Aprincipios de este siglo, el Holiday Area Eco Dream Club Sea Resort,era un lujoso hotel de cinco estrellas enclavado en un predio natural de 140.000 metros cuadrados en el sudoeste de Turquía. La obra fue construida por un multimillonario alemán como regalo para una mujer turca de la que se había enamorado, y su costo entonces se calculó en unos 5000 millones de dólares.
Pero en 2014, el despampanante hotel se cerró, y sus instalaciones fueron abandonadas. Ahora, un fotógrafo ruso llamado Dimitri Rzhannikov visitó el lugar y realizó un registro de imágenes de las derruidas locaciones. Las cosas que retrató allí le parecieron tan particulares, que él mismo bautizó a lo que quedaba del eco-hotel como “una Disneylandia para locos”.
El Holiday Area Eco Dream Club Sea Resort se encuentra en la ladera de una montaña cubierta de pinos, en las afueras de la ciudad de Kemer, sobre el golfo de Antalya, en el mar Mediterráneo. En los primeros años de este siglo, el lugar vivió su auge y fue uno de los centros turísticos más populares del país.El misterioso hotel ecológico de 5 mil millones de dólares abandonado en Turquía
El lujoso resort, instalado en plena naturaleza, contaba con su propia granja, tenía un mini zoológico, un parque acuático y un “café celestial”, ubicado en lo alto de la ladera montañosa que tenía una vista de 270 grados de toda la región.
Pero cuando el hotel cerró sus puertas de manera inesperada unos siete años atrás, todo lo que era esplendor y lujo comenzó a deteriorarse. A pesar de ello, todavía en estos tiempos el lugar conserva una belleza inquietante que va más allá de su decadencia, y son miles los visitantes que cada años se acercan a ver lo que queda del hotel y sus antiguas atracciones.
“Disneylandia para locos”
Uno de los que llegaron al lugar para echarle un vistazo fue Rzhannikov, el fotógrafo de 56 años oriundo de San Petersburgo, Rusia, que de paso por Turquía no quiso perderse la oportunidad de registrar con su cámara las locaciones del ahora fantasmal complejo. Además, investigó la historia del lugar.
“Un multimillonario alemán se enamoró de una bella mujer turca y le construyó el hotel como regalo”, contó el fotógrafo, según consigna el medio británico The Sun. “La construcción costó unos 5000 millones de dólares, pero luego la mujer murió, o no se enamoró de él, y el hotel fue a parar a un empresario turco”, continuó su historia Rzhannikov.
Parece que el empresario que recibió el complejo sacó préstamos para desarrollar más sus actividades, pero nunca los pagó. Huyó al extranjero, o tal vez murió. Mientras los herederos de este hombre se disputaban los bienes, no pudieron sostener los costos del lugar, y debieron abandonarlo. Entonces fue cuando el hotel quebró, y entró en su decadencia, según el relato que hace el fotógrafo.
El lugar estaba magníficamente equipado. Incluía teleféricos para transportar a los visitantes, trenes de juguete, un pequeño zoológico y una granja. También había un centro de diversión para niños, donde ellos eran recibidos por un león gigante que se asomaba detrás de una columna. Había además figuras de grandes gorilas que acechaban a los pequeños turistas.
“En lugar de una cerca, el sitio para los chicos estaba rodeado por una oruga gigante y árboles artificiales con frutos también enormes. La arquitectura y el diseño psicodélico del lugar es un asombro para la imaginación.Eco Dream es una especie de Disneylandia para locos”, sentenció el fotógrafo ruso.
Hay también otros insectos gigantes por el lugar, un arca de Noé muy desgastada por el paso de los años, ranas enormes y la figura de tres monos de tamaño natural sentados con la típica actitud del que no escucha, el que no habla, y el que no ve.
Las cabañas del lugar están casi invadidas por el avance de la naturaleza. “Estaba emocionado, ya que todo en el lugar se veía realmente fantástico, como una escena de una película. Ver la belleza en toda esta fealdad y devastación no se logra de inmediato. Podés entrar en las habitaciones de hotel abandonadas por sus habitantes o mirar las románticas cabañas entre los árboles”, contó el fotógrafo.
En lo alto del complejo hay también un anfiteatro abandonado, y un parque acuático con piscinas vacías y llenas de suciedad. Y toboganes para el agua por los que en otros tiempos se deslizaron cientos de niños felices y hoy solo expresan deterioro y soledad.
Fuente: La Nación.