Diciembre es un mes de hacer balance. Pensar, entre otras muchas cosas, cuánto tiempo de lectura compartimos con las personas más pequeñas –y no tanto– que nos rodean, pensar en qué libros nos van a acompañar durante el verano, buscar regalos para navidad y año nuevo. Y con un libro, no solo se regala el objeto, sino también la promesa de un tiempo de lectura, de habitar y conocer personajes, lugares, mundos.
Además, en los balances aparece también lo que se perdió. ¿Les pasó alguna vez de perder cosas? Es por ahí que comienza esta lista, con un libro muy esperado…
La costura. Escrito e ilustrado por Isol. Buenos Aires: FCE, 2021. Colección Los especiales de A la orilla del viento.
“Que pierdo las cosas,
dice mi mamá.
Que no puede ser esto de
perder las llaves tres veces.
—¡Las tenía!
Que también perdí la bufanda, los guantes los lápices de colores, el paraguas…
Que las cosas son caras y que yo no las cuido, dice.
Yo creo que no es mi culpa, le digo. Y puedo explicarlo”.
¡Qué alegría da un libro nuevo de Isol! En La costura, la protagonista se propone dar solución al tema de las cosas que se pierden.
El libro fue inspirado en una pañoleta que le regalaron en Palestina. Originalmente fue creado en el marco del proyecto “Palestinian Art History as Told by Everyday Objects”, que se propone contar la historia a partir de los objetos de la vida cotidiana, producido por el Palestinian Museum. La historia surgió a partir de los bordados tradicionales de la cultura palestina, de su derecho y su revés. Fascinante la idea de pensar la historia que nos cuentan los objetos, que tienen siempre sus vueltas y sus misterios.
La hija, la madre, la abuela van de un lado al otro sobre el chal que oficia de territorio. Dormidas y despiertas.
El otro lado está ahí nomás, aunque asuste un poco… El libro tiene un clima onírico. Las cosas que se pierden también son protagonistas de esta historia que también hace pensar en el adentro y afuera, uno y el otro. Y el deseo de la protagonista de arreglar el mundo.
Los universos de la infancia y los vínculos entre madres e hijas, tan clásicos en la poética de Isol, se celebran. Ella es especialista en retratar con humor, ironía, ternura y belleza luminosa.
Les recomiendo leer el libro, mirarlo por todos los lados. El rojo y el negro de la pañoleta marcan el ritmo gráfico de este cuento largo dividido en cuatro partes: “Las cosas perdidas”, “Los agujeros”, “La niebla”, “Solsticio”, y un epílogo: “Lexis y Rolf”.
Al final del libro, Isol le dedica el libro a su papá, “Eduardo del Estal (1954-2021) caminante entusiasta de este mundo y del otro, el de los sueños”.
¿A dónde van las cosas que se pierden? Canicas, llaves, bufandas, guantes, paraguas, lápices, chupetes, medias (siempre una), ¿estarán del otro lado? Ese revés y sus habitantes desconocidos nos esperan también.
Isol invita a leer y también a bordar con este libro maravilla recomendado para todas las edades.
Y así cosiendo… siguen las recomendaciones para este año que se termina:
Dos más de niños y niñas protagonistas
Luisa. La infancia de Bigudí. Escrito por Delphine Perret. Ilustrado por Sébastien Mourrain. Traducido por Delfina Cabrera. Buenos Aires: Limonero, 2021.
“Luisa tenía el pelo lacio, tan lacio como los tallarines, y pasaba sus tardes hamacándose en la mecedora de la galería. Pero también hacía muchas otras cosas: correr por el campo, contar hormigas, hacer montañas con piedritas.
Y mirar, por la gran ventana del salón, el cielo infinito que avanzaba sobre la llanura”.
Luisa es una niña que vive en el campo y de pronto, de buenas a primeras, se muda a la ciudad. Esa mudanza, por supuesto, la conmueve y la deja pensando, o refunfuñando durante mucho tiempo, hasta que encuentra una amiga. Juntas pasan los días comiendo helados, jugando y mucho más.
Las historias de Delphine Perret tienen profundidad y humor. Le interesan la vida cotidiana y sus contingencias. Sus libros son existencialistas. La vida, los cambios, los vínculos. La trama que nos hace felices. Esta historia es una precuela de Bigudí, también realizado en dupla con Murrain, que pone en juego cómo una amistad puede abrirnos los ojos e, incluso, cambiarnos el nombre.
Es hermoso que Perret nos cumpla ese deseo que muchas veces tenemos quienes leemos: saber más de los personajes que adoramos.
