Con nuevas propuestas, nuevos espacios y una agenda de distintas expresiones artísticas y culturales, reabrió sus puertas con entrada libre y gratuita el Centro Cultural Borges, uno de los espacios más emblemáticos de la cultura argentina, ahora bajo la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación.
Doce exposiciones en total conforman la nutrida oferta cultural de este renovado espacio de 9.000 metros cuadrados que tiene un lugar destacado para homenajear al gran escritor argentino que da nombre al centro, al que se accede por Viamonte 525 -tanto por las escaleras mecánicas como por las escaleras tradicionales-, desde las que asoman ya las primeras muestras.
El primer piso de este renovado centro cultural recibe al visitante con dos exposiciones que conforman un contrapunto entre pasado y presente. La fotogalería reúne algunas de aquellas primeras imágenes con las que la prestigiosa Sara Facio fundó en 1998 la colección fotográfica del Museo Nacional de Bellas Artes -un acervo que hoy tiene 1500 fotografías-. Destacan allí imágenes blanco y negro de artistas como Facundo de Zuviría, Alicia D’Amico, el sanjuanino Oscar Pintor, el húngaro André Kertész o la alemana Annemarie Heinrich. Muy cerca de la muestra «Otra vez ¡me arruinaste el dibujo!», una exhibición a cuatro manos de Juan Astica, Delfina Bourse, Andrea Lamas, Luis Felipe Noé, Paula Noé Murphy y Eduardo Stupía, parte del proyecto La línea piensa.
Cerca de allí, y con el objetivo de impulsar el desarrollo artesanal argentino, en el primer piso funciona el Mercado de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (MATRIA), una tienda que busca reconocer y visibilizar el rol de la actividad artesanal en la economía de la cultura.
El edificio que ocupa el Borges -que vuelve a ser patrimonio público- tiene una historia fuertemente ligada a las artes y la cultura: fue sede de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, luego se convirtió en el primer emplazamiento del Museo Nacional de Bellas Artes, se instalaron allí los talleres de los artistas Eduardo Sívori y Ángel Della Valle, y su cúpula fue intervenida con las pinturas murales de Antonio Berni, Manuel Colmeiro, Lino Enea Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y Juan Carlos Castagnino, que se pueden ver desde el interior de las Galerías Pacífico.
«Lo fundamental es recuperar este histórico espacio como parte del patrimonio público. Tiene una historia vinculada inicialmente a las artes visuales: acá estuvo la Academia de Bellas Artes, acá se fundó el Museo Nacional de Bellas Artes en 1886. El edificio de Galerías Pacífico, llamado históricamente Bon Marché, fue núcleo destacado de la vida cultural argentina», enfatiza en diálogo con Télam Ezequiel Grimson, director del Centro Cultural Borges, quien realizó una recorrida por las salas junto al ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.
En este sentido, en el pabellón III se presentan obras del Museo Nacional de Bellas Artes, que proponen recorrer los primeros años de la institución, cuando estaba alojada en el emblemático edificio otrora llamado Bon Marché. La exposición alude al período comprendido entre 1895 y 1909, los primeros años en la vida del MNBA, entonces dirigido por Eduardo Schiaffino y donde el actual centro cultural oficiaba de taller de pintura, dibujo y escultura, exponía obras y albergaba los debates de la época sobre arte y literatura.
Al lado de este pabellón funcionará próximamente la sede del Museo Nacional de Arte Oriental, que por primera vez tendrá un espacio propio para exhibir su patrimonio, integrado por más de 3.000 piezas originales de China, Japón, Corea, India, Egipto, Turquía, Armenia, el antiguo imperio Persa, Tíbet, Indonesia, Malasia y Tailandia, como pinturas, esculturas, grabados, objetos de uso cotidiano, de culto, indumentaria, instrumentos musicales, juguetes, fotografías y mobiliario de distintas culturas orientales. Si bien la fecha de apertura no está confirmada, el director del Centro Cultural Borges, Ezequiel Grimson, estima que será en este 2022.
En el pabellón IV se puede visitar la Reserva-Taller Libero Badii, un proyecto realizado en articulación con el Museo Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Patrimonio Cultural, donde se exhiben obras de este artista italoargentino y se podrá ver parte del trabajo de catalogación, preservación y restauración. Entre las obras más emblemáticas que forman parte de esta colección se destacan «Ariadna» (1969), «Testamento artístico» (1974) y «La madre» (1976).
