Oculto por árboles centenarios y lejos de la atención de los automovilistas que conducen velozmente por la avenida Figueroa Alcorta, un imponente castillo alberga la sede del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA).
Fue inaugurado el 31 de diciembre de 1930, como parte del nuevo Campo de Deportes y Casa Modelo de Ejercicios Físicos del club, que entonces cumplía 50 años.
La inauguración estaba pautada para el 11 de noviembre, pero debió ser postergada por el golpe de Estado contra el presidente Hipólito Yrigoyen -el 6 de septiembre- y la explosión de un caño maestro de agua de Obras Sanitarias, que inundó gran parte de sus instalaciones.
En esa época, el castillo estaba alejado de la ciudad, como se puede ver en las fotos blanco y negro, y muy cerca del río, ya que no existían el Aeroparque ni las autopistas Cantilo y Lugones. El edificio es obra del arquitecto Juan Abel Adrián Waldorp, quien fue director de Arquitectura de la Provincia de Buenos Aires y construyó una serie de escuelas en la ciudad de Buenos Aires así como el Tattersall en el Hipódromo de Palermo. La estructura conserva detalles de la época: pisos de mosaicos negros y blancos, ornamentaciones de madera de petiribí, arañas de hierro forjado y cuadros de próceres que adornan sus paredes.
El Salón Comedor tiene pisos de robles de Eslavonia, columnas inspiradas en el Palacio de Versalles y grandes ventanales con aplicaciones de madera. En el lugar suelen realizarse fiestas de casamiento y otras celebraciones privadas.
En su libro El Club Gimnasia y Esgrima 1880-2015, Francisco Héctor Montesanto da cuenta del exclusivo festejo de fin de año que acompañó la inauguración.
Por su valor patrimonial, la sede está protegida dentro del Area de Protección Histórica del Parque Tres de Febrero. Su estilo es ecléctico, con algo de románico (un estilo medieval anterior al gótico, época prolífica en castillos) pero con mucha mezcla de elementos de otras épocas, aunque figura catalogado oficialmente como “pintoresquismo inglés”.
Ahora bien, la pregunta que se impone es si es realmente un “castillo”, como lo llaman familiarmente sus socios. El arquitecto y urbanista Marcelo Corti asegura que un castillo es “un tipo de edificio asociado a las ideas de fortaleza particular, en un contexto aislado, de gran tamaño y cabecera de un entorno generalmente rural sobre el cual ‘el señor del castillo’ ejerce algún derecho o poder. Lógicamente, no es el caso del GEBA, pero por su tamaño, su carácter de edificio aislado y algunos detalles de su forma arquitectónica, el edificio puede remitir a la idea genérica de castillo. Esos detalles arquitectónicos serían las torres, los balcones que semejan puestos de vigilancia o defensa, las esquinas con mucha superficie muraria, etcétera”.
Según la ficha de catalogación, del Gobierno de la Ciudad, “la obra es representativa de la arquitectura de Buenos Aires de principios de siglo XX y constituye un elocuente testimonio de la europeización, los diversos elementos clásicos se combinaban con bastante libertad para formar fachadas y volúmenes movidos, complejos y ornamentados”.
El edificio esta formado por un cuerpo principal de entrada, con frente a Figueroa Alcorta, y tres alas que salen de él, una perpendicular a la calle y las otras dos giradas 45 grados, con cubiertas de tejas a varias aguas y torres remarcando los cambios de rumbos de las fachadas. La fachada lateral fue jerarquizada sobre elevándola con una escalinata, anteponiéndole un porche sostenido por columnas y arcos.
La actualidad del club
El presidente de GEBA, Luis Trimarco, señala que mantener el castillo en perfecto estado “es casi una utopía” y cuenta que durante la pandemia el club perdió 2000 socios. “Fuimos recuperando la cantidad de socios, ahora el club está trabajando en una campaña de captación muy beneficiosa, porque con la cuota de uno entra el matrimonio”, señala Trimarco.
Hoy el club tiene 10.700 socios activos y cuenta con otras dos sedes, la Jorge Newbery, cerca del Campo de Polo y frente al Hipódromo de Palermo y la sede de Ricardo Aldao, en la calle Bartolomé Mitre, donde se practica esgrima. El fútbol es el deporte más convocante, con 3500 deportistas que lo practican en 180 equipos desde los 6 años. GEBA cuenta con 23 deportes federados, entre los que se destacan rugby, hockey sobre césped, vóley, golf, natación, básquet, tenis y waterpolo.
Uno de los deportes que más está creciendo es el fútbol femenino, con 130 chicas que lo practican. “El club termina siendo un reflejo de la sociedad y la sociedad está reclamando nuevas actividades”, afirma Trimarco.
Las fotos en blanco y negro pertenecen al libro El club Gimnasia y Esgrima 1880-2015, de Francisco Héctor Montesanto
Fuente: Víctor Pombinho Soares, La Nación