La línea de Murrain es muy expresiva y sus dibujos están llenos de detalles para recorrer. Andar por los escenarios que propone es un placer. Ilustraciones en línea negra con detalles de color, el rosa preponderante (en el anterior el color preponderante fue el amarillo), nos invita a detenernos y observarlo todo, una y otra vez.
Ternura, amor y más ganas de saber cosas de la vida de Bigudí entre un libro y otro. Recomendadísmo para niños, niñas y cualquier persona que tenga ganas de disfrutar las historias de Bigudí.
¡Ya crecí! Escrito y dibujado por Hyun Seo. Traducido por Irma Zyanya Gil Yáñez. Buenos Aires: Pequeño editor, 2021.
¿Nunca les pasó de chicos querer crecer crecer y crecer…? ¿Se imaginan qué pasaría si les sucediera a los chicos y chicas que tienen cerca? Este libro cuenta la historia de un niño que lo que más desea en el mundo es crecer. Se despierta y es en lo primero que piensa. Y lo más extraño, tierno y disparatado: ¡le sucede! Eso y mucho más… Crece tanto, tanto, que podría devorarse toda la galaxia.
Con un estilo que mezcla grandes ilustraciones a doble página con otras llenas de viñetas, Jiun So (dice que su nombre se pronuncia más o menos así, diciendo las “o” muy abiertas) invita a mirar, leer y descubrir.
“Soy pequeño.
Quiero crecer rápido.
En un libro leí sobre cómo crecen los árboles”.
Y ese dato, el de conocer cómo crecen las plantas, lo inspira y le da la solución a su deseo de ser grande.
Al final del libro encontramos información sobre mucho de lo que encuentra el protagonista en su día entero de no parar de crecer, información que invita a nuevas lecturas y conversaciones.
La ilustradora coreana tiene publicados otros libros: Mar de lágrimas, Hurra y Pica pica. ¡Ya crecí! es su primer libro traducido al español, lo que la tiene muy contenta. Le fascina el color amarillo y en 2017 ganó el Premio Cultural para publicaciones en Corea.
En la contratapa encontramos un código QR para conocer las actividades de artes combinadas que propone la editorial a partir de la lectura de sus libros.
Un libro y una autora que valen la pena conocer. La editorial lo recomienda “para peques de 4 a 7 años” que empiezan a leer. Y aclaran que es un libro escrito en imprenta mayúscula.
Dos de gigantes
Mi libro gigante para aprender, de Michelle Carlslund. Traducido por MSA-agencia editorial-Isabel López. París: Auzou, 2020.
Un libro gigante de divulgación y exploración para las personas más pequeñas de la casa que propone experimentar con todos los sentidos. El libro mide 47 x 33 cm y los pequeños lectores casi podrán meterse adentro del libro para conocer y saber sobre los animales y las plantas. Sobre todos los seres vivos que hay en la granja, en la sabana, en el bosque y en el polo.
En cada página, un nuevo lugar para descubrir, y una rana a la que es lindo seguirle los saltos de página en página. Ojo, que quienes lean también pueden encontrarse dentro de este libro. Un libro lleno de texturas: lo blando, lo suave, lo rasposo. Además, tiene una solapa de tela, un espejo en el que mirarse leyendo y muchas sorpresas más.
El libro empieza así:
“Es primavera en la granja… los animales disfrutan del buen tiempo”.
Las estaciones nos llevan de viaje a distintos tipos de paisaje… Un libro especialmente recomendado para niñas y niños pequeños.
Mis tíos gigantes. Escrito por Nicolás Schuff con ilustraciones de Javier Reboursin. Buenos Aires: Santillana, 2019.
“Mis tíos Severino y Saturnino son gemelos, tienen noventa y nueve años y miden tres metros de altura.
Algunos días vienen a mi casa a que les lea lo que escribo. Llegan sin avisar y ni siquiera tocan el timbre: usan un juego de llave que les di por cualquier cosa. Después de todo, son parte de la familia”.
Estos tíos cantan a los gritos, hacen burla, critican todo lo que su sobrino escribe, pero, al mismo tiempo, no dejan de pedirles que le cuenten historias. Los tíos gigantes tienen problemas con la policía, son muy caprichosos y solo toman vino con azúcar. Se esconden en los placares, trepan a los árboles, van de visita a cualquier ahora, se quejan por todo.
Ironía y diversión en este libro que además de contar la historia cuenta sobre la escritura misma.
El libro tiene un epígrafe de Wislawa Zsymborska que dice: “Cuando escribo siempre tengo/ la sensación de que alguien está/detrás de mí haciendo muecas”.
Una novela corta muy inspiradora. A partir de 8 años, dice la editorial. Recomendadísima para quienes se animen a una lectura autónoma y también para compartir por entregas antes de dormir.
