En el otoño de 2021, Julieta Cruz tomó la decisión de hacer un cambio drástico en su carrera: dejó cine y se anotó en la Licenciatura en Enfermería. “Siempre me interesaron las ciencias médicas, pero la pandemia me ayudó a decidirme. Tuve mucho tiempo para pensar y me motivó ver todo el trabajo que hacían. El servicio siempre fue parte de mi personalidad, quiero ayudar. Lamentablemente, perdí muchos familiares cercanos a lo largo de mi vida y creo que esta es una forma de sanar, poder ayudar a los enfermos”, dijo Cruz, de 24 años.
Este año, luego de haber aprobado el Ciclo Básico Común (CBC), empezará a estudiar de forma presencial en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ella es un ejemplo de un fenómeno del que tomaron nota muchas universidades tanto públicas como privadas el año pasado: en 2021 aumentaron significativamente las inscripciones a esta carrera.Ads by
Desde la Universidad Católica Argentina (UCA), por ejemplo, afirmaron que “de 2020 a 2021 la Licenciatura en Enfermería duplicó la cantidad de alumnos ingresantes”. Lo mismo sucedió en la Universidad Austral, quienes reportaron haber tenido 107 postulantes el año pasado, mientras que en 2020 habían tenido 58 y el año anterior 49.
Desde diferentes universidades sostienen que la visibilización de la carrera durante la pandemia, donde se destacó el trabajo de la profesión, fue probablemente el incentivode muchos para anotarse en la carrera. Irene Simeoni, directora de la carrera de Licenciatura en Enfermería de la UBA, confirmó el fenómeno: “La visibilización de la labor de la enfermería y la falta de enfermeros fue la causa de este aumento. La pandemia despertó el espíritu solidario y el conocimiento de nuestra profesión y el reconocimiento desde la sociedad”.
Los números de inscripciones para la licenciatura de enfermería en la UBA son contundentes: en 2019, se anotaron 1376; en 2020, 1264; y en 2021, se dispararon a 2102.
Cuando Inés Vivot y Damasia Sánchez De Bustamante dijeron que querían estudiar enfermería, muchos les aconsejaron no hacerlo. “Me dijeron que era una profesión mal paga, desprestigiada, casi que poco digna”, contó Sánchez de Bustamante. Son amigas desde los tres años, fueron compañeras de colegio y también son compañeras de facultad. Se anotaron juntas a enfermería en 2020 y ahora están empezando su tercer año. “La pandemia desmitificó muchas de esas cosas que nos decían. Puso de manifiesto la importancia de las enfermeras”, coincidieron.
A medida que el virus se expandía por el mundo, los hospitales necesitaron más que nunca a los enfermeros. “Hay mucha evidencia que confirma que el 90% de las prácticas que se realizan a un paciente en el hospital las hace el personal de enfermería”, afirma Eduardo Daniel Giles,coordinador de la carrera en la Universidad Nacional de La Plata.
Un trabajo que antes de la pandemia ya era extenuante, física, mental y emocionalmente, se volvió incluso más demandante. “Muchos enfermeros no tuvieron licencias, turnos de trabajo eternos sin descanso. Pero la realidad es que no es tanta la duración, sino la cantidad de pacientes a cargo, pacientes que requieren un cuidado complejo. Ni hablar del desgaste emocional”, explicó Dolores Latugaye, enfermera y directora de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral. Cuando empezó la pandemia, la relación entre cantidad de pacientes por enfermero se intensificó, y la falta de personal se hizo aún más evidente.
“Las inscripciones a la carrera de enfermería vienen en aumento sostenido desde que empezó la carrera en 2008″, explicó Brenda Di Giacomo, secretaria académica del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur.
Estos datos se confirman con lo expuesto en el Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud: de 2008 a 2019 se triplicaron las inscripciones. Sin embargo, la cantidad de personas egresadas se mantiene prácticamente en el mismo nivel en los últimos diez años. “Hubo un boom, pero tendríamos que esperar un tiempo para ver si es real o no, es decir, si impacta con graduados en el sistema sanitario”, reflexiona Latugaye.
Salida laboral rápida
Desde las universidades sostienen también que la carrera es atractiva para muchos porque tiene un título intermedio —la tecnicatura— que se obtiene en 3° año de la carrera y permite ejercer en poco tiempo. “Es una carrera con mucha demanda, porque tiene mucha salida laboral y es rápida”, afirmó Giles.
Aunque muchos se queden solamente con la tecnicatura, la carrera se completa con la licenciatura. “El título intermedio es algo que surgió por la emergencia, por la falta de profesionales, pero en realidad no es algo que exista en ningún otro lugar del mundo”, explica Latugaye.
Los datos del Ministerio de Salud de la Nación confirman que la cantidad de personas que obtuvieron una tecnicatura triplican a las que obtuvieron un título de licenciatura en el período de 2018 a 2020.
“El concepto de la enfermería como profesión es algo que me fascina, es una de las profesiones más completas que conozco”, relata Teresa Bake, de 27 años.
Ella se recibió de enfermera hace cuatro años. Con pocos meses de experiencia, tuvo que enfrentarse a la situación sanitaria provocada por el coronavirus. “Mi idea de lo que iba a ser mi trabajo estaba claramente idealizada. Me pareció muy desmotivante el panorama con el que me encontré, y la pandemia lo empeoró; pude ver que muy claramente nadie iba a hacer nada por mejorar las condiciones del personal de salud”, se lamenta.
A principios del año pasado, cuando el panorama pandémico parecía mejor, renunció y cambió de profesión, y afirma que no es infrecuente “escuchar profesionales licenciados recién recibidas que se quieren ir de lo asistencial”.
Fuente: Victoria Priano, La Nación