Se confirmó que una propiedad que cuenta con protección histórica se expandirá y al extender su superficie la edificación existente se convertirá en un Centro de Innovación de Alta Tecnología.
Se trata del inmueble ubicado en Cerrito 1250, sede del Centro Argentino de Ingenieros (CAI) que cuenta con resguardo estructural. La obra fue diseñada en 1906 por el prestigioso arquitecto Alejandro Christophersen y fue propiedad de los descendientes de Bernardo de Irigoyen (nacido en 1822 y fallecido, precisamente, en 1906)quien fuera dos veces ministro de Relaciones Exteriores, en 1874 y 1882, y una vez ministro del Interior en 1877. En 1898 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires y fue también dos veces candidato a presidente de la Nación, en 1886 y 1892.
El proyecto pondrá en valor la sede actual del CAI y contempla la construcción de aproximadamente 7.595 metros cuadrados que serán destinados al nuevo espacio.
Aunque aún se desconoce qué constructora hará la obra, se estima que demandará una inversión de USD 2.000 por metro cuadrado, más del doble del costo promedio de nuestro país (unos USD 800 el m2), dado el objetivo de mantener tal cual la fachada y conservar materiales que incluyen vitraux, mármoles, herrajes y pisos, entre otros requisitos. Varios de esos materiales fueron traídos de Europa). Debe tenerse en cuenta además la logística del ingreso de materiales y personal, que deberá ser por atrás de la edificación, ya que por la Avenida 9 de Julio está prohibido por el Gobierno porteño. El edificio está entre las calles Juncal y Arenales.
La actual sede del CAI, un palacio del siglo XX que deberá mantenerse y cuidarse mucho durante la obra por ser una edificación protegida patrimonialmente
También la zona quedará renovada por completo pues cerca de allí la desarrolladora Jack Green lleva adelante una obra importante, lo que dará a la cuadra y la zona un aire vanguardista, dicen especialistas del sector.
Cómo se eligió al estudio
Al concurso de arquitectos para el proyecto se presentaron 25 estudios grandes del país que involucran a más de 250 profesionales de la arquitectura y la ingeniería.
“La innovación es el motor de las economías que actualmente crecen en el mundo y nuestro país tiene una gran oportunidad por sus capacidades y recursos” (Bereciartua)
En 2021 se convocó a un concurso de anteproyectos a través de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y se realizó cumpliendo todos los pasos y procedimientos que la SCA fija para proyectos de esta envergadura y que garanticen aumentar la competencia y transparencia. El estudio que ganó es el que conforman Javier Socolovsky, Miguel Cocco y Mariano De la Mota.
Sobre el Centro a construirse, Pablo Bereciartua, presidente del CAI, destacó a Infobae el carácter de “motor de la economía” que tiene hoy en día la Innovación, “Nuestro país tiene una gran oportunidad por sus capacidades y recursos. El CAI fue pensado para ser un ámbito para concentrar capacitaciones, generación de ideas, incubación de proyectos y realización de actividades relacionadas con la nueva economía”.
Cuando se inicia la obra y detalles de lo que viene
En el futuro cercano se definirá en una próxima etapa cuando se iniciarán los trabajos y se calcula que entre 24 y 36 meses estén concluidos.
El inmueble se ampliará y sumará casi 8.000 m2 en pleno centro porteño
“Hemos logrado un avance muy significativo qué es contar con un anteproyecto qué logra responder a los criterios que hemos establecido y tiene el potencial para transformarse en un lugar distinto y único en la ciudad Buenos Aires”, dijo a Infobae Darío López, presidente de la SCA.
El nuevo edificio contará con elementos asociados a la innovación, el conocimiento y la educación: un auditorio, una sala de streaming, espacios de coworking, áreas abiertas y externas, sala de exposiciones, cafetería y aulas en todos los pisos. También contempla terrazas verdes.
Es para uso institucional, no contemplan la venta de espacios, y la idea es que puedan utilizarlo los ingenieros del país (se calculan unos 130.000 y por año se reciben cerca de 8.000 en distintas facultades) y todos aquellos que se desempeñan en el ámbito innovador.
El proyecto de la construcción futura de uso institucional contempla un auditorio, una sala de streaming, espacios de coworking, áreas abiertas y externas, cafetería y aulas en todos los pisos
Roberto Massa, presidente del departamento técnico del CAI, comentó a Infobae que el “futuro espacio dispondrá de todos los adelantos tecnológicos para startup, gente que quiere aprender inteligencia artificial, emprendedores, para cualquiera con amplios conocimientos. Debe transformarse en un faro directriz para distintas personas y profesionales de todo el país”.
La apuesta contribuirá con la ciudad. Se trata de un lugar clave ante el nuevo paradigma de desarrollo urbano, donde allí las plataformas innovadoras dispondrán de un inmueble de avanzada ya que serán las que más aporten para el futuro de la sociedad.
“Hay que reformular los usos de las ciudades hacia la agenda del conocimiento y la innovación. La pandemia aceleró la reconfiguración del centro y el microcentro porteño. Nuestro edificio será un aporte en este sentido para la ciudad y para el país potenciando nuevas actividades y simbolizando una agenda renovada para la creación de riqueza y de empleo de calidad”, amplió Bereciartua.
Las actividades vinculadas con la innovación y basadas en el desarrollo y uso de tecnologías requieren de la inyección combinada entre el sector privado, el público y lo académico.
López agregó: “No sé puede innovar sólo. La inteligencia es cada vez más inteligencia colectiva. Este edificio está diseñado con esa visión”.
Un palacio de principios del siglo XX edificado por el prestigioso arquitecto Alejandro Christophersen
Un guiño con la historia que obliga a proteger la estructura
Cuando la actual sede del CAI fue levantada a principios del siglo XX en el barrio se encontraban otros palacios también realizados con la impronta de Alejandro Christophersen. El arquitecto (que también realizó el Café Tortoni entre otras joyas edilicias) había diseñado la residencia Leloir Unzué (actualmente funciona el Círculo Italiano) y el palacio de Juan Ceballos (ya demolido).
La residencia había sido adquirida por Elena Irigoyen de Velar, descendiente de Bernardo de Irigoyen, en 1911 y fue vendida al CAI en 1931.
“Hacía mediados de 1980 se realizó una restauración y una ampliación sumando 1340 m2 al incorporarse 10 aulas para 600 alumnos, una sala de conferencias y un salón comedor. La biblioteca que había recibido un atentado terrorista en 1976 fue restaurada en forma completa”, contó Massa.
Fuente: Infobae