ganas de estar juntos.
=========================================================
Dionisia Fontán, periodista y coach en comunicación.
Talleres online.
Propongo encuentros individuales, aptos para todo público, a quienes desean mejorar su capacidad de comunicarse de un modo eficaz y no violento.
Mail: [email protected] /Facebok / Instagram.