Espacio de exposición, auditorio de conciertos, laboratorio de disciplinas escénicas, centro cultural dedicado al fomento de nuevas obras. Nada de eso exclusivamente y un poco de todo a la vez pretende ser Arthaus Central, un muy ambicioso proyecto que dio este mediodía su puntapié inicial en Bartolomé Mitre 434, donde hasta hace poco “vivía” solo el Banco Supervielle. Nada casual es la ubicación de este flamante espacio de producción e investigación para prácticas artísticas contemporáneas. Su localización está en la misma génesis de lo que llaman la “aventura” o el “desafío”: revivir al microcentro porteño, alicaído tras la pandemia, ya no como nodo financiero. ¿Como un Soho de Nueva York a pasos de la Plaza de Mayo? Algo así. Se entiende entonces la asistencia al acto de presentación de esta futura usina de arte contemporáneo de varios funcionarios del Gobierno de la Ciudad, más allá de –lógicamente– la cartera de Cultura, como es Espacio Público, Desarrollo Económico y Urbano, entre otras áreas aliadas en la misión de recuperar la zona.
“¿Qué mejor manera de llenar el vacío que con arte?” se preguntaba el fundador de este espacio, Andrés Buhar. Flanqueado por Enrique Avogadro, a la derecha, y su par de la Nación, el ministro de Cultura Tristán Bauer, a la izquierda, que apoyan la iniciativa, el empresario dio su primer discurso como director general de Arthaus en el lobby de un edificio poblado de artistas, funcionarios, gestores y periodistas culturales. “Voy a confesar que cuando les conté a mis amigos y familiares el deseo de abrir este lugar se mostraron sorprendidos: ‘¿Justo ahí? ¡El centro está muerto!’, me decían. Precisamente la propuesta es resignificar los lugares dedicados exclusivamente al trabajo o a el esparcimiento, entremezclarlos”.
Avogadro, que celebró “la audacia y la valentía de llevar adelante un emprendimiento vital en un contexto tan complejo como el este”, recordó que esta preapertura está desarrollándose tras una exitosa Noche de los Museos y en el marco de la Semana del Arte, y un día antes de la inauguración de arteba, lo que da cuenta del momento de recuperación que atraviesa hoy la cultura. A su turno, Bauer acompañó con una reflexión sobre el rol del arte para transformar, no solo el microcentro sino a las personas, en la etapa de la pospandemia, y alentó a Buhar: “No te sientas solo, muy cerquita de aquí está el Centro Cultural Kirchner y el Centro Cultural Borges, que hemos recuperado para el ministerio de Cultura de la Nación y que en los próximos meses vamos a reinaugurar. Y están todos los museos que tiene la ciudad de Buenos Aires. Seamos capaces de construir una verdadera trama, red, demostremos esto que es así: que la cultura es sanadora”.
Mañana mismo comienzan las obras de infraestructura y refacción, que –estiman– continuarán en la planta baja hasta mayo próximo: habrá dos salas de exposiciones (de aproximadamente 300 metros cada una) y un auditorio de primer nivel –para eso convocaron al especialista Gustavo Basso, responsable de la acústica de las salas más importantes, como la del Teatro Colón y la Ballena Azul del CCK–. Pero no todo entra en un compás de espera: este mes lanzarán becas y las dos primeras convocatorias que pondrán en acción “la casa”. Fruto de acuerdos del ámbito privado con organismos públicos, llamarán a un concurso de artes visuales para otorgar subsidios a la creación, y las obras ganadoras se expondrán en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). El convenio entre Arthaus y el MNBA –cuenta Buhar– incluye, además, una contribución económica a la institución a través de la Asociación Amigos y la adquisición de una obra para renovar el patrimonio del mayor museo del país. En un sentido similar, el trabajo en conjunto con el Colón consistirá en constituir un jurado internacional para seleccionar, en 2022, la pieza de un compositor, que luego se estrenará en el Teatro. Tras una primera edición del concurso dedicada a la música sinfónica, en temporadas posteriores se repetirá el certamen, pero destinado a la ópera experimental y al ballet, alternadamente. “La idea es darle continuidad a estos premios para generar un repertorio”, anunciaron. También en este caso, el convenio con el Teatro Colón contemplará un aporte monetario.
Buhar tiene un perfil mixto: por un lado, hombre de negocios, es empresario metalúrgico y de la construcción; su otra faceta, ligada al mundo de las artes, la despliega como músico y compositor. “Tengo dos patas en este baile”, reconoce luego, en diálogo aparte con LA NACION. Miembro del board de Malba, disfruta mucho de las artes plásticas, “pero no me siento coleccionista”, aclara. Su tercera faceta sería, entonces, la de mecenas. No lo ha dicho al micrófono con todas letras, pero está pensando en montar una suerte de Instituto Di Tella en el siglo XXI. “Sí, la inspiración viene de ahí –admite-. No es una cuestión de pedantería, es inspiracional. Lo que me interesa es que haya circulación de ideas, movimiento de gente de diversas formaciones, disciplinas, públicos amplios; que las personas se encuentren con el lugar y que Arthaus salga al encuentro con la gente”. Para eso, las vidrieras a la calle -anticipa- jugarán un rol clave.
La segunda parte de la obra del edificio -a cargo del estudio de arquitectura Berdichevsky- tiene fecha de inauguración inicialmente prevista para fines del próximo invierno y consistirá en una terraza de mil metros, que albergará un restaurante con vista a la Plaza de Mayo y las cúpulas más emblemáticas de Buenos Aires. Pero allí también, en lo alto, se ubicará el Baptisterio que el dúo Mondongo muestra por estos días en la galería Barro de La Boca: una instalación inmersiva, con paredes recubiertas de todo el espectro cromático de la dupla. No será solamente la mudanza de esa capilla multicolor formada por más de cuatro mil bloques de plastilina, sino que ampliarán y acondicionarán la obra para que pueda funcionar en un espacio abierto y de estas características. Muy entusiasmados con darle continuidad a su estaban Juliana Laffitte y Manuel Mendanha.
El equipo de curadores de las diferentes áreas que integran este proyecto multidisciplinario está integrado, entre otros, por María Teresa Constatín (artes visuales), Marcelo Delgado (dirección musical), Felicitas Luna (artes performáticas), Eli Sirlin (iluminación), con la coordinación de Gabriela Vicente Irrazábal. A partir de ahora será el tiempo de habitar la casa.
Fuente: La Nación