Imagen: Charly García con Cachorro López, llegando al estadio de Ferro para su legendario concierto de diciemre de 1982.
2 de abril. La Junta Militar argentina, comandada por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, anuncia por Cadena Nacional que “la República, por intermedio de sus Fuerzas Armadas, mediante la concreción exitosa de una operación conjunta, ha recuperado las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur para el patrimonio nacional”, y da inicio al conflicto armado con Gran Bretaña en el Atlántico Sur.
21 de abril. Un avión argentino avista por primera vez barcos de la flota de guerra británica en aguas del Atlántico Sur.
23 de abril. La revistaTal cual publica una serie de recomendaciones para un eventual bombardeo de la ciudad de Buenos Aires. Se pregunta: “Si (la guerra) llega al continente, ¿llegará a Buenos Aires?”. Y se responde: “Si es una guerra abierta entre los dos países, puede ser bombardeada tanto Buenos Aires como Londres o cualquier ciudad”. Recomienda el sótano del edificio Barolo, sobre Avenida de Mayo, como un posible refugio en caso de bombardeos.
29 de abril. La revista Gente titula en su portada: “Estamos en guerra”.
1º de mayo. Se producen los primeros combates entre las fuerzas armadas argentinas y británicas y, como consecuencia, las primeras muertes de militares y colimbas argentinos.
«No bombardeen Buenos Aires» en vivo en el estadio de Ferrocarril Oeste, el 26 de diciembre de 1982
16 de mayo. En la cancha de rugby y hockey del club porteño Obras Sanitarias se lleva a cabo el Festival de la Solidaridad Latinoamericana. Bajo el lema “mucho rock por algo de paz”, el concierto convoca cerca de 70 mil personas que adquieren su entrada a cambio de alimentos no perecederos, prendas de abrigo y cigarrillos que –se anuncia– serán destinados a los combatientes en Malvinas. Animan el festival las principales figuras del rock argentino de entonces: Charly García, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Raúl Porchetto, Litto Nebbia y Nito Mestre, entre otros. Muchos de ellos figuran en la lista de artistas cuya difusión estaba prohibida desde 1976 por el mismo gobierno militar que ahora “recomienda” a los medios no difundir música cantada en inglés y promueve el multitudinario concierto.
27 de mayo. La revista Gente publica en su portada el título “Seguimos ganando”.
14 de junio. El comandante de las fuerzas terrestres británicas Jeremy Moore acepta la rendición del general argentino Mario Benjamín Menéndez, y ambos ejércitos declaran el cese de las hostilidades.
1º de agosto. Charly García comienza a grabar en los flamantes estudios Panda su primer disco solista.
23 de octubre. Charly García cumple 31 años.
28 de octubre. Sale a la venta el álbum doble Pubis angelical/Yendo de la cama al living.
26 de noviembre. En un concierto organizado en la sede de la Sociedad Rural en Rosario, Charly García estrena en vivo “No bombardeen Buenos Aires”, tema incluido en Yendo de la cama al living.
1º de diciembre. Pubis angelical/Yendo de la cama al living se ubica en el puesto número 5 en el ranking de los LPs y casetes más vendidos en el país, según la revista Prensario.
26 de diciembre. En el estadio de Ferrocarril Oeste, y con una producción inédita hasta entonces que incluye la escenografía de una ciudad diseñada por la artista plástica Renata Schusseim, Charly García finaliza la presentación oficial en Buenos Aires de Yendo de la cama al living con “No bombardeen Buenos Aires”, y hace “estallar” el escenario con pirotecnia y efectos especiales que representan un bombardeo.
Afiche del recital en el estadio de Ferrocarril Oeste
Pasaron 268 días entre el 2 de abril y 26 de diciembre de 1982. Vertiginosos, frenéticos, dramáticos 268 días. Todo lo que ocurrió durante ese lapso en el país y en la vida de Charly García puede escucharse en “No bombardeen Buenos Aires”, clásico que por estos días cumple cuatro décadas y que perdura en la memoria emotiva y en las playlists de todas las plataformas como ninguna otra canción inspirada en aquellos días de guerra.
Son 4 minutos y 3 segundos en los que, además de la letra llena de ironía y cinismo que millones de argentinos y argentinas se saben de punta a punta y un groove irresistible que invita a mover los pies (¡una canción sobre la guerra para bailar!), se escuchan tantas referencias históricas, mediáticas, políticas y culturales que sería imposible enumerarlas sin aburrir: desde escondidos chistes sobre drogas (“fumate un joint, fumate un joint, fumate un joint, mamá”) y gritos desesperados en primer plano (“¡Tengo hambre! ¡Tengo miedo! ¡Déjenme dormir!”) a menciones más o menos sutiles a la censura, a “Margarita” Thatcher y a la afición de Galtieri por la bebida; todo montado sobre infinitos riffs de teclados y fills de batería como ametralladoras a cargo de Willy Iturri, el único músico convocado por Charly para grabar con él. Tarea para el hogar: escuchar el tema con auriculares y a volumen alto. El ejercicio es fascinante.
