Poco antes de morir a los 82 años, Enrique Pinti dejó como heredera de sus bienes a Natalia Gabriela Camaño. Así figura en el testamento presentado en el trámite de sucesión diez días atrás. La mujer es la hija de un primo del capocómico, que había fallecido a principios de este año y que era una de las personas más cercanas a él.
Los datos se conocieron en el programa A la Tarde (América). El artista había decidido modificar el 26 de enero, dos meses antes de su muerte, el documento, que había sido firmado antes, en 2014. “El papá de Natalia es la persona que más cerca estuvo con él en los últimos años”, indicó la conductora del ciclo, Karina Mazzocco.
Según precisó Débora D’Amato, Pinti no firmó su testamento de la forma tradicional. “En una parte del testamento aclara que ‘se deja constancia que, no pudiendo firmar bien, el otorgante, en virtud de la enfermedad que lo aqueja, estampa también la impresión del dígito pulgar derecho’”, contó.
La periodista destacó el detalle porque no había información disponible previamente sobre el estado de salud de Pinti y consignó que se pensaba que, para esa fecha, estaría “en perfectas condiciones para poder firmar”.
De acuerdo con el testamento, se desprende que Pinti le legó a Camaño “dos propiedades”, no obstante, precisaron que se quiere saber ahora “qué sucederá” con el dinero que tenía el artista.
Enrique Pinti murió a los 82 años el 27 de marzo a la madrugada en el sanatorio Otamendi, donde estuvo internado durante 22 días. Había sufrido una descompensación, tenía diabetes y enfrentaba distintas complicaciones de salud.
En el último tiempo había trascendido que se encontraba mal económicamente, pero desde su entorno habían desmentido esas versiones y consignaron que el mismo actor había solicitado que “no se diga más que está quebrado”.
En los últimos años, lamentaba no haber invertido en bienes raíces para tener un buen pasar económico. En una entrevista a LA NACION, reconoció que llegó a tener un presupuesto mensual de 250.000 pesos entre sus gastos diarios, personal en el teatro, mantenimiento de su vivienda, medicamentos para la diabetes y el servicio de prepaga.
Fuente: La Nación