El filósofo y ensayista Antonio Escohotado murió este domingo a los 80 años en Ibiza, España, según informaron fuentes cercanas al pensador a Europa Press. “Descanso en paz arropado por mi familia”, señala una publicación en su cuenta de Twitter, que es administrada por su hijo.
Según explicó Diego Torán, el portavoz de la familia y marido también de la hija del filósofo Rebeca Escohotado, el ensayista se trasladó a Ibiza a comienzos del verano europeo del año pasado con la intención “de pasar sus últimos días” rodeado de su familia, de visitas de amigos, fans y colaboradores. “Ha estado viviendo en el campo”, subrayó.
En declaraciones a Europa Press, Torán indicó que a Escohotado “nunca le han gustado muchos los médicos”, ni los hospitales, por lo que “ha estado hasta el último momento” evitando hacerse pruebas médicas y “dando la espalda a sus posibles achaques”. En el diario EL PAÍS de España develaron que tenía cáncer.
Ayer, el filósofo se encontraba en una situación “crítica a nivel físico”, según reveló el portavoz, y fue internado por la tarde en el Hospital del Rosario, de Ibiza. “Afortunadamente, que es lo que él quería, ha muerto esta mañana rodeado de su familia y sin sufrimiento”, contó.
Asimismo, Torán apuntó que la última voluntad del filósofo era recibir sepultura en Santa Inés (Santa Agnès), Ibiza, pero previsiblemente también habrá algún tipo de ceremonia de despedida en Madrid, de donde el pensador era oriundo.
Nacido en esa ciudad en 1941, Escohotado fue autor de Historia general de las drogas, su libro más importante, que escribió cuando estuvo preso en la cárcel española de Cuenca luego de ser condenado por narcotráfico y una de las obras más reconocidas en esa materia. “Fui condenado dos años y estuve preso uno. Ese año aproveché para redactarlo. El director del penal me felicitó y me dijo ‘es usted el caso de reinserción social de mayor éxito de todos los tiempos’”, contó N sobre esa experiencia.
El filósofo, en 1997 grabó con Andrés Calamaro el tema «Nunca es igual»:
Escohotado aseguró en esa entrevista de 2018 durante una visita a la Argentina: “El derecho del hombre a las drogas es el mismo que tiene a la libertad y a la persecución autónoma de su felicidad. La prohibición de las drogas es una isla aislada, donde la libertad no reina y donde tampoco reina el derecho de cada cual a buscarse su propia dicha. Creo que, como otras iniciativas, por ejemplo, perseguir la homosexualidad, perseguir ideas políticas, simplemente ha sido un brote de falsa conciencia”.
En 1996, el juez Norberto Oyarbide -que murió este año- le dictó una orden de detención por presunta apología al consumo de drogas durante su paso por Memoria, un programa que se emitía por Canal 9. Incluso, una brigada de la División de Drogas Peligrosas de la Policía Federal se presentó en ese medio para detener al filósofo, que ya estaba de vuelta en Madrid. Hasta el fallecido diez de la Selección, Diego Maradona, fue uno de los que se sumó a esa denuncia.
Al final, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral dejó sin efecto el pedido de captura por la falta de indicios para sostener la acusación. Al respecto, el pensador cuenta en el libro Los penúltimos días de Escohotado, escrito por Ricardo Colmenero: “En diez minutos me absolvieron con todos los pronunciamientos favorables. Norberto Oyarbide, que era en ese momento juez sustituto, fue el que emitió la orden de detención, pero le acabaría absolviendo el titular, Canicoba Corral. Me dijo ‘esto ha sido todo un malentendido, disculpe profesor Escohotado’. Yo iba con un poco de canguela, no te diré que no”.