Veinte años después, para una larga entrevista que hoy puede leerse en el libro García:15 años de entrevistas con Charly (y que también puede oírse en garcia.publica.la), Charly dio a Daniel Riera y al autor de este texto algunas pistas sobre el origen de la canción.
–¿”No bombardeen Buenos Aires” la compusiste después de terminada la guerra?
–No. ¿Cuándo fue que hubo un festival de la paz y el amor rockeros?
–¿El “Festival de la Solidaridad Latinoamericana”? En medio de la guerra.
–Bueno, después de eso. Porque me agarró una bronca, me sentí tan pelotudo…
–¿Usado?
–¡Prrffff! Sí. Nadie se la creía del todo. Yo lo tomé como un premio consuelo, que la gente tuviese algo; antes que nada… No sé. Tenía sospechas, pero no pensé que me iba a encontrar con los chocolatines que la gente había llevado, en los quioscos…
(Rocca-Cherniavsky)
–¿Podrías haber dicho que no querías participar?
–Supongo que sí. Pero te decían Luis va a ir, y bueno, vamos. No estábamos muy convencidos, pero no ir hubiera sido un desprecio para los pibes y para los músicos. Además, fue horrible, porque no había equipos, nada, todos con la misma guitarra criolla, gigante… Y después, cuando prohibieron la música en inglés, me pareció la pelotudez más grande del mundo. Ahí fue una de las primeras veces que me dio un poco de vergüenza ser rockero nacional. Imaginate: sacaron toda la música importada y pasaban a cualquiera en la radio (se ríe). Y uno, que había sido un marginal, pasaba a ser un prócer de un momento a otro. ¿Están todos en pedo? Y bueno, este país…
–Además de la canción, ¿qué te pasó por la cabeza cuando te enteraste de que la Argentina estaba en guerra contra el Imperio Británico?
–Y, fue un re-bajón. El clima era horrible. Por la radio, los comunicados eran… Lo que me daba bronca era que muchos de mis amigos se la creían. Había una especie de “Los vamos a reventar, que vengan los ingleses” y todas esas boludeces. A mí me pareció un terror desde el principio, era como pelear contra un Marshall con un Winco. Y por unas islas a las que nadie les daba pelota… Yo olía el manotón de ahogado del Gobierno. No te digo que me alegré cuando ganaron los ingleses ni mucho menos, pero les dije a algunos amigos: “¿Sos boludo o qué?” El patriotismo es una cosa rarísima. O sea: creo que es bueno tener cariño y sentirse identificado con un lugar y exaltarlo de alguna manera, reconocerse, hacer cosas por la comunidad. Pero cuando eso está manejado por un poder, cualquiera que sea el motivo por el que utiliza ese golpe bajo… es muy jodido no plegarse. Te miran mal… Yo estaba todavía con Serú Giran… ¿Cuánto duró la guerra?
–Tres meses.
–Me acuerdo de que –no te enojes David– David (Lebón) estaba copadísimo, re-interesado, y hablaba con (el ingeniero de sonido) Amílcar (Gilabert) de planes, avioncitos, submarinos. Con Pedro (Aznar) nos mirábamos tipo bueh…
La intensidad con la que Charly García ha vivido desde que inició su carrera hasta hoy hace difícil establecer picos temporales de mayor potencia en su obra. Aún así, en un eventual Top Five de “momentos García”, 1982 pelea el primer puesto… y habría que ver cuáles serían los otros cuatro. Porque ese mismo año, además, Charly se despidió de Serú Girán (banda a la que la prensa especializada consideraba “los Beatles argentinos”) con dos conciertos en el estadio Obras (el 6 y el 7 de marzo); compuso, grabó y publicó la banda de sonido de Pubis angelical, película dirigida por Raúl De la Torre protagonizada por Graciela Borges; y produjo artísticamente el disco debut de Los Abuelos de la Nada. En ese contexto de ebullición creativa personal y convulsión política y social, con apenas 30 años y su antena en completa sintonía con su tiempo y su lugar, Charly parió un clásico que fue éxito instantáneo. Uno más de los muchos que ya había dado y de los muchos más que supo dar después. “No bombardeen Buenos Aires” es una foto de época. Una foto que suena y no dejará de sonar.
Fuente: Infobae