Dos con música y poesía
Murciélago. Textos de Mariana Baggio. Ilustraciones de Yael Frankel, Eleonora Arroyo, Pablo Zweig, Gabriela Burín, Paula Spritz y Matías Acosta. Buenos Aires: Calibroscopio, 2021.
¿Quién no jugó alguna vez a buscar palabras en las que estuvieran presentes todas las vocales? La palabra que se gana todos los premios es justamente… murciélago.
Una alegría este libro para decir ah, mira, eh… sí sí sí. Yo lo veo, llegó, llegó. Ni mu puedo decir. Solo cantar y cantar. Porque a eso invita este libro. A cantar, y a leer, escribir y jugar con los poemas, las canciones, las vocales y la apuesta hermosa a que cada vocal tenga sus propias ilustraciones.
Yael Frankel, la “A”. Eleonora Arroyo, la “E”. La “I” Pablo Zweig. La “O”, Gabriela Burín y la “U” Paula Spritz. Pero esto no termina aquí. Matías Acosta ilustró las transiciones y la portada.
Mariana Baggio aparece a lo largo del libro buscando murciélagos hasta el final… e invita a quienes lean a buscar también.
“La calabaza asada”, “Whisky y pis”, “Que espere el tren”, “Lulú” y “Yo no toco ´Los Orozco´, yo toco otro”. En la contratapa se anuncian: poemas, vacas, mercados, música, vacas, peces, música, cucús, bailes, humor y, por supuesto, vocales, muchísimas vocales. Cada una con la impronta gráfica que le da el ilustrador. La edición es hermosa, en formato cuadrado, de 20 x 20, con solapas que traen alguna sorpresa entre laminados y dibujos.
“Mañana habrá calabaza asada mañana habrá calabaza.
Para agrandar la panza
a la vaca clara,
habrá papa, batata,
habrá albahaca barata”.
***
“Loros con moño rojo.
Loros todos olorosos.
Loros con ojos llorosos.
Yo no toco ‘Los Orozco’,
yo toco otro,
toco ‘Los dos loros’
con vos”.
Al final del libro se encuentra la letra completa de cada canción con los códigos QR para disfrutar de los videoclips de cada una (y no parar de bailar). Recomendadísimo para toda la familia.
Tarareando, con los pies descalzos. Escrito por Verónica Parodi, ilustrado por María Wernicke. Buenos Aires: Del Naranjo, 2021.
Una nueva producción de libro disco de Verónica Parodi. Palabras, canciones, dibujos colores, músicos invitados y familia. Y muchísimo amor. Las ilustraciones que recorren todo el libro son de María Wernicke. Despojadas, con una reminiscencia a su libro Uno y otro (Calibroscopio, 2006).
El prólogo del libro lo escribió Laura Devetach, que dice: “¿Quién no quiso andar descalzo? ¿Quién no quiere andar en patas en algún momento?”.
Poemas, canciones e ilustraciones arman un espacio de encuentro y disfrute, recorriendo ritmos de toda Latinoamérica. Teresa Parodi, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Marián Farías Gómez, el Dúo karma (Cuba), Ana Prada (Uruguay), Chiqui Ledesma, Vuelta Canela, Pim Pau, Vuelta canela, Franco Luciani y Victoria Birchner, Sara Mamani, Georgina Hassan y Pablo Fraguela, Mavi Díaz y Nadia Larcher son invitados de lujo en esta propuesta musical y poética, bajo la dirección musical de Emilia Parodi, sobrina de la autora.
“Las alas del viento
ciruelos en flor
mientras o camino
despeinan el día
y todo florece
en esta canción”.
Todas las canciones se pueden escuchar en Spotify. Muy recomendado para leer y escuchar desde la cuna hasta siempre.
Dos guerreras y sus aventuras
La princesa guerrera. Escrito por Amalia Boselli. Ilustrado por Bellina (Melina Agostini). Buenos Aires: Muchas nueces, 2015.
En la dedicatoria, Amalia Boselli escribe: “A todxs nosotrxs, lxs niñxs que fuimos, que quisimos leer estas historias… y hoy las escribimos”. El libro editado en 2015 ya va por la segunda reimpresión (2019). El viento, una niña, una madre y la aventura de contar historias.
La tipografía va dando nota de la historia enmarcada, porque la mamá cuenta y Juana escucha: “Había una vez un pequeño reino… pero el viento las interrumpe, despeina los pelos de Juana, y sopla sobre las páginas del libro, que pasan al final del cuento, y Juana se peina con sus manos mientras se enoja con el viento. Mamá, con una suave sonrisa, le dice a Juana que no se enoje, que seguro que lo que el viento quiere es escuchar el cuento, así que empezará otra vez y más fuerte…”.
