espués meses de estar en el mercado, finalmente se vendió la impresionante mansión estadounidense con la tasación más cara del mundo. El desarrollador de la propiedad, Nile Niami de Crestlloyd LLC, llegó a decir en público que valdría US$500 millones, una cifra desopilante para un inmueble que se justifica en sus 9755 m² plagados de lujos, aunque retrasos en la construcción y el incumplimiento de más de US$100 millones en préstamos aminoraron notablemente el valor.
Sin embargo, la expectativa de una venta histórica sufrió un revés cuando el precio final de subasta no llegó a la altura de la tasación. El comprador -que hasta ahora se mantiene anónimo- ganó la puja por US$126 millones, menos de la mitad de los US$295 millones por los que originalmente se ofrecía antes de la subasta y un cuarto del valor previsto. El monto ascenderá a US$141 millones cuando se paguen los costos de comisión y de la subasta. Para los acreedores el resultado fue un gran fracaso, ya que estos acumulaban US$190 millones en deuda. Para el comprador, sin dudas, un gran negocio.
Silencio absoluto se sintió en los cuatro días que duró la subasta, hasta que en los últimos minutos aparecieron algunas pocas ofertas. Al finalizar, se vendió por una cifra colosal para la mayor parte de la población mundial. La operación se llevó el récord a el monto más alto jamás gastado en una subasta de viviendas. De acuerdo a Forbes, cuando la venta concluya también se consagrará como el segundo total más alto gastado en una casa, después de los US$238 millones que el fundador de la firma de inversión global Citadel -Ken Griffin- pagó por un penthouse en la ciudad de Nueva York en 2019.
The One, por dentro
Su nombre lo dice todo. Apodada “The One” la propiedad se autodefine como la elegida, la única, la definitiva en Bel Air, Los Ángeles. Sus dimensiones acompañan su denominación: ubicada en un terreno de más de una hectárea y media, la mansión se distribuye entre 21 habitaciones, 42 baños completos y siete medios baños. Los dormitorios llaman la atención por sí solos, ya que la suite principal mide 511 m².
Más allá de la decoración de último momento y la insólita cantidad de habitaciones, los espacios que más llaman la atención a los visitantes son aquellas que impactan encontrar en una casa. Para los fanáticos de un juego clásico, una pista de bolos con cuatro líneas está disponible las 24 horas del día para que sus propietarios jueguen entre ellos o con invitados.
Quienes buscan fiesta, la mansión también cuenta con un club nocturno que tiene hasta salón VIP.Allí se podrían celebrar las fiestas más exclusivas y privadas de Los Ángeles con invitados de lujo. La propiedad tiene diez bares repartidos en la casa. Además dispone de un salón para fumadores decorado con una colección de tapas históricas de la revista Playboy. El entretenimiento también se extiende a una sala de cine privada donde entran 40 espectadores.
Las salas de bienestar también pisan fuerte en The One, ya que se construyeron un salón y spa para relajarse con varias salas de tratamiento y dos saunas. Quienes encuentran la paz en el agua, la casa también ofrece cinco piletas con distintos diseños, tanto internas como en el exterior, para nadar y relajarse.
Un espacio que se puso de moda en los últimos años en Argentina y que es un clásico neoyorkino son los rooftops o terrazas con vistas amplias donde tomar algo. Para estar al día, los desarrolladores diseñaron un sky deck de 1930 m² que podrían servir vino de la bodega privada que tiene capacidad para guardar hasta 10.000 botellas. Este espacio se aprovecha aún más por la posición de la casa, ya que está construida en el punto más alto del terreno, hecho que le permite tener un vista panorámica de 360 grados del Océano Pacífico, al centro de Los Ángeles y a las montañas de San Gabriel.
El espacio para el deporte fue otro foco de atención en la construcción de la mansión. Este se plasma en una pista de atletismo al aire libre, un gimnasio de última generación, un putting green por si los residentes disfrutan jugar al golf y una cancha de tenis, entre otras.
Es común ver que los multimillonarios desarrollan una afición por la colección de autos. La casa responde a esta tendencia y por eso cuenta con un garaje con espacio para guardar más de 30 vehículos con dos plataformas giratorias para exhibición de autos. Aún con todas estas comodidades, los informes indican que la casa aún no está terminada ni habilitada para ser habitada.
Fuente: La Nación