God Save The Queen (y Queen) volvieron al escenario del Gran Rex

Comentario de Amadeo Lukas, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Queen, una de las bandas musicales más gloriosas de todas las épocas, tiene desde hace bastante tiempo uno de los tributos más fieles que existen en el planeta, y está a cargo de una agrupación nacional, que además cumple en estos momentos nada menos que veinte años de carrera.

Nos referimos a Dios Salve a la Reina, que el pasado viernes 4 en el Teatro Gran Rex conmemoraron ese hito en su trayectoria y a la vez volvieron a homenajear, con el excelso nivel de siempre, las mejores páginas del legendario cuarteto inglés. Ofrenda que alcanza picos musicales y emotivos relevantes a través de Pablo Padín, Ezequiel TibaldoDani Marcos Matías Albornoz, músicos argentinos que proponen una notable y sólida réplica, minuciosa en todos los detalles.

Esta impronta queda más claramente evidenciada por intermedio de Padín, el cantante y pianista que refleja a todo nivel la voz, la ejecución, el arte, el espíritu, los gestos, el aspecto y la fisonomía del inmortal Freddie Mercury.

https://www.youtube.com/watch?v=k8SIAZjfqkw

En el caso de los otros músicos, la identificación no es tan exacta, están simplemente caracterizados en los rasgos básicos del vesturario y los accesorios, pero eso queda compensado y hasta minimizado por la abrumadora capacidad musical que ponen en juego en cada acorde y sonido que los tres logran recrear. Y junto con el deslumbrante trabajo de Padín, el cuarteto logra una amalgama extraordinaria, tal cual la que alcanzaban Mercury, Deacon, May y Taylor en cada concierto y cada grabación.

https://www.youtube.com/watch?v=EAm7-69qNlE

Ya de entrada, One Vision ofrece una sólida apertura del show, que seguirá ascendente e impecable a través de fenomenales piezas como  A Kind Of Magic, Under Pressure, Another One Bites The Dust o I Want To Break Free. En ese tramo de la presentación, llegará la icónica versión acústica de Love Of My Life a cargo de Daniel Marcos y Padín, y un rato más tarde se volverá a lucir Marcos con uno de esos fantásticos y envolventes solos de guitarra que solía brindar May en los conciertos.

Más cerca del final llegarán las páginas más emotivas y participativas: Bohemian Rhapsody (en una versión aún más completa que la que brindaban los propios Queen), We Will Rock You y We Are The Champions, en un apropiado cierre. Pero no faltarán un par de tandas de bises, que tendrán como corolario a I Want It All y Dont Stop Me Now, en brillantes versiones y con el público a puro fervor. Una noche formidable con la banda tributo por excelencia.

Dios Salve a Queen.

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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.