La historia contada va tomando lugar: una princesa que no quiere estar sola. Que es guerrera, y que un día conoce a una cazadora del bosque. Un cuento de princesas que termina igual que muchos cuentos de princesas, es decir, cuando la princesa encuentra el amor, con una gran fiesta.
Las ilustraciones de Bellina son muy expresivas, siempre miran a quien lee, llenas de colores vibrantes y texturas varias. Dijo de este libro: “En mi interpretación (la cazadora) es tan protagonista como la princesa (…) reposa en la intimidad del bosque, tramando, tejiendo su deseo, antes de actuar”.
Amalia Boselli cuenta que la pregunta disparadora de este cuento fue: “¿qué tipos de familias nos rodean?… ¿en la literatura, en los medios en general?”.
Al final del libro, encontramos, luego del epílogo muy especial, una propuesta troquelada para recortar y armar una princesa guerrera, una cazadora y el hermoso reino que habitan.
En el colofón la editorial propone: “La amistad y el amor construyen puentes sobre los abismos. Por ello, hemos decidido hacer libros: para encontrarnos, bienvenirnos y hermanarnos”.
Muy recomendado para niños, niñas, jóvenes y, ¿por qué no?, adultos.
Zonia y el fuego. Una historieta escrita y dibujada por Fernando Calvi. Buenos Aires: Hotel de las ideas, 2021. (Colección Mamut. Mi primer cómic).
Una nueva colección de historietas para las personas más pequeñas se celebra. La propuesta de Hotel de las ideas y Fer Calvi se vislumbra como cazadora de lectores y lectoras. La imprenta mayúscula invita a la lectura autónoma.
En la contratapa nos cuentan que la historia transcurre en una selva del Amazonas. La tribu de la que Zonia forma parte debe huir porque el fuego se acerca y ella no entiende por qué no luchan en vez de huir. Ella quiere ser una guerrera como las que aparecen en los relatos de las abuelas de la tribu y para eso practica con su arco y su flecha, con su maza. Le explican que el agua y el fuego no siempre se pueden combatir, pero ella decide hacerle frente al fuego y terminar con él.
La ecología también es protagonista de esta historia fantástica.
“—Todos los habitantes de la selva huyen. ¿No deberíamos hacer lo mismo? Además, tú eres tan pequeña. ¡Y ese fuego es enorme!
—Es cierto, soy pequeña. Pero también soy una guerrera. Y voy a enfrentar al fuego monstruoso ese. ¿Vienen conmigo?
—¡Vamos!”
Ojalá vengan próximamente más aventuras de Zonia y sus amigos.
El interés por la ecología se vislumbra también en la contratapa donde aparece el símbolo y la leyenda que dice: “Soy un libro libre de plástico, gracias por no pegarme etiqueta”.
La editorial lo propone para niños y niñas a partir de los 6 años. Recomendadísimo.
Y para terminar por donde empezamos, seguimos viendo todo lo que puede pasar entre hilos, costuras y descosidos…
Por culpa de un hilo. Escrito por Laura Wittner. Ilustrado por Pablo Picyk. Mar del Plata: Lecturita, 2021.
¿Se imaginan todo lo que puede pasar por culpa de un hilito? A veces parece que las cosas ocurren porque sí, con independencia unas de otras, pero cuando hilamos finito, vemos los hilos. Hilos como este. Un agujero… un limón… y una escalera de acontecimientos con las manos poéticas de Laura Wittner.
Las ilustraciones de Picyk en colores vibrantes tienen mucho humor y picardía. Como el lector en el que rebota el limón, que lee “la realidad” en el diario. El formato que eligió Lecturita es muy acertado para los primeros lectores. Un libro cartoné en tamaño grande, cuadrado de 21 x 21, para que los más pequeños puedan morder y exprimir.
“Por culpa de un hilo
se hizo un agujero.
Por el agujero
se cayó el limón.
Al no haber limón
no hubo limonada.
Sin la limonada
no hubo desayuno”.
Como en un dominó… todo se desencadena… por culpa de un hilo.
Si no conocen la propuesta del Club de libros para niños y niñas Lecturita, les recomiendo explorarla, ya que además de publicar, seleccionan libros con un equipo especializado y arman unos paquetes divinos que siempre incluyen sorpresas pensando en las personas niñas que van a recibirlos.
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En su libro Ronda del panadero (Tres horas ediciones, Rosario, 2021) Beatriz Ré invita: “Escribí un deseo, buscá un panadero y soplá fuerte para que se cumpla.” Entonces se me ocurrió consultar y ver qué sortilegio tocaba para celebrar otro año compartiendo historias. Esta es la respuesta: “Si cultivás panaderos en la esquina noroeste de tu casa, soplan vientos suaves y cosas buenas te pasan”. Que así sea.
Fuente: Infobae