l presidente de Turkmenistán, Gurbanguli Berdimuhamedov, dio la orden de extinguir el fuego de la conocida como “Puerta al infierno”, un pozo de gas que lleva ardiendo ininterrumpidamente desde hace más de medio siglo.
El cráter de Darvaza (Derweze, La Puerta), en Turkmenistán 🇹🇲, es un campo de gas que colapsó formando una caverna. El fuego ha estado encendido de forma continua desde 1971.#geología pic.twitter.com/On7qWGfB28
— GeotechTips (@GeotechTips) December 27, 2020
El mandatario destacó durante un Consejo de Ministros que en este cráter de Darvaza se ha consumido una gran cantidad de gas, lo que ha tenido consecuencias adversas para el medio ambiente y para la población de la región, según informó la televisión pública turkmena y recoge el portal de noticias TurkmenPortal.
Además, esta combustión supone el gasto de gas natural del que se podrían obtener recursos para la prosperidad de la nación, destacó Berdimuhamedov.
“Estamos creando y vamos a seguir creando todas las condiciones necesarias para el desarrollo de las colosales reservas de recursos de hidrocarburos de nuestra patria neutral e independiente en interés de sus gentes originarias”, afirmó Berdimuhamedov.
Así, el vice primer ministro turkmeno, Shahim Abdrahmanov, responsable de la industria energética, ordenó convocar a científicos y, si fuera necesario, a especialistas extranjeros, para apagar las llamas, que en las últimas décadas se habían convertido en una atracción turística.
El pozo se encuentra en mitad del desierto de Karakum, a unos 260 kilómetros al norte de la ciudad de Asgabat y tiene unos 60 metros de diámetro y 20 de profundidad. En 2010 las autoridades ya se plantearon apagar el cráter, pero finalmente desistieron.
En 1971, los geólogos soviéticos hallaron una bolsa de gas natural y se inició una operación de extracción, pero se hundió lo que es hoy el cráter y se liberó el gas. Para evitar el envenenamiento de la fauna y la población de la zona se decidió prender el fuego con la idea de que las llamas se extinguieran por sí mismas.
Fuente: La Nación