El Chaltén, saltos misioneros poco conocidos, esteros del Iberá y alojamientos en bodegas mendocinas son solo algunos de los sitios que hasta se escuchaba hablar poco español.
Agustina había estado en las cataratas del Niagara, en Estados Unidos. Sin embargo, aún no conocía el Parque Nacional Iguazú, el más visitado de la Argentina. En pandemia viajó a Misiones. Exploró más que las Cataratas: atravesó la zona intangible de la selva entre mariposas y tucanes, navegó por un arroyo afluente del río Iguazú rodeado de orquídeas, nadó en el salto de Yasy, y antes de irse visitó, casi a solas, la Garganta del Diablo.
Eran pocos en esta experiencia, pensada para los turistas argentinos que optan por explorar nuevos caminos dentro de la Argentina. Son viajeros que tras años de ir al exterior eligieron por primera vez ir a sitios naturales considerados maravillas por la Unesco o a ciudades con encanto del país desde una experiencia distinta, a medidas de las expectativas de extranjeros.
Junto a Agustina está Ismael, el guía de la reserva Awasi. “En Misiones hay muchos rincones secretos por recorrer más allá de las Cataratas”, anticipa. La visita a la Garganta del Diablo es sólo una de las excursiones que se proponen a los turistas nacionales a los que se recibe en Awasi como a extranjeros a la hora de planificar experiencias fuera de lo común. La experiencia incluye vadear en kayak el arroyo Yacuy; navegar el alto Paraná hasta el salto Yasy donde se podrá nadar en una pileta natural formada debajo de una pequeña catarata, y un paseo lacustre por el lago uruga-i, para conocer un bosque sumergido bajo el agua. También irá a la Garganta del Diablo al amanecer y sin hacer largas filas para apreciar la furia del agua al irrumpir en el accidente geológico.
Las cataratas de Iguazú son mejor que Niagara, concluirá Agustina tras su estadía en Misiones.
Los esteros del Iberá
En el interior del Parque Nacional Iberá, Rincón del Socorro fue construido a partir de un casco de estancia de 1896 restaurado y ampliado personalmente por Douglas Tompkins. Este año recibió mayormente a turistas argentinos que eligieron destinados nacionales acaso postergados antes que salir del país.
“El 70 por ciento de los huéspedes nos comentó que antes salía del país y en pandemia tuvieron que re direccionar sus planes. Tenemos ocupación total desde que abrimos al turismo”, afirma Natalia Acevedo. Las reservas allí aumentaron del 27 por ciento, en diciembre del año pasado hasta un 97 por ciento en julio de este año. Y en octubre el nivel de reservas se mantuvo en un noventa por ciento de su capacidad. “Los Esteros de Iberá es un destino desconectado de todo. La gente viene acá a conectar con el entorno”, sostiene Natalia.
Este alojamiento, único dentro del parque nacional, recibe a huéspedes por un mínimo de cuatro noches, y ofrece dos actividades guiadas por día. El hotel de la firma Rewailding Experience dona todos sus ingresos a la fundación Rewalding Argentina.
“En este cambio de paradigma que propició la pandemia los huéspedes no solo conocen algo distinto: además ayudan a la fundación para proyectos de conservación de animales extinguidos hace mucho en corrientes, como yaguareté, oso hormiguero, venado de las pampas, o nutrias gigantes”, expresan desde Rewailding Experience.
“Hay un segmento de argentinos que solía viajar al extranjero y que en pandemia comenzó a viajar por el país con experiencias más sofisticadas- asiente Mónica Peña representante en Argentina de Relais Chataux.-. Muchos de ellos no conocían las provincias porque viajaban afuera y vieron la oportunidad para visitar los destinos pendientes”, afirma.
Bodegas mendocinas
Cavas Wine Lodge Hotel en Mendoza es otro de los hoteles que buscan los que quieren una experiencia distinta. “El argentino que viajaba afuera postergaba estos destinos. Y con la pandemia optaron por descubrir lo nuestro”, afirma Cecilia Diaz Chuit, desde Mendoza. “La pandemia obligó a quedarse dentro de las fronteras y descubrieron lo lindo que es nuestro país y los destinos de calidad por descubrir. Muchos se quedan con ganas de volver”.
“Acá estamos muy preparados para que la experiencia sea en contacto en la naturaleza y en absoluta privacidad. Cada vez las escapadas son más frecuentes en el país”, relata Cecilia. “Ahora empiezan a llegar los extranjeros, pero los argentinos siguen firmes y son más” admite. “Muchos turistas que antes iban afuera ahora están mirando para adentro y sienten orgullo de lo que tenemos”.
En El Chaltén no hay dudas: “En los primeros cinco años que estuvimos aquí a los pies del sendero que asciende a la laguna de los tres sólo hubo tres reservas de argentinos. No se escuchaba hablar castellano. Ahora sólo hay reservas de huéspedes nacionales” afirman desde Patagonia Eco Domes. El glamping de lujo con miras al Fitz Roy a diferencia de los Relais Chataux no tiene una estadía mínima y las guías de montaña son optativas. El Chaltén, en el Parque Nacional Los Glaciares, fue por años destino de extranjeros. Ahora, esta aldea de montaña, comienza a revivir tras dos temporadas de pandemia, con la llegada de argentinos.
Fuente: La Nación