Una vez más, la naturaleza nos sorprende con uno de sus variados atractivos y la muestra de esta singularidad, que les vamos a contar, es el Vencejo de Cascada. Si usted, amigo lector de Diario de Cultura, ya realizó el paseo por las Cataratas del Iguazú, habrá observado el magnífico espectáculo de los 275 saltos de agua y, también, a esa curiosa ave llamada “Vencejo de Cascada” o, simplemente, “Vencejo”.
Desde siempre, este animal, es parte de las imágenes del Parque Nacional Iguazú y la particularidad que destacamos es que anida atravesando la fuerza incontenible de las cataratas. Los nativos de esta tierra de la etnia guaraní lo llamaron guyra-mbopí (pájaro murciélago).
Esta ave tiene como habito volar durante el día, a diferencia de los murciélagos que lo hacen durante la noche. Esta especie vuela en zigzag buscando insectos para alimentarse. En su momento, quizás, los guaraníes lo asociaron con alguna variedad de murciélagos, que son herbívoros y, si uno los observa a la distancia, cuando descansan en grupo tienen un parecido con el reposo de los murciélagos.
El tamaño de estas aves es de casi 20 centímetros, su plumaje de color pardo oscuro y su cara grisácea, con ojos grandes y alas puntiagudas que finalizan en forma de guadaña, lo que les otorga un gran impulso a su vuelo.
En el paseo puede observarse una gran cantidad de Vencejos sobrevolando su hábitat en procura de alimentos, refugiados detrás de los saltos de agua. Tienen un aspecto de desorientación durante la búsqueda de los insectos.
Cuando cae la tarde, lentamente se van llamando a descanso. Con los últimos rayos solares o bien cuando las sombras de la noche asoman sobre el escenario natural, aparecen aglomeradas en gran cantidad. Impresiona ver como buscan amparo detrás de las cortinas de agua. Se cobijan aferradas a las paredes de los saltos asegurándose con sus fuertes uñas con destreza admirable y ayudadas por el apoyo de su cola, que posee punta de plumas duras.
El nido lo construyen con barro, musgos y piedras, tiene el formato de una taza y lo acomodan en una base húmeda formada por las barrancas donde se apoyan, es allí donde ponen dos huevos de color blanco.
El hogar parece de difícil acceso a los predadores, aunque en alguna ocasión las lagartijas suelen aprovecharse de los huevos y hasta de los pichones. También, el halcón peregrino, asiduo visitante de las cataratas, suele interponerse entre las bandadas de Vencejos y a la velocidad característica los atrapan.
Estas aves, tan particulares, son los habitantes permanentes del Parque Nacional Iguazú, y forman la colonia de reproducción de “Vencejos de Cascada” más grande del mundo. Se estima que unos 5.000 individuos son moradores del lugar.
La inundación del “Salto Sete Quedas” (siete caídas), del lado brasilero, sepultado por las aguas durante la formación del lago artificial de la Represa Hidroeléctrica de Itaipú en el siglo pasado, extinguió una colonia de esta especie de pájaros.
- Represa Hidroeléctrica de Itaypú
Como esperanza de pronta recuperación, se supo que pequeños grupos fueron avistados en el Salto Yasy -próximo a Puerto Iguazú-. También, algunas aves aisladas en uno de los ríos próximos a la Reserva Natural Estricta San Antonio, ubicada al nordeste de la provincia de Misiones, en el departamento de General Belgrano, a escasos 5 km, de la localidad homónima.
- Salto Yasy
Si visita nuestras cataratas observe con atención la magia de la naturaleza con su obra maestra, los 275 saltos y los “Vencejos de Cascada” desafiando la fuerza del agua.
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico
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