El eclipse parcial de sol fue avistado por vecinos de El Calafate, desde la costanera local, junto al telescopio y las indicaciones de un joven venezolano que hace unos meses se instaló en la villa turística para trabajar en turismo astronómico.
Bryant González, responsable del proyecto Mochileros Astronómicos, explicó a Télam la importancia del fenómeno para la ciencia «por las mediciones que se pueden hacer» debido a que los eclipses «siempre son distintos. En este caso, si bien es parcial, no como el de 2010, sabemos que no volverá a repetirse».
Vecinos de la localidad se acercaron poco después de las 15 al borde costero de la comuna para compartir el evento, con un cielo mayormente despejado, aunque por momentos con nubes, «porque en la Patagonia y en este lugar es uno de los mejores sitios para observarlo ya que nos encontramos a Latitud 50 Sur y eso permite que haya mayor campo de cielo austral, mayor campo de cielo visible», dijo González.
Con las medidas de prevención recomendadas, los presentes permanecieron en el lugar hasta las 17,50, cuando finalizó el eclipse y comenzó a anochecer.
El objetivo de la observación en Santa Cruz forma parte de la tarea que realiza Bryant González desde hace varios años.
Su «mochila astronómica» porta varios elementos necesarios para aprender básicamente sobre los fenómenos del cielo, desde el año 2017 cuando partió de su Venezuela natal para recorrer ocho países y unas 200 ciudades.
El producto Mochileros Astronómicos busca «atraer a las personas de todo el mundo a que conozcan las maravillas del cielo patagónico»; por lo que luego del trabajo en la temporada turística de El Calafate continuará viaje a Ushuaia para presenciar allí el próximo eclipse de luna del 15 de mayo.
Santacruceños de distintas localidades expresaron su admiración ante el fenómeno astronómico, principalmente a través de las redes sociales.
«Acá a las 16,45 empezamos a ver cómo la luna se atravesaba entre el sol y la tierra. Afortunadamente hoy tuvimos pocas nubes y pudimos disfrutarlo», dijo a Télam una emocionada vecina de Río Gallegos que asistió «por primera vez en mi vida» al acontecimiento.
Beatriz García, investigadora del Conicet, indicó ayer en diálogo con Télam que el sudeste de la región patagónica argentina fue, según las condiciones meteorológicas, uno de los mejores lugares del país para observar el eclipse solar parcial que ocurrió esta tarde y en el que se pudo ver al disco del Sol «como comido» ya que la Luna interpuesta entre éste y la Tierra cubrió un 39% de su superficie.
Este eclipse solar parcial fue el primero de cuatro eventos astronómicos que se producirán este año y pudo verse en Argentina, Bolivia, Paraguay y en el Pacífico» con un sol «en el poniente», es decir, que ocurrió por la tarde, desde las 17.36 hasta las 18.38, hora argentina.
«Cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra se produce un eclipse de Sol, pero para que sea total, el cono de sombra de la Luna tiene que llegar a tocar la Tierra y no es este caso ya que es el cono de penumbra el que la toca, entonces no se oculta por completo el disco del Sol», explicó la especialista.
García recordó que si bien los eclipses solares parciales no son tan «convocantes» como los totales, «este evento se ha vuelto un poquito famoso porque viene acompañado de otro que sucederá en dos semanas que será uno lunar total».
Entre la noche del 15 y la madrugada del 16 de mayo (alrededor de la 1) se producirá un eclipse total de Luna, un fenómeno que ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, y produce un cono de sombra que oscurece al satélite y «no hace que ésta desaparezca, sino que se vea enrojecida».
Se dá un fenómeno que hace siglos no se divisa en la Argentina: dos eclipses con pocos días de diferencia. El primero, solar, tuvo un oscurecimiento parcial y se manifestó este sábado, 30 de abril. El segundo, lunar, será un eclipse total que comenzará en la noche del 15 de mayo para culminar en la madrugada del 16.
Ambos, con sus diferentes particularidades, pueden ser apreciados en el territorio argentino. El solar fue el resultado de la interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol. En tanto, el lunar se manifestará a partir de que la sombra de la Tierra cubra a su satélite.
“Eclipses solares en la Argentina hubo, recientemente, entre 2019 y 2021. Pero este es un caso interesante porque podremos ver un eclipse de sol parcial en el atardecer del 30 de abril y un eclipse de luna en el mes siguiente, que se verá en toda América”, dijo Beatriz García, astrónoma e investigadora del Conicet.
En 2019, 2020 y 2021 se dio la rareza de que se pudieron ver tres eclipses solares totales en la Argentina. Uno en San Juan, San Luis y Buenos Aires; otro en Río Negro y Neuquén, y el último en la Antártida.