Además, el pabellón cuenta con un espacio dedicado a las artes gráficas, donde tiene lugar la exhibición de una serie de imágenes con las que el artista León Ferrari ilustró en 1996 el Informe «Nunca Más», publicado en septiembre de 1984.
Uno de los puntos fuertes del espacio -más si se piensa en los miles de turistas que visitan esta manzana- es aquel dedicado al escritor universal Jorge Luis Borges: en el segundo piso se puede visitar el Espacio que lleva su nombre, donde, a partir de un núcleo central de bibliotecas y una zona de lectura, se despliegan diversas realizaciones e interpretaciones sobre aspectos de la vida y la obra del gran escritor argentino.
«¿Podría pensarse la historia cultural sin las tramas amistosas en las que se inventaron revistas, colecciones de libros, exposiciones, conciertos? Obras que surgen al interior de una conversación común. Amistades que se forjan alrededor de una obra compartida. Pensar a Borges en sus redes, comprender cómo emerge una obra como la suya, para pensar al mismo tiempo lo singular y hasta excepcional, y lo disperso o colectivo, pero sin cuya consistencia no habría obra», se lee en el texto que acompaña la muestra dedicada a rescatar el Borges que trabajó de manera colectiva, en proyectos fundamentales de la literatura local.
El itinerario se enmarca
en el período que va entre la década de 1920 y 1945, cuando se publica
«El Aleph» en Sur, pensando en ese laboratorio que fueron las revistas,
suplementos culturales, antologías y colecciones, en los que desplegó e
inventó su literatura.
«Confabulaciones. Amistad y creación en Borges» se titula la exhibición de libros desarrollada conjuntamente con la Biblioteca Nacional, donde hay también fotografías del Museo Nacional de Bellas Artes, textos, proyecciones, videos realizados por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y un laboratorio de juegos bautizado las «mesas lúcidas».
En esta sala a oscuras, como un mini-cine, hay pequeñas mesas circulares retroiluminadas, que conforman un taller de animación al paso: se trata de un laboratorio de juego y animación, para crear gifs animados, con el celular, y en base a citas del autor desplegadas en una mesa: hay figuras articuladas, objetos y materiales de descarte que ayudan a cumplir la tarea, que luego se podrá proyectar en la pantalla o compartir en redes.
«Mesas lúcidas es un laboratorio público de juego y animación donde conviven el teatro de sombras, el stop motion, la combinación de experiencias analógicas y tecnologías celulares, las prácticas del recupero y la reutilidad», explica a Télam Martín Zaitch, a cargo del proyecto. Hay arena, figuras de laberintos, peines, llaves, piedras coloridas, papeles de colores, letras sueltas y muchos otros objetos recuperados que ayudan a completar la lúdica tarea. A la salida, el visitante podrá sentarse a leer en la Biblioteca, un rincón de estantes, sillones y mesas que permiten adentrarse en la imaginería del escritor.
Por otro lado, el pabellón II contiene dos salas de exhibiciones temporarias que presentan la 32 Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, organizada junto con la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), mientras que la exposición «Todo cuerpo es político» se focaliza en producciones de artistas y colectivos que interrogan la dimensión política de los cuerpos, asociada con actividades producidas en 2021 por el Palais de Glace, institución a cargo del proyecto. Allí se pueden ver, por ejemplo, obras de artistas como Gabriela Golder (ganadora del primer premio adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales), del colectivo Galaxia y Mar, o del grupo Queen Cobra.
En la Plaza de las Artes, el corazón del Centro cultural, en la escalinata que conecta todos los pabellones, se erige una monumental escultura del genial Luis Felipe Noé, «Coherente oxímoron», justo debajo de la cúpula vidriada del edificio. En la tercera planta funciona el Espacio Mercedes Sosa, en el que se exhibe un recorrido por cinco conciertos paradigmáticos de la carrera de la cantante, con imágenes, archivo, objetos -como su emblemático poncho- y música de esta tucumana, argentina, latinoamericana y universal, aclamada en escenarios líricos y en pueblitos olvidados por la cartografía.
Este fin de semana, la reapertura incluirá actividades especiales como un concierto de Juana Molina que celebrará el 21 aniversario de su emblemático álbum «Segundo», el sábado, y un recital de Liliana Herrera y Teresa Parodi, el domingo, aunque para ambos ya se encuentran agotadas las entradas. También el sábado a las 17 será la inauguración oficial de la 32 Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino presentada por ARGRA.
El flamante Centro Cultural Borges está abierto de miércoles a domingo de 14 a 20, con entrada libre y gratuita, en Viamonte 525, ciudad de Buenos Aires.
Fuente: Télam