Hace algunos días, Micaela Aizenberg, de 28 años, llegó a la oficina en la que trabaja y saludó a todos con un beso en la mejilla. “Una de mis compañera con quien me llevo súper bien se tiró para atrás y me dijo que prefería que la saludara con el puño. Le pedí perdón porque en general pregunto, pero es que para mi la pandemia ya pasó“, contó.
Cecilia Ripoli, de 27 años, fue a la odontóloga este martes y sin pensarlo la saludó con un beso. “A mi odontóloga la conocí en plena pandemia y siempre fue todo con barbijo y saludo con puño, pero como ahora la situación ya se está relajando un montón y tenemos buena onda, me nació darle un beso en el cachete. Ella se quedó dura, no me esquivó, pero no se lo esperaba. Creo que es común empezar a aflojar en los vínculos más cercanos, como en una cena con amigas en donde ya saludo con beso y abrazo, pero con personas que no conocés o que conocés pero el vínculo es más distante, todavía no está tan normalizado el beso”.
La escena se repite constantemente por estos días en los pasillos de las oficinas, en encuentros casuales en la calle y en las puertas de los colegios. Gente que, con torpeza y nerviosismo, se acerca para saludar con un beso en la mejilla, pero choca contra el repliegue de otro que extiende el puño en señal de que aún no está preparado para volver al beso. Es que si bien el uso de barbijo en transportes públicos y lugares cerrados sigue siendo obligatorio, el distanciamiento social ya no lo es, y eso genera dudas entre los argentinos.
Bárbara Broese, directora de Epidemiología del Hospital de San Isidro, dijo a LA NACION: “A los argentinos nos encanta besarnos y abrazarnos. El contacto físico para nosotros es fundamental, pero por el momento hay que esperar un poquito más porque hay muchos virus dando vueltas, no solo Covid sino también influenza y otros virus respiratorios. El beso implica el contacto de las puertas de entrada y de salida de estas enfermedades, por lo cual, por lo menos durante el invierno que es cuando existe el mayor riesgo, es importante no saludarnos con beso y utilizar formas de saludo que no impliquen el contacto de las puertas de acceso de estos virus”.
En línea con Broese, el médico infectólogo Ricardo Teijeiro, agregó: “El contacto físico siempre es un riesgo. Durante el invierno es importante evitar el saludo con beso dado que no es solamente una prevención contra el Covid, sino también contra otras infecciones respiratorias como la gripe, que se contagia de la misma manera. Esto no quiere decir que a los familiares directos no los podamos saludar, sobre todo si estamos conviviendo, pero debemos tener los cuidados necesarios y estar atentos ante el mínimo síntoma”.
La pandemia modificó el modo en que nos saludamos. De un día para el otro pasamos de efusivos besos y abrazos a un distante choque de puño. Hoy, tras más de dos años de convivir con el virus y en un momento en que los casos positivos y fallecimientos siguen en baja en nuestro país, algunas personas están retomando el hábito de saludar con un beso en la mejilla mientras otros observan con miedo el regreso de esta intimidad.
Tras haber alcanzado el pico histórico de casos diarios a mediados de enero pasado con 139.853 infectados, desde el 1° de abril los casos positivos cada 24 horas en el país son menos de 2000 (a excepción de ayer que fueron 2200) y la tasa de positividad de los últimos siete días se ubica en torno al 4%, cuando en enero llegó a ser del 74%. Sin embargo, y a pesar de que el 81,55% de la población ya se aplicó dos dosis de la vacuna contra el Covid y el 42,8% ya tiene las tres dosis, los especialistas recomiendan mantener ciertas medidas de cuidado.
Francisco, de 30 años, que prefirió no dar su apellido, vivió una situación similar el fin de semana pasado cuando fue a un cumpleaños en Pilar. “Cuando llegué algunos se saludaban con un beso, otros chocaban puños o se abrazaban de forma medio torpe. Yo no sabía bien qué hacer, sobre todo porque algunos eran desconocidos para mí”, contó.
Por su parte, Pilar Ubertone, de 26 años, dijo: “Creo que hay como una especie de acuerdo común dependiendo de los lugares de encuentro. En la oficina, por ejemplo, sí o sí se saluda con puño, pero si nos reunimos en una casa nos saludamos con beso y abrazo”.
Higiene y distanciamiento
“El lavado de manos tiene que ser permanente para todo tipo de enfermedades, es parte de la higiene; pero el distanciamiento, al igual que el barbijo, ya no es necesario. Solo lo mantendría en lugares cerrados, sobre todo en la temporada invernal, y para aquellos que tienen cierta vulnerabilidad por edad o preexistencia. A medida que dejen de circular los virus respiratorios uno va a ir suspendiendo todas las medidas”, sostuvo Teijeiro.
Además, Broese hizo hincapié en la necesidad de sostener la ventilación. “Sigue siendo fundamental dejar abierta una ventana y una puerta para tener ventilación cruzada. En aquellos lugares interiores y lugares donde no hay buena circulación de aire, también es esencial utilizar el barbijo correctamente. Y fundamental, por favor, no compartir el mate”.
Las medidas de prevención y cuidado de la pandemia se vienen flexibilizando. El viernes pasado el Gobierno nacional anunció que todas las fronteras nacionales volverán a la normalidad prepandémica durante este mes. Se reabrirán todos los pasos y se eliminará la necesidad de mostrar una prueba PCR negativa y certificado de vacunación para ingresar al país para ciudadanos, residentes y extranjeros. Esta medida se suma a la flexibilización de varios protocolos sanitarios contra el Covid-19 como la no obligatoriedad de uso de barbijo en las aulas escolares de la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Mendoza.
A partir de esto, la agrupación Padres Organizados presentó un recurso de amparo contra la provincia de Buenos Aires para también eliminar la obligatoriedad del barbijo en las aulas bonaerenses. Además, ayer el Gobierno dispuso que a partir del 1° de mayo todos los trabajadores de la administración pública deben volver a la presencialidad.
Fuente: Josefina Gil Moreira, La Nación