La trilogía El Padrino de Francis Ford Coppola cumple 50 años desde el estreno de su primera película y vuelve a los cines. La aclamada saga convertida en clásico paseó por varias ciudades italianas entre rodajes. Sicilia se consagró como uno de los escenarios principales en donde se forma y hace negocios la familia Corleone. Ahora una de las propiedades más relevantes de la zona donde se filmó parte de El Padrino: Parte III se subasta por US$ 6 millones en la plataforma Sotheby’s.
Se utilizó para grabar varias escenas de la tercera entrega de El Padrino, entre ellas la recordada muerte de Licio Luchessi, después de recibir el mensaje “El poder desgasta a quienes no lo tienen” de parte del protagonista, Michael Corleone.
La historia del castillo se remonta a finales del siglo XIX, cuando lo habitaba la familia del barón Agostino Pennisi di Floristella, una de las más relevantes de la época. Situado en la localidad de Acireale, en Sicilia, la construcción es un claro ejemplo de arquitectura neogótica. Su renovación estuvo a cargo del arquitecto palermitano Giuseppe Patricolo, conocido por restaurar edificios medievales. El castillo es uno de los tres edificios contiguos de dos niveles que junto a las dos torres rectangulares y simétricamente posicionadas conforman el inmueble entero.
En números, la propiedad conocida como Castello Pennisi di Floristella se extiende por 4000 metros cuadrados cubiertos que se ubican en medio de una finca de 8000 m², casi una hectárea. Habitaciones abundan ya que entre los ambientes y terrazas varias se pueden enlistar 22 dormitorios con grandes ventanales y pisos de mármol, y ocho baños. Por fuera, se puede destacar el bosque de palmeras americanas que crecen en un infinito jardín verde.
En el castillo también se puede encontrar una capilla privada con frescos originales del pintor italiano Giuseppe Sciuti una biblioteca y una bodega.
En un estilo pomposo, los dueños originales decidieron dejar su huella grabando en la chimenea de la sala principal las iniciales del apellido familiar. Allí decoran las paredes de piedra cuadros con paisajes y retratos da los dueños, así como jarrones y una lámpara de araña gigantes. Entre sillones y almohadones tapizados en tonalidades claras, acentúan la luz natural cinco amplios ventanales arqueados.
Un perfil vanguardista y moderno ampara la decoración del inmueble que se conjugan con los techos altos. Estos están interrumpidos por bóvedas pintadas en un azul oscuro que también tienen plasmadas a los santos para propiciar un ambiente religioso.
Más allá de ser parte del setting de la famosa trilogía, la mansión también hospedó otros largometrajes en el pasado como “Un hermoso noviembre” de Mauro Bolognini. Pero esto es solo una pequeña parte de su pasado. El castillo es sobreviviente de un terremoto en 1908 y los despiadados bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, época en la cual el ejército alemán lo usó de asentamiento logístico y representativo.
Fuente: La Nación