Su pareja desarrolla una tos seca y dice que tiene fiebre. O un compañero en la convivencia empieza a sentirse dolorido, agotado y sin aliento tras descubrir que un compañero de trabajo ha dado positivo en la prueba de COVID-19. Con la aparición de la variante Ómicron del coronavirus y su rápida propagación por el mundo, el riesgo de contagiarse el coronavirus hoy es alto. Algunas de las personas afectadas pueden desarrollar cuadros graves y muchas tendrán cuadros leves. Los expertos en infectología hoy recomiendan que hay que considerar que se trata de una enfermedad y no hay que minimizarla.
El riesgo global relacionado con Ómicron sigue siendo muy alto, advirtió el martes 11 de enero la Organización Mundial de la Salud. “En primer lugar, el riesgo global de COVID-19 sigue siendo muy alto en general. En segundo lugar, los datos actuales indican que Ómicron tiene una ventaja de crecimiento significativa sobre la variante Delta, lo que lleva a una rápida propagación en la comunidad. El rápido aumento de los casos conducirá a un incremento de las hospitalizaciones, puede plantear demandas abrumadoras a los sistemas de atención sanitaria y provocar una morbilidad significativa, especialmente en las poblaciones vulnerables”, señaló la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
Hoy si una persona tiene COVID-19 confirmado por un testeo o por nexo epidemiológico debe mantenerse aislada en su hogar. También debe reducir la probabilidad de contagiar a las personas de su entorno más cercano. El coronavirus se propaga principalmente cuando las personas infectadas entran en estrecho contacto con otras.
El coronavirus se transmite por la cercanía con una persona ya infectada tanto en un ambiente cerrado como al aire libre. También se transmite a partir de personas contagiadas y puede quedar suspendido en el aire especialmente en lugares con mala ventilación. Las personas que lo exhalan en gotas o en aerosoles pueden estar contagiadas sin manifestar síntomas. Un hogar en el que las personas pasan muchas horas al día juntas es un lugar privilegiado para que el contagio ocurra. Pero no es inevitable, y hay medidas que se pueden tomar para evitarlo.
Aquí van cinco recomendaciones sobre cómo se debe tratar el COVID-19 si una persona está diagnosticada y se encuentra en la casa:
1- Aislarse dentro de la casa si se convive con otras personas
Con la alta transmisibilidad de Ómicron, los expertos coinciden en que lo mejor es que alguien que esté enfermo con síntomas de COVID-19 o que dé positivo en las pruebas del virus se aísle lo antes posible. “Ahora mismo, estamos viendo mucha infectividad en los hogares, donde alguien que está enfermo infecta a otras personas con las que vive”, dijo el doctor James Merlino, director de transformación clínica de la Clínica Cleveland de los Estados Unidos.
Un estudio apoyado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) confirmó que es habitual que el coronavirus se propague entre las personas de un hogar, a menudo poco después de que una persona empiece a sentirse enferma. Para evitarlo, lo ideal es que permanezca en una habitación separada y, preferiblemente, que utilice también un baño separado. En cambio, si vive en un lugar cerrado y no puede seguir esos consejos, hay que producir la mayor circulación de aire posible en la casa abriendo las ventanas de manera permanente.
2) Use mascarilla o barbijo
Según dijo a Infobae el médico Javier Farina, de la Sociedad Argentina de Infectología, “además de la ventilación cruzada, el barbijo también debe usarse si una persona tiene COVID-19 y convive con otras personas. Deben reducir al máximo el contacto dentro del hogar”. El barbijo se debe utilizar de manera adecuada: hay que colocarlo desde la nariz al mentón. Si eso no ocurre, las personas pueden exhalar el coronavirus a otras. O las personas cercanas pueden inhalarlo y contagiarse.
3) Contacte al médico y descanse
El primer paso es asegurarse que la persona enferma con COVID-19 está en contacto con un profesional de la salud para reportarlo al sistema de salud. También necesita descanso y probablemente algo de ayuda de otras personas para poder mantenerse aisladas. Pero deberían considerar que deben tener el menor contacto posible.
“Cada persona con COVID-19 puede tener un monitoreo telefónico hoy con un profesional de la salud. Si no se incrementan los síntomas de la infección, no se necesita un seguimiento diario. En este contexto de hoy, se puede tener un oxímetro en el hogar especialmente cuando hay personas con factores de riesgo”, señaló el doctor Farina.
Un oxímetro de pulso es un dispositivo pequeño. Se coloca en el dedo y en unos segundos se encienden unas luces con números que indican el nivel de oxígeno en el cuerpo y el ritmo cardiaco. La mayoría de la gente sana tendrá una lectura de oxígeno de entre el 95 y el 98 por ciento. Algunas personas con padecimientos preexistentes podrían tener una lectura normal más baja. Hay que ponerse en contacto con el médico si el número baja del 92 por ciento.
Si una persona con COVID-19 empieza a tener signos de dificultad para respirar, dolor persistente en el pecho, confusión, dificultad para despertarse o mantenerse despierto, o labios o cara azulados, debería tener atención médica de urgencia.
4) Hay que tener un termómetro a mano
La persona con COVID-19 debería tener a mano un termómetro para monitorear la temperatura y detectar si fiebre. También la persona podría necesitar medicamentos como analgésicos y antifebriles que deben ser indicados por un profesional de la salud. Es importante que la persona enferma beba mucho líquido y descanse.
5) Estar en contacto virtual con otros
Estar físicamente aislado por el COVID-19 puede ser solitario y aburrido. “Apoyar el estado emocional de las personas es realmente importante”, resaltó el doctor Merlino. Sugirió establecer videollamadas con el resto de la familia desde otra zona de la casa o hacer notas escritas a mano bajo la puerta de la habitación de la persona cada día para estar en contacto.
Fuente: Infobae