“Uxmal, la Casa de las Palomas” (1993) de Leandro Katz
Obras de los artistas argentinos Víctor Grippo y Leandro Katz se sumaron a la exposición de la colección permanente del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, que desde su reapertura en el 2019 lleva adelante una nueva concepción como “laboratorio” o work in progress, por los que las obras rotan de manera dinámica. Son en total 18 obras de arte nuevas que se suman al recorrido canónico por este museo, en el piso 2 del edificio, donde destacan también los nombres de las colombianas Olga de Amaral y Beatriz González y de los chilenos Juan Downey y Cecilia Vicuña, señaló el MoMA en un comunicado.
“Entre mediados de los 70 y fines de la década de 1980, en América Latina, la nueva literatura influyente sobre el colonialismo y el llamado subdesarrollo de la región, junto con una ola de dictaduras militares respaldadas por Estados Unidos, llevó a muchos artistas a pensar críticamente sobre lo que significaba ser latinoamericano”, dice el texto de sala que alberga estas obras.
Una de las obras más emblemáticas del argentino Víctor Grippo, Vida, Muerte, Resurrección, de 1980 se exhibe ahora en el guion curatorial del museo junto a cuatro piezas de Leandro Katz: El Castillo [Chichén Itzá] (1985), Templo de la Cruz Foliada, Palenque (1986), Arco de Labná, después de Catherwood [Fachada este] (1991) y Uxmal, la Casa de las Palomas (1993).
“Vida, Muerte, Resurrección” (1980) de Víctor Grippo
Las fotografías de Leandro Katz aluden a las exploraciones realizadas en 1830 por John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood, los primeros angloparlantes en estudiar las regiones originalmente colonizadas por los mayas en Yucatán, Chiapas, Guatemala y Honduras.
Los dibujos de Catherwood y las imágenes que tomó con una cámara clara hicieron famosos los sitios. Katz viajó a Yucatán en 1984, reconstruyendo las expediciones de Stephens y Catherwood para The Catherwood Project. Algunas de las imágenes de Katz ponen a prueba la precisión de las de Catherwood y revelan cómo el explorador colonial idealizó estos monumentos. Otras fotografías muestran la mano de Katz sosteniendo las imágenes publicadas, llamando la atención sobre su presencia como un acto de recuperación de la historia.
En tanto, de Víctor Grippo se exhibe una serie de esculturas instaladas juntas en Buenos Aires en 1980, que consta de dos partes: “Las obras de Grippo a menudo toman la forma de experimentos científicos, combinando materiales orgánicos con objetos encontrados y esculpidos para demostrar procesos de cambio y transformación”, detallan desde esa institución.
“El Castillo [Chichén Itzá]” (1985) de Leandro Katz
La primera parte de la obra es un violín desarmado lleno de maíz, que hace referencia a una antigua técnica utilizada para abrir delicadamente los instrumentos de cuerda. El segundo y principal componente presenta recipientes geométricos de plomo con frijoles rojos en su interior, que fueron germinados y dejados crecer hasta que abrieron los recipientes. “Metáfora de la fuerza y la persistencia de la vida, esta obra adquirió un significado especial durante la dictadura militar argentina de 1976-1983″, dice el texto de sala.
Según continúan las coordenadas para el espectador, muchos de estos artistas “observaron las culturas locales e indígenas, explorando cuestiones de pertenencia y herencia a través de la investigación y los viajes y utilizando materiales y técnicas vernáculas. Este giro hacia el interior definió un momento cultural que en muchos sentidos anticipó el pensamiento decolonial y ecológico de los artistas de hoy”.
Las obras permanecerán en exhibición hasta marzo de 2024 en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, meca de miles de visitantes cada año y hogar de obras como La noche estrellada de Van Gogh o Las señoritas de Avignon de Picasso.
Fuente: Infobae