En esta oportunidad el eclipse solar será parcial porque solo una pequeña parte del Sol estará tapada por la Luna. No habrá un oscurecimiento del día, porque para que la Tierra quede en penumbras la Luna debería interponerse completamente. “El punto máximo se manifestará a las 17 horas y 42 minutos. Donde se verá mejor será en toda la región del Pacífico, pasando por la Isla de Pascua. De forma total podrá verse recién a partir del Círculo Antártico”, agrega García.
“Hay dos eclipses solares por año, pero, después del 30 de abril, el próximo que se podrá ver en el país será recién el 2 de octubre de 2024 y va a ser un eclipse anular. Este tipo de eclipses se dan cuando queda el borde del Sol sin cubrir. La Luna, debido a su órbita elíptica, queda más lejos de la tierra y no llega a cubrir completamente la superficie del Sol. Como resultado de ese movimiento se ve la forma de un anillo. Ese eclipse solar va a cruzar la Argentina y se verá en la provincia de Santa Cruz”, dice García.
Duración
La duración de los dos fenómenos es de horas. La diferencia principal es en la apreciación. El máximo de apreciación del solar es de 7 minutos, porque el proceso de ocultamiento dura muy poco, mientras que el lunar es más extendido. A las 23.30 del 15 de mayo, la Luna entrará en la penumbra y el máximo se manifestará a la 1:11 de la madrugada del 16 de mayo. Por curiosidad azarosa, el fenómeno va a coincidir con el Día Internacional de la Luz, un evento proclamado por la Unesco que celebra el impacto de la energía en la ciencia, el arte y la cultura.
Según explica Leonardo Pellizza, astrofísico del Instituto de Astronomía y Física del Espacio, siempre que hay un eclipse lunar, quince días antes o después se manifiesta uno solar. “El eclipse es un fenómeno geométrico. Da la casualidad que la distancia y el tamaño de la Luna y el Sol son tales que los dos se ven en el cielo con casi el mismo tamaño angular, eso hace que las duraciones sean razonablemente grandes para poder ser vistas. Lo raro es que se vean los dos en la misma región de la Tierra“, aclara Pellizza.
El investigador refiere que hay que rastrear cientos de años atrás para encontrar el antecedente en que los dos eclipses se vieron en el país con pocos días de diferencia.
Y agrega: “Los eclipses lunares son más frecuentes de divisar porque cuando se manifiestan, en más del 60% de la superficie terrestre se los puede ver. Los solares son más difíciles, sobre todo los totales, porque ocurren en una franja de 100 kilómetros de ancho y miles de largo. Después, la parte parcial se ve por miles de kilómetros y es algo que no es fácil de ver porque a medida que te alejás de la franja de totalidad se ve menos de lo eclipsado”.
El experto advierte que quien quiera apreciar los eclipses tiene que buscar un lugar adecuado, porque en ambos fenómenos los astros están muy bajos en el horizonte.
En el caso del lunar, también será complicado el avistaje porque la región argentina quedará al borde de la proyección. “En la zona de La Pampa, Córdoba y Buenos Aires el máximo eclipse será cuando la luna llena se ponga. Desde Buenos Aires no se va a ver la parte máxima del eclipse; los que más chance van a tener son los que están en Mendoza y la Patagonia, que van a ver más, aunque con la Luna muy baja en el horizonte”, refiere el astrofísico.
Cambios de conducta en la fauna
Ambos fenómenos, por sus particularidades, tienen diferentes efectos. En el lunar, el satélite natural adopta un color rojizo y modifica la iluminación de la noche.
Los efectos del eclipse solar son más pronunciados. “La irradiación solar sobre la tierra cae bruscamente y ocurren fenómenos derivados a la falta de energía que llega del Sol. Baja la temperatura, se levanta el viento, se generan cambios en la ionósfera terrestre e inclusive la fauna reacciona a esos cambios. Para los animales cuando ocurre el eclipse es como si hubiera vuelto la noche y, por lo tanto, cambian su conducta en relación a la falta de luz”, explica Pellizza.
Diferentes especialistas contactados por el medio destacaron que es necesario el uso de anteojos especiales para apreciar el fenómeno. Desaconsejan terminantemente el uso de dispositivos como las radiografías, lentes de soldador y otros medios caseros. Se deben utilizar los visores especiales para eclipse que cuentan con filtros que bloquean el 99,9 % de la luz solar. De no usarlos, el daño en la retina es irreversible.
Los expertos explican que el efecto de la quemadura de retina es acumulativo, se pierde la visión en la medida que aumenta el tiempo de exposición al Sol. El riesgo deriva de exponerse a la luz infrarroja y la ultravioleta que, si bien no se pueden percibir a simple vista, generan daños profundos en la visión.
Fuente: Jesús Allende, La Nación