“Al pensar en soberanía, posiblemente nos venga a la mente la imagen del planisferio con la división política de los correspondientes estados-nación […], pero eso hoy es solo una ilusión óptica”, sostienen los organizadores del FICIP (Festival Internacional de Cine Político), cuya 11ª edición tendrá lugar desde el jueves 26 hasta el miércoles 1º de junio. “La realidad de este mundo globalizado nos muestra que lo territorial es solo una de las premisas de soberanía -siguen-. La evolución de las comunicaciones, las corporaciones financieras sin bandera y los holdings internacionales son los nuevos ejércitos de ocupación que atacan sostenidamente a las otras soberanías que habitan dentro de lo territorial, como la alimentaria, la cultural, la comunicacional, la financiera, la comercial, la industrial […] y la de energía”. “La soberanía se ejerce” es la consigna bajo la cual se encolumna esta nueva edición que se lleva a cabo en forma mayormente presencial en la ciudad de Buenos Aires.
Habrá 78 largos, medios y cortometrajes de todo el mundo, divididos en distintas secciones, que se exhibirán en siete sedes físicas, y en forma parcial en la plataforma Cont.ar (más información en https://ficip.com.ar). Habrá una zona competitiva, integrada por cinco secciones (Oficial, Internacional, Argentina y de cortos y mediometrajes) y una no competitiva, compuesta por un Panorama Latino, un Foco Internacional, funciones de honor y especiales y temáticas. Además se llevarán a cabo debates, entrevistas, mesas presenciales y un apartado dedicado a la capacitación, para proyectos en desarrollo.
Como viene sucediendo de manera creciente, el término “político” convoca aquí a una definición amplia, correspondiente a las diversas categorías enumeradas más arriba. En función del peso que adquieren en la programación podría hacerse un reagrupamiento distinto, de acuerdo a las temáticas dominantes. Política y Derechos Humanos, Medio ambiente, Medio Oriente (Siria, sobre todo), y Films Argentinos y Latinoamericanos. Dentro del primer grupo se destacan A Declaration of Love (EE.UU.), sobre un condenado a muerte a quien tras 30 años en el llamado “corredor de la muerte” se declara inocente; El proyecto cultural del neoliberalismo (México), cuyo título exime de todo comentario; El árbol de Matías (Colombia), sobre una familia entera que participó de la guerra entre el gobierno, los paramilitares y las FARC; Nuestra libertad, a propósito de la ilegalidad del aborto en El Salvador; 21 días, sobre el golpe contra Evo Morales; y la que promete ser la película más disruptiva del festival, La teoría cubana de la sociedad perfecta, que plantea temas como la censura, la represión política y el silenciamiento individual y social del castrismo.
Entre las películas dedicadas al estado del Medio Ambiente cabe mencionar Cenizas de esperanza (España), sobre incendios forestales producidos en Gran Canaria un mes después de la declaración de los Espacios Sagrados de Montaña como patrimonio mundial; La sangre de Bolivia, sobre la contaminación con mercurio y arsénico de los ríos de ese país, Los árboles mueren de pie (Francia / México), que da cuenta de un pueblo amenazado (y asesinado) por traficantes de madera, hasta que un grupo de mujeres decide rebelarse; y El profe (Argentina), que reseña la actividad de un cultivador de cannabis con fines medicinales.
Las que tratan la situación en los países de Medio Oriente abundan. Sobre todo las que ponen el acento en Siria, que viene de atravesar las guerras civil y contra el Estado Islámico. 9 días en Raqqa hace foco en la alcaldesa kurda de esa ciudad, excombatiente actualmente dedicada a la reconstrucción de una urbe convertida en ruinas (fue la capital del califato). Nachbarn narra la experiencia de un niño kurdo ante la llegada, en los años ’80, de un maestro antisemita que ordena el culto al presidente, Haffez Assad. Por amor a Siria. Historias de la resistencia, realizada por la argentina Susana Oviedo Rosales, da la palabra a mujeres sirias de todos los estratos. The Return: Life After ISIS da testimonio de la múltiple victimización de la que fueron (y son) objeto decenas de miles de mujeres esclavizadas y violadas por miembros de ese grupo ultrafundamentalista, cuyo regreso a casa es rechazado, por ser consideradas cómplices de crímenes de guerra.
La coproducción estadounidense-israelí Tantura revisa el mito fundacional de Israel, recordando la destrucción de cientos de pueblos palestinos que produjo, a fines de los años 40, el recién fundado Estado de Israel. Ehud Barak sobre la guerra y la paz cede la palabra al cuestionado ex primer ministro, una de las principales figuras del movimiento sionista, quien curiosamente es crítico de la política oficial de Israel. Ghosts of Afghanistan está protagonizada por un corresponsal de guerra canadiense que vuelve al país dominado por los talibanes para constatar en el terreno la realidad afgana de posguerra. Líbano en la mira investiga la actualidad de un país en bancarrota y sumido en el caos, tras años de guerra civil y corrupción oficial.
Por el lado argentino y latinoamericano, habrá que poner el ojo sobre la coproducción El año de la furia, una ficción con Joaquín Furriel y Maribel Verdú en el elenco, que narra el año 1972 en Uruguay, previo a la dictadura de José María Bordaberry; Buenas noches Malvinas, reportaje a la familia de un soldado muerto en las islas; Crónicas de un exilio, sobre los años pasados en Perú por Ocatvio Getino; la chilena Matar a Pinochet, que imagina un atentado exitoso contra el general, a mediados de los 80; Bajo la corteza, ficción protagonizada por un trabajador rural a quien un emprendedor inmobiliario le encarga prender fuego a un bosque cordobés; la brasileña Edna, documental de Eryk Rocha sobre una exguerrillera rural de los años ’70, actualmente octogenaria y madre de hijos desaparecidos; y las argentinas Los libros cautivos, sobre la censura a la literatura infantil durante la última dictadura, y Crónicas de libertad, reportaje a quienes participaron de la protesta en el Puente Pueyrredón del 26 de junio de 2002, el día en que La Bonaerense fusiló a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Finalmente, lo primero. La película de apertura, que se proyectará en la sala 1 del Cultural San Martín, el jueves a las 18.30. Se trata de Hacking Justice: Julián Assange / Baltasar Garzón, sobre la persecución, asilo y defensa, por parte del exjuez español, del fundador de Wikileaks. Trabajando en buena medida sobre material previo (televisión, cámaras de vigilancia), la película dirigida por Clara López Rubio y Juan Pancorbo se las ingenia para narrar ese período como si estuviera ocurriendo ahora.
Fuente: Página 12